Este artículo se publicó hace 15 años.
Blanco acusa de "retrógrados" a quienes critiquen la Ley de Economía Sostenible
El ministro censura que se utilice como argumento que "la realidad no se cambia por decreto"
El ministro de Fomento, José Blanco, ha ensalzado hoy el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible aprobado ayer por el Consejo de Ministros como el primer instrumento para cimentar un nuevo modelo y ha lamentado que haya "retrógrados" que lo critiquen alegando que "la realidad no se cambia por decreto".
En su blog El cuaderno de Pepe Blanco, el vicesecretario general socialista destaca que es "una obviedad" que la realidad no se cambia con leyes, pero ese argumento "también es uno de los pretextos favoritos de los retrógrados que nunca desean políticas que transformen la realidad".
"Los dos períodos de gobierno socialista en España están repletos de leyes memorables" asociadas a grandes cambios y transformaciones sociales, añade, antes de subrayar que en los ocho años de Ejecutivos del PP "no hay nada parecido".
Blanco señala que ha hecho falta un "hecho traumático", una crisis global, para que surja la evidencia de que "asistimos a un cambio de era y la imperativa necesidad de cambiar nuestros modelos productivos"
Y, por consiguiente, agrega, cambiar las leyes que establecen las reglas de juego en la actividad económica.
"La Ley de Economía Sostenible no pretende crear un nuevo sistema económico"
"La Ley de Economía Sostenible no pretende crear un nuevo sistema económico, pero es el primer intento de establecer un marco normativo que reconozca el cambio de la realidad económica", reitera Blanco.
E insiste en que no será la única ni la definitiva norma que ordenará la nueva economía, porque "los perfiles del futuro aún no están totalmente definidos" y "aún estamos bajo el impacto de la crisis, obligados a seguir extinguiendo el incendio y a la vez poner los cimientos del nuevo edificio".
"Lo impresionante es que algunos se sigan empeñando en ponerse la venda en los ojos para no ver la realidad y pretendan despejar el balón (léase eludir su propia responsabilidad) con la simpleza de que la realidad no se cambia por decreto. Si por ellos fuera, ni por decreto ni de ninguna otra manera", concluye.
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