Este artículo se publicó hace 13 años.
Álvarez-Cascos abandona el Partido Popular
Francisco Álvarez-Cascos ha presentado esta mañana su baja como afiliado en el PP mediante una carta entregada en la sede del partido en Madrid y dirigida a Mariano Rajoy, a la que ha tenido acceso El Comercio.
En la misiva, Álvarez-Cascos explica que ha tomado esta decisión "al no recibir el amparo solicitado reiteradamente al órgano competente ante los menosprecios, descalificaciones e insultos que me dirigieron otros militantes, "cobijados con el membrete oficial del PP de Asturias, impunemente, sin otro pretexto que el de haber manifestado mi disponibilidad para encabezar la candidatura a las próximas elecciones autonómicas".
El ex secretario general del PP recuerda en su carta que periódicamente ha ido remitiendo al Comité Nacional de Derechos y Garantías sus cartas de denuncia sobre esta situación.
La decisión de Álvarez-Cascos se produce menos de 48 después de que la dirección nacional descartase su candidatura en Asturias y optase por la concejal de Oviedo Isabel Pérez-Espinosa.
"Dejo el partido después de 34 años de militancia ininterrumpida por razones de dignidad personal. La decisión es firme y las circunstancias que la justifican las conoces sobradamente", explica a Rajoy en su carta, según El Comercio.
El ex ministro de Fomento recuerda al líder del PP: "en mi última nota manuscrita de 27 de octubre te indiqué que, en mi opinión, la política requiere dosis muy elevadas de paciencia y de flexibilidad, pero el respeto a las normas de educación y de civismo en cualquier organización no son negociables, especialmente dentro de un partido que tiene en el respeto a las personas una de sus señas de identidad más características".
Álvarez-Cascos también analiza la que, a su juicio, es la situación de "degradación" que vive el PP en Asturias.
Así, recuerda los insultos de los que él mismo ha sido objeto entre los meses de julio y octubre al ser calificado de "galáctico', "sexagenario" y "terrorista callejero".
La razón de estas descalificaciones no ha sido otra, argumenta, que "haber ofrecido mi disponibilidad a aceptar la candidatura en la próximas elecciones autonómicas".
"Todo ello no hubiera sido posible sin el consentimiento expreso, cuando no la complicidad, de la dirección nacional", lamenta Álvarez Cascos en su carta.
"Más allá de las amarguras inherentes a una decisión tan difícil como dolorosa, siento que mi deber me obliga a dar este paso para hacer las paces con mi propia dignidad personal", concluye su misiva.
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