Este artículo se publicó hace 16 años.
Evolución de niños es buena a 5 años de un trasplante hepático
Un nuevo estudio revela quela mayoría de los niños sobrevivientes de un trasplantehepático logra una adecuada función del órgano trasplantado alos cinco años de la intervención.
No obstante, en esa población son frecuentes los trastornosy las complicaciones crónicas.
"El éxito del trasplante hepático pediátrico se define através de algo más que excelentes tasas de supervivencia",publicó el equipo dirigido por la doctora Vicky Lee Ng en larevista Pediatrics.
"Es indispensable comprender mejor las cuestiones clínicasde largo plazo que afectan a los receptores de ese trasplantepediátrico, que dada su poca edad tendrán una mayor cargaacumulativa de inmunosupresión de por vida", añadieron losexpertos.
El trasplante de hígado ha sido considerado la soluciónestándar para las enfermedades hepáticas que ponen en riesgo lavida durante más de dos décadas. Aún así, faltan datosmulticéntricos sobre los resultados de largo plazo, señaló elequipo, de la University of Toronto.
El nuevo estudio incluyó a 461 pacientes que habíansobrevivido más de cinco años a un trasplante hepáticorealizado en uno de 45 centros de atención pediátrica enAmérica del Norte entre 1996 y el 2001.
El 88 por ciento de los pacientes sobrevivió con un primertrasplante, mientras que el 12 por ciento necesitó uno o dosintentos quirúrgicos adicionales.
La mayoría de los pacientes tenía un hígado en perfectoestado de funcionamiento en el control clínico a los cinco añosdel trasplante. Como terapia inmunosupresora, que impide elrechazo del órgano, el 97 por ciento había recibido uninhibidor de la calcineurina y el 25 por ciento, prednisona.
El riesgo de sufrir un rechazo celular súbito en cinco añosfue del 60 por ciento. El 5 por ciento de los pacientes tuvo unrechazo inmunológico gradual, continuo o crónico.
El 6 por ciento de los niños desarrolló enfermedadlinfoproliferativa postrasplante, que es un aumento de laproducción de linfocitos, una respuesta frecuente a lainfección.
En tanto, el 13 por ciento de los participantes desarrollósignos de una posible enfermedad renal.
"El estudio destaca la necesidad de un trabajo conjuntoentre los médicos de atención primaria y los pediatras en yfuera de los centros de trasplante para mejorar aún más laevolución de los niños que reciben un trasplante hepático",concluye el equipo.
FUENTE: Pediatrics, diciembre del 2008
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