Este artículo se publicó hace 13 años.
Carlos Parra, el hombre que se cruzó con Ortega Cano
Los allegados recuerdan a la víctima que dejó el accidente con el torero
Carlos Parra Castillo, 48 años, quería cambiar el mundo, como el Che Guevara a bordo de su motocicleta. Pero el mundo se detuvo justo en mitad del camino, en el kilómetro 28 de la carretera que une su pueblo, Castilblanco de los Arroyos, con la capital, Sevilla. "Carlos Parra ha muerto", le dijo por teléfono el médico de guardia a uno de sus mejores amigos, Manuel Ruiz Lucas, que ha sido alcalde del pueblo desde 1979 hasta 2007 bajo las siglas de Nueva Izquierda Verde Andaluza (NIVA). El Mercedes todoterreno que conducía el torero José Ortega Cano -que continúa grave y con ventilación mecánica- invadió supuestamente el carril contrario y chocó frontalmente contra el Seat Altea de Carlos, también famoso, pero en su pueblo, por ser tan "buena gente".
El impacto hizo saltar por los aires las ilusiones de este hombre luchador, vitalista, progresista y comprometido con los más débiles, como lo definen sus allegados. Un hombre imprescindible para que tantas personas dejen de pedir que paren el mundo que quieren bajarse.
Ese era Carlos Parra. Un trabajador de "la verdadera izquierda", como reza todavía su perfil de Facebook, que en los últimos días no paraba de hablar del movimiento 15-M, de Democracia Real Ya, de los indignados, de los currantes como él. "Una persona que no se conformaba con quienes dicen que las cosas tienen que ser así, con la avaricia de los bancos... ha muerto un gran amigo que no había perdido la fe en la utopía", cuenta bastante afectado su amigo. Utopía de un hombre cansado, que escribió Borges. Cansado de la injusticia.
Hijo de la emigraciónCarlos nació el 20 de junio de 1962 en Charleroi (Bélgica), donde la emigración llevó a sus padres en busca de un trozo de pan que llevarse a la boca. Allí conoció a su mujer, Manoli. Y allí nacieron sus hijos, Sara y Samuel. Todos destrozados hoy. Desde muy joven militó en el Partido Comunista en Bélgica y cuando, con 28 años, decidió cambiar con toda su familia el frío europeo por el calorcito de Sevilla, continuó con su militancia izquierdista. "Siempre ha sido muy activo políticamente; en esta última campaña, en los actos, se encargaba de todo lo relacionado con la música y el sonido", cuenta Ruiz Lucas, en cuya candidatura iba también Sara, su hija.
Quienes bien lo conocían, dicen que no había obstáculo que lo frenara
Quienes bien lo conocían, dicen que no había obstáculo que lo frenara. Lo mismo era actor, que albañil, que pintor de brocha gorda, que técnico de sonido. Un manitas. Fue, de hecho, durante varios años el responsable técnico del Teatro Municipal Miguel Fisac. De allí fue despedido en 2007, cuando entró un nuevo gobierno en el Ayuntamiento (PSOE-PP) que, finalmente, tuvo que indemnizarlo.
Como sindicalista -representaba a Comisiones Obreras en el pueblo y en la comarca- siempre luchó por los derechos de los trabajadores. Él, en estos momentos, formaba parte de la lista de los casi cinco millones de parados que hay en España. "Parece que estaba a punto de encontrar un trabajo en un hotel de Sevilla; hasta allí se dirigía aquella fatídica noche", explica su amigo.
Un tramo negroUna curva cerrada y la fatalidad de cruzar sus pasos con los del torero Ortega Cano, que iba a una velocidad "inadecuada", según las primeras investigaciones de la Guardia Civil, impidió que Carlos continuara desarrollando sus ideales de cambio. Su mujer se desplomó cuando aquella noche llamaba y rellamaba a su teléfono móvil y nadie respondía. "Y su madre está fatal, es muy duro ver enterrar a tu hijo", cuenta otra amiga que prefiere no decir su nombre. La familia ha pedido que se aclaren las circunstancias del accidente, que no ha sido el único siniestro en ese tramo.
El pueblo busca consuelo recordando su afán por un mundo mejor
Mientras tanto, el pueblo busca consuelo recordando su afán por un mundo mejor. Como el que imaginó John Lennon. A Carlos le encataban los Beatles, Tomatito, Led Zeppelin... "El buen cine en general y nada de americanadas con falsa moral", ha dejado escrito en su Facebook. Le gustaba, sobre todo, que la gente fuera auténtica.
El legendario grupo de rock Triana era otra de sus debilidades. "Porque los restos de Jesús de la Rosa descansen en Sevilla", tiene señalado entre sus intereses. El 14 de octubre de 1983, el mítico vocalista de Triana falleció, también como él, en un accidente de carretera.
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