Este artículo se publicó hace 13 años.
El embajador de EE.UU. en Siria está sano y salvo, según el Departamento de Estado
El embajador de EE.UU. en Siria, Robert Ford, se encuentra sano y salvo después de que hoy fuera hostigado por decenas de manifestantes pro gubernamentales en Damasco, afirmó hoy el Departamento de Estado.
En un comunicado, el portavoz del departamento, Mark Toner, indicó que Ford y varios diplomáticos de la embajada sufrieron el incidente "cuando llevaban a cabo el trabajo normal de cualquier legación".
Los manifestantes "fueron violentos, intentaron, sin éxito atacar a personal de la embajada que se encontraba en varios vehículos de la legación, que quedaron dañados seriamente en el proceso", agregó el portavoz.
Ford y sus colegas se dirigían a visitar a un dirigente de la oposición siria cuando fueron blanco del ataque.
Funcionarios de la seguridad siria "finalmente ayudaron a dejar libre de obstáculos un trayecto desde el lugar de la reunión para que el embajador y sus ayudantes pudieran regresar a la embajada", agregó Toner.
Según la agencia de noticias independiente siria Shampress, el diplomático se vio acorralado por los manifestantes en la oficina del letrado Hasan Abdelazim, y tuvo que regresar a la embajada bajo la protección de las fuerzas de seguridad.
Shampress precisó que los manifestantes atacaron a Ford "por la postura de su país sobre los acontecimientos en Siria".
Previamente, las autoridades en Damasco habían acusado a Estados Unidos de incitar a la violencia contra las Fuerzas Armadas sirias.
Una fuente del Ministerio de Exteriores y de Inmigración, en declaraciones a la agencia oficial siria Sana, se refirió a "recientes declaraciones de funcionarios estadounidenses que indican claramente que EE.UU. está implicado en alentar a grupos armados a practicar la violencia contra el Ejército sirio".
Al parecer, esas afirmaciones hacen referencia a una declaración de Toner, que el lunes pasado señaló que "cuanto más tiempo el régimen (sirio) continúe reprimiendo, matando y encarcelando a esos activistas pacíficos, es más probable que este movimiento pacífico se convierta en violento. Es una cuestión de autodefensa".
Siria es escenario desde hace seis meses de un movimiento de agitación civil que reclama cambios democráticos y el fin del régimen que encabeza el presidente Bachar al Asad.
El régimen ha respondido con violencia a esas demandas y, según la ONU, han muerto en el país en torno a las 2.700 personas en esa represión.
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