Estrellas de la tele hasta en la estantería

La directora editorial de Martínez Roca, Carmen Fernández de Blas, vio una entrevista a Màxim Huerta en la que el periodista afirmaba que quería escribir un libro. No lo dudó un minuto y se puso en contacto con él. "Hablamos y me envió un esbozo, en el que vi que tenía mucha gracia", explica Fernández de Blas. El resultado fue Que sea la última vez que me llamas Reina de la Tele, una novela que incluye muchas referencias al mundo de la tele, cuya elaboración este periodista compaginó con su trabajo en El programa de Ana Rosa.

Huerta se suma así a la larga lista de estrellas de la televisión que no quieren limitar su trabajo a la pequeña pantalla y que han decidido buscar su propio sitio en el mundo de la literatura.

Una de las claves de este grupo de autores es el tirón comercial que tiene su nombre. En este sentido, Fernández de Blas reconoce que un escritor con un apellido conocido de antemano "llama más la atención", pero cree que el libro que aspire a lograr un buen número de seguidores necesita tener "contenidos y ser bueno". "Los lectores no son tontos y el libro se tiene que sostener para comprarlo", señala.

Las incursiones literarias de los presentadores son más comunes en el terreno de la no ficción, como los libros que versan sobre el tema en el que el personaje es experto. "Ahora, han empezado a saltar a la ficción. La novela es un proyecto más ambicioso", indica.

Traten el tema que traten, los lectores a los que van dirigidos estos libros no son sólo los fieles de la pequeña pantalla. "Además, en general, todos vemos la tele", señala Fernández de Blas.

Sin embargo, las consecuencias de salir en televisión no son siempre buenas. Para la directora editorial de Martínez Roca, la faceta televisiva de estos escritores puede provocar que el público "les tome menos en serio", pero "son prejuicios".

Otro de los profesionales de la televisión que tiene amplia experiencia en el mundo editorial es Andreu Buenafuente. El presentador de La Sexta acaba de presentar Buenafuente en el aire, de La Fábrica Editorial, en el que escribe sobre sus invitados, retratados por la cámara de César Núñez. "Andreu es un amante de la fotografía y se puso en contacto con nosotros porque quería sacar el proyecto adelante", explica Alberto Anaut, director de esta editorial.

A su juicio, se trata de "un libro de autor, al estilo de La Fábrica, de mucha calidad y con unas fotos fantásticas". La diferencia de esta obra con respecto a otras está, por ejemplo, en la tirada. Anaut ha precisado que es "diferente" y alcanza los 10.000 ejemplares, "una cifra enorme para un libro de fotografía", ya que normalmente las tiradas parten de los 2.000.

Anaut cree que, en este caso, más que una apuesta comercial segura, se ha buscado crear un producto atractivo. "Lo popular también admite la calidad", destaca.

Por ello, deja al margen la fama del autor a la hora de publicar una obra: "En una editorial todo lo que no es auténtico está llamado al fracaso". "Un editor hace libros que le gustan que representen una línea coherente con la editorial y trata de reclutar a lectores de esa línea", remata.