"La derecha se cree el pueblo elegido"

Llega tarde y visiblemente despeinado a la cita. Pese a ello, desoye los consejos de su responsable de prensa y se deja fotografiar tal cual. Funcionario de Correos, residente en Castelldefels e hijo de un jubilado de Seat que en ocasiones vota al PSC, no oculta su preocupación por el creciente bipartidismo. Contra ello, promueve la unidad de la izquierda: "Me acuerdo cada día de lo que pasó en 1999 y de cómo ganó Pujol gracias a la división entre ICV y EUiA".

CiU va disparada en las encuestas. ¿Es prueba de una mala legislatura?

Se ha hecho un buen trabajo, se ha legislado como nunca. El 97% de los ciudadanos puede ir andando a un CAP en menos de diez minutos, hay 4.000 nuevos profesores, las 44.000 plazas de guarderías están construyéndose o para entregar... La obra quedará. Pero la derecha nunca ha asumido que pudiera haber un Govern de izquierdas, se sienten el pueblo elegido y eso ha tenido un acompañamiento de sectores poderosos para erosionar al Govern.

¿Se lo han puesto fácil con las polémicas internas?

En el caso de la Ley de Educación, se trataba de mejorar la enseñanza pública, no de dar dinero público a escuelas pijas y del Opus que segregan niños y niñas. Respecto al Impuesto de Sucesiones se creó un imaginario de que era un tema nacional. ¡Pero si lo que reciben hoy los hijos en herencia son deudas! Hay que calibrar de dónde hay que sacar los recursos, y el sentido común es que pague más quien más tiene.

Los federalistas han quedado descolgados del debate identitario en Catalunya. ¿Tiene algún reproche para Zapatero?

Los federalistas debemos salir del armario: hemos estado más en la práctica que contribuyendo a extender esta opción. Y no hemos trabado las complicidades en España.

¿Es esa una tarea catalana?

Siempre lo ha sido. Hay que hacer pedagogía, encontrar acompañamiento en la gente que defiende una España plural. Pienso que la presión de la derecha extrema ha sido muy fuerte, la catalanofobia ha vendido en España y al PSOE le han temblado las piernas. Pero España será federal o no será. No hablamos de descentralizaciones políticas, sino de redistribución del poder. Ahora, si España no nos quiere como somos, la pregunta es qué hacemos juntos.

¿Cómo se explica que en lo más bajo de la crisis las viejas recetas se rescaten y gocen de popularidad?

La izquierda cometió un error: cuando Thatcher y Reagan comenzaron a impulsar las políticas neoliberales pensamos que eso sólo tenía traslación en el terreno económico. Pero parte del neoliberalismo es ideológico. Y ganaron: se renunció a poner la economía al servicio de las personas y se puso a las personas y a la política al servicio de la economía.

¿Tiene eso vuelta atrás?

Sí, desde la izquierda. ¿Cómo se puede admitir la barbaridad que dijo el impresentable del presidente de la patronal diciendo que la solución es que se trabaje más y se cobre menos? Debemos buscar complicidades, no sólo con los sindicatos, podríamos tener mayoría parlamentaria en España: si Zapatero quiere, sumamos.

Se ha instalando la idea de que el alza de la izquierda llegará desde la oposición.

Eso sería peor para nuestra gente. Si nos privatizan la salud o la educación, se fomentan las infraestructuras que perjudican el medio ambiente y se reducen los impuestos a los que más tienen, Catalunya saldrá perjudicada.

¿Hacia eso anda Catalunya?

Es el programa oculto de CiU. Su alternativa no pasa por un cambio, sino por la involución, con su programa y sus personas que ya fueron protagonistas durante 23 años.

¿Cómo ve la posibilidad de que nazca una fuerza de izquierdas y ecologista en el ámbito español?

Siempre busco la unidad. En Catalunya, en España y en Europa. Dicho eso, queremos contribuir a que IU recupere espacio político y estamos comprometidos con eso, las encuestas apuntan a ello a pesar de la maldita ley electoral. Soy de la opinión de que todo lo que haya a la izquierda del PSOE, sea rojo, verde o nacionalistas de izquierdas debería buscar espacios para unir fuerzas y ser más fuertes electoralmente.

¿Lo ve posible?

No sería el primer intento: hubo un gran fracaso y dio la presidencia a Aguirre...

¿Y lo recuerda en Madrid?

No doy lecciones a nadie, pero hay que tener apertura y generosidad: unidos siempre somos más fuertes.