Este artículo se publicó hace 14 años.
Atacan con una bomba incendiaria la cuarta iglesia cristiana en Malasia
Una iglesia de Kuala Lumpur fue hoy atacada con una bomba incendiaria, con lo que son ya cuatro los edificios cristianos de Malasia que han sido blanco de acciones similares relacionadas con la decisión judicial que permite utilizar el término "Alá" también a los no musulmanes.
Este ataque, que ocurrió durante la madrugada, tuvo como objetivo la iglesia luterana del Buen Samaritano, ubicada en el distrito de Petaling Jaya, a las afueras de la capital.
El obispo de la diócesis, Philip Loke, explicó a la prensa, que la bomba incendiaria se estrelló en una pared de la iglesia y no causó ningún daño material, más allá de la señal negruzca que el fuego dejó.
Ayer viernes, una iglesia protestante fue incendiada y otras dos dañadas, también por el impacto de botellas con combustible, que no causaron heridos.
El primer ministro de Malasia, Najhib Razak, dijo anoche que había ordenado a las fuerzas de seguridad poner fin a los ataques a iglesias, que según matizó, ponían en riesgo la "armonía racial".
Tras las oraciones del viernes, varios miles de personas se concentraron frente a la mayor mezquita de Kuala Lumpur para pedir que prohíba citar a "Alá" a los no musulmanes.
Estos incidentes tuvieron lugar después de que la semana pasada el Tribunal Supremo de Malasia anulase la decisión del Gobierno de prohibir el empleo de la palabra "Alá" como sinónimo de Dios.
Hace dos años, las autoridades malasias prohibieron que los no musulmanes equiparen a "Alá" con el Dios cristiano después de que así se hiciera en un artículo publicado en el semanario "The Herald", al que revocaron la licencia de edición.
La dirección de la revista defiende que el uso de la palabra "Alá" no pretende ofender a nadie y que la Biblia en lengua malaya utiliza "Alá" para referirse a "Dios" y "Tuham" para "Señor".
Al argumentar que "Alá" debe ser un término exclusivo para los seguidores del Islám para evitar confusiones, el Ministerio de Asuntos Religiosos se incautó de cientos de biblias en idioma malayo que incumplían la orden.
El pasado noviembre y tras dos años de litigio, la revista recuperó la licencia de publicación, y entabló una batalla legal para defender que al Dios cristiano se le puede llamar Alá.
La legislación de Malasia prohíbe el proselitismo entre los musulmanes, que suponen el 60 por ciento del total de 28 millones de habitantes, aunque autoriza la libertad de culto.
En el país, habitado también por minorías de religión budista e hindú, viven unos 850.000 católicos, según el censo oficial.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.