Este artículo se publicó hace 13 años.
Un candado simbólico apremia al cierre de Garoña, con Fukushima en el recuerdo
Con un candado simbólico gigante la XXXII marcha contra la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, ha concluido hoy su caminar a la puerta de la instalación, con el accidente de Fukushima en el recuerdo y como argumento para urgir su cierre ya.
La marcha número 32 contra el cierre de la central burgalesa, que organiza la Coordinadora contra Garoña que agrupa a diversas asociaciones ecologistas y colectivos sociales de Burgos, La Rioja y País Vasco, ha convocado alrededor de un millar de personas, número ligeramente superior al de 2010, y ha concluido con la lectura de un manifiesto en el que se pide que no se espere al 5 de julio de 2013 para el cierre.
Con un recuerdo también para los atentados del 11 de setiembre, de los que hoy se cumplen diez años, se ha leído un manifiesto a las puertas de la central, rodeada de fuerzas de seguridad, que ha estado repleto de referencias al accidente de Fukushima, sucedido hace seis meses, ya que uno de sus reactores es hermano del de la central burgalesa.
En el manifiesto se ha vuelto a incidir en que el accidente de Japón "ha desmentido la seguridad nuclear" que se vende, en cuanto a que las centrales están preparadas para resistir terremotos, ha recordado que la "energía nuclear no es renovable, no es segura, no es limpia y existe el peligro de los residuos radiactivos".
Urge además al cierre "porque hay grietas en el reactor", y porque, según recoge el manifiesto, en la actualidad opera "sin cumplir con las condiciones exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear", y devuelve agua al río Ebro a "una temperatura muy por encima de los límites legales"
El acto ha finalizado con los asistentes a la marcha colocando un candado gigante a las puertas de la Central simbolizando el cierre inmediato de la instalación nuclear.
Presente en la marcha ha estado el responsable de Energía Nuclear de Greenpeace España, Carlos Bravo, quien ha advertido que sería "absurdo que el PP quisiera relanzar", si ganara las elecciones, unas instalaciones "obsoletas, viejas y totalmente amortizadas".
Desde Greenpeace, una de las entidades integrantes de la coordinadora contra la central burgalesa, han expresado su temor a que si el PP llega al poder revoque el cierre de la central aprobado por el Gobierno, previsto para el 5 de julio de 2013 y avalado por la Audiencia Nacional.
Carlos Bravo ha admitido que esta posibilidad existe, por lo que, en declaraciones a los periodistas, ha pedido a los ciudadanos que no opten por ninguna formación política que "quiera mantener el peligro nuclear en España".
Además, ha avanzado que de llegarse a concretarse la revocación del cierre de Garoña, Greenpeace seguiría con las protestas y pondría en marcha toda la "maquinaria legal" existente.
A su juicio, está demostrado "que existe potencia renovable más que suficiente para cerrar Garoña", dado que España exporta electricidad a todos lo países de nuestro entorno, incluida Francia, "y se exporta tres veces más de lo que produce Garoña".
Ha participado en la marcha además el coordinador de Izquierda Unida en Castilla y León y procurador en las Cortes regionales, José María González, quién ha expresado su temor a que exista "debajo de la alfombra un pacto entre PP y PSOE para que Garoña no se cierre", por lo que llevará al parlamento autonómico una propuesta para que se cumpla con el compromiso de cierre.
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