Este artículo se publicó hace 14 años.
Asciende a 19 el número de muertos y a 342 los heridos en la "Loveparade"
La cifra de víctimas mortales en la tragedia desencadenada ayer en la "Loveparade" de Duisburgo (oeste de Alemania) ascendió a 19 muertos y los heridos a 342, según las últimas cifras dadas a conocer hoy por la policía.
La más multitudinaria fiesta "tecno" del mundo se disolvió de madrugada, de acuerdo a lo inicialmente previsto, con apenas unos miles de aficionados en el recinto cercano a la estación de mercancías donde se produjo la avalancha humana y en la que se habían concentrado hasta 1,4 millones de personas.
Según los datos policiales, 16 personas murieron en ese lugar, mientras que otras tres fallecieron posteriormente a consecuencia de sus heridas.
La policía no dio más detalles acerca de la grado de gravedad de los heridos, que inicialmente se habían cifrado en un centenar -de los cuales, 45 en situación muy grave-.
La tragedia se desencadenó al quedar colapsado el túnel de acceso al recinto, en lo que algunos testigos presenciales describieron posteriormente como una "pesadilla anunciada", por previsible, ya que paso subterráneo era a todas luces insuficiente para la multitud de jóvenes prevista.
En el momento de la avalancha (sobre las 15.00 GMT), por las calles de Duisburgo y en el recinto cercano a la estación de cercanías, se habían concentrado hasta 1,4 millones de aficionados al "tecno" ansiosos de participar en la fiesta.
La catástrofe ocurrió al quedar absolutamente abarrotado el túnel que debía permitir el acceso al recinto para el fin de fiesta.
La situación escaló ante la presión de la multitud atrapada dentro del túnel y se produjeron encontronazos entre los que querían salir y los que pretendían acceder, como fuera, al recinto.
El túnel no tenía salidas de emergencia, ante lo cual algunos optaron por encaramarse a escaleras y vallas para salir del lugar y llegar al recinto, lo que precipitó el caos.
Se trata del primer accidente mortal en la historia de la "Loveparade", la gran fiesta del "tecno" que nació en 1989, en Berlín, y que de la capital alemana, donde llegó a congregar ya a más de un millón de personas, pasó en los últimos años a varias ciudades de la Cuenca del Ruhr, como ahora fue el caso de Duisburgo.
La fiesta continuó, pese a la tragedia, ya que los organizaciones y responsables de seguridad calibraron de peligroso interrumpirla, por temor a nuevas escenas de pánico y ante la actitud agresiva de algunos participantes.
La canciller Angela Merkel expresó, a través de un comunicado, su profunda consternación por lo ocurrido, mientras el presidente del país, Christian Wulff, instó al completo esclarecimiento de lo ocurrido.
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