Este artículo se publicó hace 15 años.
Alcorcón se pinta para ver al Madrid
El club ha adecentado los accesos a vestuarios por imagen
Una estela profunda de tacos en el barro denota un fútbol más terrenal. Como cada día, los jugadores del Alcorcón cargan con la portería camino del campo de entrenamiento. "Aquí todo es normal", dice Anquela, el entrenador, que ha dado orden de no alterarse demasiado por la visita del Madrid. No le gustan las comparaciones tópicas de presupuestos o del aparcamiento de coches. La escasa capacidad del estadio Santo Domingo, 3.000 asientos más los 1.000 que se añadirán por la grada supletoria, hasta impiden al Alcorcón tildar el duelo de Gordo de la Lotería y apañar el presupuesto. Eso sí, por imagen, ha decidido pintar los accesos a vestuarios.
"Esto es la vida misma. Somos el Alcorcón y ellos el Real Madrid, ya está. No vamos a ganar la Copa. Nuestra pelea es otra. Tampoco vamos a cambiar nuestra manera de jugar. Lo haremos como siempre, aunque siendo conscientes de que las concesiones que hagamos las pagaremos". Anquela rememora nostálgico sus enfrentamientos con los blancos. Cuando jugaba era un aguerrido centrocampista del Elche de principios de los año ochenta. "Las experiencias fueron malas. Nos golearon y recuerdo un partido con el Castilla de la Quinta en el que Butragüeño nos metió cuatro goles, uno desde el centro del campo. Ese día no jugamos, corríamos detrás de la pelota", asegura entre melancólico y bromista Anquela, ahora en los banquillos "porque ya no puedo correr". No pierde la esperanza de ascender en el escalafón del fútbol español, pero asume que el pozo de la Segunda B es muy profundo: "El de los entrenadores es un círculo muy cerrado. Te catalogan y yo estoy entre los técnicos de los equipos que pueden aspirar al ascenso a Segunda, pero de ahí es complicado pasar".
El sueldo medio de la plantilla alcorconera ronda los 24.000 euros
Con un presupuesto de 1.300.000 euros, el Alcorcón no se ajusta al fútbol de trincheras y resabiado que se estila en Segunda B, "aunque luego nos la endiñan", dice el zurdo Ernesto, uno de los dos ex madridistas que militan en el club.
Las malas lenguas dicen que Míchel le dio la carta de libertad para darle cabida a su hijo, pero Ernesto no entra a valorar esa rumorología: "Míchel llegó y dijo que quería gente más joven". El lateral o central Borja Gómez, el otro ex madridista, tomó una decisión inusual: "Querían que jugara en el Real Madrid C porque salía de una lesión. Por otros casos de lesionados a los que les ofrecieron lo mismo, intuí que eso no me valdría para nada y decidí marcharme". "El problema es que se fiche a Huntelaar", asegura Borja. "Así se han dejado escapar tres generaciones buenas de jugadores", apuntilla Ernesto. Ambos se apartan del rencor: "No tenemos nada que demostrar, de qué serviría ahora".
El fútbol bribón que abunda en la categoría impedirá a Vara, ex atlético, disputar el partido. Le buscaron y se la buscó. Un jugador del Vecindario le pasó la mano untada en Radio Salil por la cara y le irritó los ojos. La respuesta de Vara fue un puñetazo que le ha costado cuatro partidos de sanción. Otro que no jugará es Alberdi, recuperándose de una lesión de pubis. Le duele la ausencia porque enfrente tendría a un amigo de la infancia: "Coincidí con Xabi Alonso en la Real y en el Antiguoko". El vestuario del Alcorcón está salpicado de pequeñas historias que acercan al fútbol de la realidad de la que le alejan los euros a granel: "Aquí hay gente que, en el Logroñés, tuvo que trabajar descargando camiones por la noche porque no les pagaban. O como los que han venido del Lorca. Este club no paga mucho, pero cumple", dice Eladio, que bautizó con su mismo nombre a su hijo, ahora suplente del ex portero rojiblanco Juanma.
Jeremy, francés de 20 años, probó y fichó motivado por el caso Diamé
El sueldo medio de la plantilla ronda los 24.000 euros. Con temporadas como la anterior, en la que el equipo llegó a disputar el play-off de ascenso, el desmantelamiento es inevitable. "Para hacer una plantilla en Segunda B hay que tener contactos en los otros clubes de mucha confianza, no para saber la calidad futbolística, sino para saber si los jugadores que te interesan aún tienen ambición o están sólo para cobrar", dice Nico, el secretario técnico. Su última adquisición ha sido el francés Jeremy, un zurdo de 20 años, exquisito pero muy frío. Llegó en agosto a prueba. "A raíz de lo sucedido con Diamé, que del Rayo se ha catapultado a la Premier, el mercado francés de ese nivel se ha abierto para los clubes de Segunda B y vienen muchos a probar".
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