Este artículo se publicó hace 5 años.
Violencia machistaNueve mujeres acusan al tenor Plácido Domingo de acoso sexual
Los presuntos delitos de acoso se produjeron durante tres décadas, cuando Plácido Domingo ocupaba puestos de alta dirección. Según relatan, utilizó su posición aventajada, llegando incluso a castigar profesionalmente a aquellas que se negaban a tener relaciones con él.
Madrid-
Nueve mujeres han acusado al tenor español Plácido Domingo de acoso sexual, según ha recogido Associated Press. Las declaraciones, publicadas durante la madrugada del lunes, solo personalizan y nombran a una de las víctimas, la mezzo-soprano Patricia Wulf, ya que las demás quieren permanecer en el anonimato.
Ocho cantantes y una bailarina declararon a la agencia que los supuestos delitos de acoso se produjeron durante tres décadas, a partir finales de la década de 1980, cuando Plácido Domingo ocupaba puestos de alta dirección. El tenor utilizó su posición, llegando incluso a castigar profesionalmente a aquellas que se negaban a tener relaciones con él.
“Que alguien intente agarrarte la mano durante una comida de trabajo es raro, o que te ponga la mano en la rodilla es un poco raro. Siempre te estaba tocando de alguna manera, y siempre besándote”, comunicó una de las ocho cantantes.
Otra media docena de mujeres, además de las nueve, han declarado que las proposiciones sexuales de Domingo les hicieron sentir incómodas en muchas ocasiones.
"Perseguía a las mujeres jóvenes impunemente" han declarado algunos compañeros de trabajo
La agencia asegura que también ha hablado con casi tres docenas de otros cantantes, bailarines, músicos de orquesta, personal técnico, maestros de canto y administradores, que que fueron testigos de “comportamiento sexual inapropiado de Domingo” y que “perseguía a las mujeres jóvenes impunemente”.
El tenor no ha contestado a un cuestionario de la agencia estadounidense, pero ofreció un comunicado a AP, que se puede leer entero en su web: “Creo que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre aceptadas y consentidas. La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que pueda hacer daño, ofender o avergonzar a alguien de manera intencionada”.
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