La vuelta al cole tras la DANA, una "campaña de publicidad" para lavar la imagen de la Generalitat
"La Conselleria puede reubicar a los menores en otros centros, pero si la riada los dejó sin coche y los autobuses no pueden circular con normalidad, ¿cómo llegan allí?", preguntan desde Save the Children.
Madrid--Actualizado a
Los efectos de la DANA han forzado el cierre –temporal, cuando no definitivo– de 92 centros educativos en todo el País Valencià. Los directores y directoras de los colegios de l'Horta Sud –públicos, privados y concertados– han recibido a última hora del viernes una circular. La Conselleria d'Educació informaba de la reapertura de 49 de ellos –47, finalmente–. Este lunes, según el mismo documento, 22.000 alumnos de Benetússer, Algemesí, Alaquàs y Torrent podían volver a las aulas. Las familias y los profesores, sin embargo, denuncian que "físicamente resulta imposible" y critican la "campaña de publicidad" orquestada por el Govern de Carlos Mazón.
"El personal de inspección ha intentado visitar cada uno de los centros afectados [para comprobar su estado], pero no siempre ha sido posible acceder. La Conselleria dio por hecho que algunos colegios no habían sufrido daños; no envió recursos de limpieza y tampoco tuvo en cuenta que muchos centros siguen utilizándose como puntos logísticos", insiste Rubén Pacheco, presidente de la federación de familias FAMPA València. El departamento que dirige José Antonio Rovira envió el domingo un segundo mensaje para confirmar que otros 50 colegios e institutos volverían a la normalidad de forma progresiva durante las próximas semanas. Los alumnos de otros 20 centros tendrán que ser reubicados, porque las instalaciones quedaron completamente destruidas.
El CEIP Virgen del Pilar de Algemesí figura en la lista de la Generalitat como uno de los centros que está, supuestamente, en condiciones de retomar la actividad. Los 135 alumnos deberían haber vuelto al cole este lunes. "La reapertura en los términos planteados era casi imposible. Los únicos que han podido venir son los 30 que viven en el barrio; los demás no pueden llegar. Las calles están llenas de maquinaria pesada y los accesos son peligrosos", reconoce al teléfono Eva Moya, directora de la escuela. El equipo docente ha contactado con todas las familias y ha lanzado una campaña para recoger material escolar, porque "muchos niños y niñas lo han perdido todo". El centro cerrará de nuevo este miércoles como muchos otros del País Valencià, al estar en la zona en alerta por lluvias.
Lo mismo ha ocurrido con los alumnos del CEIP Blasco Ibáñez, en Benetússer. La Generalitat contemplaba su "apertura progresiva" a partir de este lunes, justo dos semanas después de la DANA. "Lo que dice la Conselleria es imposible, completamente imposible. La zona de infantil, por ejemplo, está ocupada por los veterinarios; ahora mismo, de hecho, están operando a un perro... No te puedes imaginar un colegio al uso", señalan desde el centro. Los bomberos, la Policía y los efectivos de la UME utilizan las instalaciones como espacio de trabajo. "¿Cómo vamos a empezar las clases sin desalojar, higienizar y limpiar el centro?", se preguntan las mismas fuentes.
Verónica, madre de dos niños: "Les da miedo salir a la calle y que vuelva a llover"
Catarroja ha amanecido este martes con todos sus colegios e institutos todavía cerrados. El municipio tiene una decena de centros, pero siguen sin ser "espacios seguros" –tampoco los que no han sufrido daños materiales–. "La ciudad sigue afectada y la prioridad tiene que ser la seguridad de los niños y niñas; algo que, de momento, resulta imposible", confirman desde el Consistorio. Verónica Peris tiene dos hijos de diez y cinco años que estudian en uno de los colegios de la localidad. "Lo han pasado mal y están como locos por volver; de hecho, lo necesitan. Los niños necesitan a otros niños, entre ellos se dan fuerzas, pero no sabemos cuándo será posible", reconoce. Su marido se ha quedado sin trabajo tras las inundaciones.
"El shock ha sido tremendo. Los niños estaban en el balcón y veían cómo bajaba el agua, con una fuerza terrible; cómo caían las casas y se amontonaban los coches. El miércoles se despertaron, salieron otra vez al balcón y no podían parar de llorar. Les da miedo salir a la calle; les da miedo que vuelva a llover, pero tienen ganas de ver a sus amigos y les vendrá bien retomar el contacto, volver al colegio", continúa Verónica. Save the Children insiste en la necesidad de "proteger" a los menores y poner a su disposición las "herramientas necesarias" para acompañarlos no sólo a nivel educativo, sino también en el plano emocional.
La salud mental, olvidada (una vez más)
Los niños y niñas de l'Horta Sud han vivido una catástrofe sin precedentes; algunos han perdido sus casas y coches, otros, a sus familiares o amigos. La Conselleria sitúa en 20 el número de centros que no pueden abrir sus puertas, tampoco de manera progresiva. La mayoría están en Aldaia, Alfafar, Catarroja o Sedaví, cuatro de los municipios de la zona cero de la DANA. Los alumnos de estos colegios serán "desplazados" a otras ubicaciones; lejos de lo que queda de sus pueblos; de sus compañeros y sus tutores de referencia. "Estos niños tienen que incorporarse al curso como si nada, empezar de cero en centros donde no conocen a nadie. Es un trance, que se suma a la experiencia traumática que han vivido con las riadas. Las administraciones no han tenido ni el más mínimo miramiento al respecto", lamenta Rubén Pacheco.
La Generalitat dice en una segunda circular que el profesorado, sin formación específica, deberá prestar atención psicológica y emocional a los alumnos. La nota contempla la posibilidad de "adaptar las programaciones, la evaluación de los aprendizajes y el acompañamiento" de los menores, "con especial atención al alumnado más vulnerable". Rodrigo Hernández, responsable de la respuesta a la emergencia en Save the Children, considera que las medidas son insuficientes: "Los niños no tienen que recuperar las habilidades para multiplicar por dos; tienen que recuperar su infancia, espacios seguros donde jugar y relacionarse con otros niños. La circular deja la atención en manos del profesorado, pero los profesores también necesitan refuerzo y apoyo psicológico, porque muchos han sido víctimas de las riadas".
"La circular deja la atención en manos de los profesores, pero ellos también necesitan apoyo psicológico"
Los alumnos que van a ser realojados todavía desconocen cuál será su destino y permanecen, en muchos casos, sin escolarizar. "Los desplazamientos son una cuestión importante y no podemos pasarla por alto. La Conselleria puede reubicar a los menores en otros centros, pero si la DANA los dejó sin coche y los autobuses no pueden circular con normalidad, ¿cómo llegan allí?", se pregunta Hernández. La Intersindical Valenciana critica que "las familias difícilmente han podido recibir la información" sobre la vuelta al cole, porque la Generalitat envió la primera circular un viernes por la tarde y las zonas de l'Horta Sud siguen "con una cobertura deficiente".
El lavado de imagen del Govern de Mazón
Las casas de la comarca están llenas de barro y los más pequeños tienen pesadillas por las noches; algunos, todavía se esconden debajo de la cama cuando escuchan un ruido más fuerte de lo normal. "La Conselleria no contempla la posibilidad de introducir profesionales capacitados para atender psicológicamente al personal docente y a las criaturas. Lo que les preocupa no es que los niños tengan un lápiz y una libreta, tampoco su bienestar, ni la recuperación de la normalidad... Al señor Rovira le preocupa su puesto como conseller", desliza Rubén Pacheco, presidente de FAMPA València, para luego añadir: "El Govern no lo está haciendo bien y con esta campaña publicitaria, intenta colgarse la medalla".
La carta de la Generalitat también insta a los centros a "facilitar la docencia telemática" durante estas primeras semanas, pero los pueblos siguen sin conexión a Internet y muchos alumnos, sin casa. Las becas comedor, la reagrupación de los chavales y el servicio de transporte escolar también inquietan a la comunidad educativa. Rodrigo Hernández, portavoz de Save the Children en el País Valencià, sentencia: "Los 18.000 niños y niñas de las poblaciones afectadas que disfrutaban de la beca comedor tienen que seguir recibiendo este servicio; para muchos, era la única comida saludable del día. Es importante, además, mantener los grupos de amigos y compañeros en los nuevos centros, para que nadie los revictimice, para que no sean los niños de la DANA".
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