Este artículo se publicó hace 15 años.
La economía marca la campaña electoral griega
Los griegos votarán el domingo para decidir quién es el más capacitado para sacar al miembro más débil de la zona euro de la crisis económica, con los socialistas como favoritos tras cinco años de Gobierno conservador.
Los herederos de las familias políticas más poderosas de Grecia se enfrentan por tercera vez, cada una proponiendo diferentes soluciones a los grandes déficits del presupuesto y una deuda pública que está fuera de control.
El primer ministro saliente, Costas Karamanlis, del partido conservador Nueva Democracia, ha advertido que se necesitan dos años de austeridad antes de que las cosas puedan mejorar, lo que significa una congelación de los salarios y las contrataciones del Estado.
En los últimos sondeos de opinión, Karamanlis estaba unos seis puntos porcentuales por detrás de los socialistas del PASOK.
"Tenemos dos caminos por delante. Uno es el difícil camino de la responsabilidad", dijo a Reuters en una entrevista el martes. "Creo que los ciudadanos griegos entenderán plenamente esto y tomarán la decisión correcta", agregó.
Su rival socialista, George Papandreou, ha propuesto cobrar impuestos a los ricos y ayudar a los pobres, inyectando un paquete de estímulo de 3.000 millones de euros a la economía para dar un rápido impulso al crecimiento y los ingresos públicos.
"Tenemos que hacer arrancar a la economía griega para sacarla de la recesión actual", dijo Papandreou a Reuters en una entrevista la semana pasada.
En juego está el destino de una economía en declive, considerada por los inversores como la más débil de la zona euro. Las agencias de calificación, que dan a la deuda griega la menor tasa en la zona euro, dijeron que se necesitan reformas urgentes y un ajuste fiscal.
IMAGEN SIMILAR A OBAMA
Karamanlis llegó al poder en 2004 con la promesa de limpiar la política griega después de años de escándalos socialistas. Pero la euforia generada en el país por la organización de los Juegos Olímpicos se disipó rápidamente ante las acusaciones de corrupción y la crisis global.
Transmitiendo la confianza del ganador, Papandreou, el hijo del líder socialista Andreas Papandreou, ha trabajado arduamente para proyectar una imagen similar a la de Barack Obama: con camisas blancas remangadas, amistoso, de buen carácter y dispuesto a mezclarse entre la multitud.
En cambio, Karamanlis ha optado por una apariencia seria y responsable. En los carteles electorales aparece inclinado mirando la imagen de su tío, el viejo líder Constantine Karamanlis.
Los sondeos colocan al PASOK en cabeza pero sin apoyo suficiente para obtener la mayoría, lo que sumiría al país en semanas de limbo político.
"El desafío para el señor Karamanlis es repatriar a los votantes de la Nueva Democracia que se están volviendo al PASOK, una tarea muy difícil", dijo el encuestador de ALCO Costas Panagopoulos. "La apuesta de PASOK es conservar sus votos, no cometer ningún error", añadió.
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