Este artículo se publicó hace 15 años.
Los empleados con suerte de Díaz Ferrán
Los décimos de Marsans viajan a 200 oficinas de toda España
Gema atendía el teléfono a las seis y media de la tarde desde su oficina de Marsans en la calle de Bravo Murillo de Madrid. Le han tocado 300.000 mil de euros, pero sigue trabajando. En la agencia de Lanzarote, Rosa no aclara si compró un décimo o dos o tres del Gordo, pero también continuaba trabajando junto a sus compañeras. Y, Estefanía, en Mérida, tampoco se libró de pisar la oficina por la tarde pese a haber ganado 600.000 euros. ¿Por qué siguen trabajando con tantos millones en el bolsillo? "Nos debemos a nuestros clientes, la cosa está muy mal y en estos momentos de crisis, peor; todo esto le va a venir muy bien a la empresa", explica Rosa.
El gesto contenido de las decenas de trabajadores de Marsans agraciados con El Gordo simboliza el camino de espinas que ha atravesado en el último año la compañía, considerada el pulmón financiero del grupo del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, y su socio, Gonzalo Pascual, y que lleva sin depositar sus cuentas desde febrero de 2008. Su situación no es tan acuciante como la de otras empresas del tándem, especialmente, Air Comet, que se ha quedado sin licencia y el miércoles presentará un expediente de regulación que afectará a 650 empleados.
Varias sucursales se quejaban de que no les habían ofrecido el número
El número 78.294, vendido íntegramente en la administración 146 de la calle de Bravo Murillo, a escasos metros de la oficina donde trabaja Gema y donde se encontraba antaño la sede central de Marsans, fue adquirido por la dirección regional en Madrid del Grupo Marsans. Y esta repartió los décimos entre las 200 oficinas que abarca en Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias.
De la hipoteca al coche"Es una sensación muy extraña, estaba en paro, con una incertidumbre tremenda y con mi novia embarazada", cuenta Pedro Fernández, a quien el azar le ha premiado con 900.000 euros repartidos en tres décimos entre su padre y su hermano. Pedro, de 36 años, se incorporó a Marsans hace sólo seis meses, tras perder su empleo en una agencia de viajes de la competencia. "Me quitaré la hipoteca", añadió convencido.
Hasta ayer no era ni "mileurista", decía una de las agraciadas
Lo mismo hará Marta Holgado, otra trabajadora de la empresa en Madrid, que se comprará, además, un coche porque el suyo tiene roto el aire acondicionado. "Ni siquiera éramos mileuristas, sino ochocientoeuristas", dijo esta chica de 25 años a los medios de comunicación tras conocer la noticia. En la única agencia de Marsans en Lanzarote, sus tres empleadas tampoco gastaban neuronas en saber dónde invertir el dinero. "Nos ayudará a tapar muchos agujeros, como la hipoteca, que no es poco peso para los trabajadores de cada día y más con la crisis", subrayó Rosa.
Situación complicadaLos décimos repartidos entre las oficinas de Extremadura han dejado 6,6 millones distribuidos por Mérida, Don Benito y Plasencia. "En época de crisis aún sienta mejor el dinero. Lo necesitaba para casarme, para el viaje, que quiero ir a Nueva York, y ahora ya tengo la oportunidad", aseguró aún incrédula Estefanía. Sobre la complicada situación que atraviesa el Grupo Marsans, su compañera Nuria zanjó: "La felicidad es para todos y ya está".
En otras oficinas extremeñas, como las de Zafra o Almendralejo, algunos empleados se quejaron de que la empresa no les había ofrecido el número. En las de Andalucía, donde la suerte se quedó también rezagada, tampoco estaban muy contentos. "Aquí, ná de ná", aseguró una trabajadora de Triana.
"Puede que algún directivo haya incluso ganado tres millones"
El mal humor se notaba también en la sede central de Marsans en Madrid, en el Campo de las Naciones, donde un empleado, preguntado por si le había tocado la lotería, dijo: "Aquí somos muchos, y no quiero seguir hablando, que estoy trabajando".
Según fuentes cercanas a la empresa, se compraron dos números, El Gordo, adquirido en Bravo Murillo, y otro que no ha resultado premiado. "La mayoría de los trabajadores que sólo compraron uno eligieron el que no ha tocado, pero los jefes se hicieron con los dos números y puede que algún directivo haya incluso ganado tres millones", afirman.
Otro pellizco ha recaído entre los trabajadores de Viajes Crisol, empresa adquirida por Díaz Ferrán y su socio en 2001 al grupo Prisa.
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