Este artículo se publicó hace 2 años.
Migrantour, una ruta por el Raval que rompe estigmas
La entidad Nexes Interculturals estrena unas rutas que luchan contra el racismo y la xenofobia, donde las mismas personas migradas son las guías y explican sus experiencias en Barcelona.
Alba Tebar
Barcelona--Actualizado a
Son las seis de la tarde en el barrio del Raval y, micro en mano, Karina abre su mochila, saca la bandera de Colombia, y empieza a airearla con fuerza ante un grupo de 10 personas que la escuchan atentamente. "Es difícil cargar con el estigma de ser migrante", dice, "y más romper con el estereotipo que yo, por ser colombiana, tengo asociado. No he venido a Barcelona a vender cocaína", reivindica.
Karina es una de las nueve acompañantes —huyen deliberadamente de la palabra guía— que se encargará, desde finales de mayo hasta febrero de 2023, de enseñar a escuelas y turistas el barrio del Raval desde una vertiente poco convencional. La idea es romper con las lógicas del turismo de sol y playa y "poner a las personas migrantes en el centro", explica Alberto Tarragó, trabajador de Nexes Interculturals, la entidad sin ánimo de lucro que ha impulsado el proyecto. Estas rutas, que reciben el nombre de Migrantour, tendrán la particularidad de estar conducidas por personas migradas que no son guías profesionales, y que vienen de lugares tan diversos como Perú, Argentina, México, Guinea Ecuatorial, Colombia, Filipinas, Rumanía y Polonia.
Migrantour nació en Italia en 2010 y actualmente ya está presente en más de 20 ciudades, ya que "la inmigración es una narrativa común entre todas las ciudades europeas", detalla Alberto. Él conoció este proyecto cuando estaba de Erasmus en Lisboa, y se enamoró tanto de él que quiso exportarlo a su ciudad natal. Así pues, desde marzo de 2021, Barcelona se ha estado preparando para convertirse en una ciudad más de esta red europea que apuesta por Migrantour como herramienta para luchar contra la xenofobia y el racismo presentes en nuestras metrópolis.
Migrantour nació en Italia en 2010 y actualmente ya está presente en más de 20 ciudades
Tres ciudades nuevas —Barcelona, Copenhague y Utrecht— han sido "entrenadas" por cuatro ciudades antiguas: Bruselas, Milán, Liubliana y Lisboa. De hecho, a principios de mayo, los acompañantes y los coordinadores de Nexes se fueron cinco días a la capital portuguesa para aprender y reflejarse en sus rutas. Aunque las ciudades que forman parte del proyecto comparten una misma narrativa que pone sobre la mesa los valores del antiracismo y la interculturalidad, después cada una lo ha llevado a su propio terreno.
En el caso de Barcelona, el escenario escogido ha sido el barrio del Raval, para "demostrar que es mucho más que un barrio donde se practica la prostitución, se vende droga o hay delincuencia", argumenta Alberto. De hecho, el objetivo de Migrantour es poner de manifiesto la diversidad de la capital y, gracias a un discurso que empodere a sus gentes, desmontar estigmas y estereotipos, sobre todo ahora que "cada vez hay más racismo debido al aumento de la extrema derecha", advierte el coordinador del proyecto.
Las paradas del recorrido
El punto de encuentro y de inicio de las rutas es la Rambla de Santa Mònica, justo delante del monumento de Colón. Desde allí y a lo largo de algo más de dos horas, las acompañantes llevan al público por varios lugares característicos del Raval. Juegan constantemente con la interacción con la gente, a la que interpelan y hacen participar de forma activa para poder hacer una reflexión conjunta sobre la migración en Barcelona.
"En el Raval se hablan más de 300 idiomas diferentes", recuerda Grajkowska, una acompañante polaca
La primera de las paradas del recorrido es la Escuela Oficial de Idiomas de las Drassanes, donde Grajkowska, una polaca que hace de acompañante, nos recuerda que "en el Raval se hablan más de 300 idiomas diferentes". Después, poco a poco, nos vamos adentrando en el barrio, pasando por lugares tan emblemáticos como la escultura de bronce del Gato del Botero, en la Rambla del Raval; o el ágora Juan Andrés Benítez, en la calle Aurora. Este último es un solar okupado y autogestionado por los vecinos desde 2014, cuando se autoorganizaron para evitar la construcción de un hotel, y aprovecharon para hacer de éste un "espacio seguro y una zona de empoderamiento para las vecinas", cuenta Mali, otra de las acompañantes. Ella vino de México hace ahora 18 años, y confiesa que desde el primer momento en que se enteró del proyecto Migrantour, tuvo claro que querría participar en él de forma activa.
Más adelante entramos en la tienda Top Manta, gestionada por el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona. Allí, son los propios trabajadores los que nos enseñan su proyecto y sus reivindicaciones. "Esta es una marca de ropa de lucha, para liberarnos", manifiestan. Otro de los proyectos que se visitan es La Panafricana, una librería especializada en literatura de temática africana y migraciones. "La idea es integrar la comida en la ruta", dice Alberto. Por eso, siempre que se pueda, al público se le ofrecerá probar unos "vasitos de baobab" o de otros gustos exóticos en esta librería.
La última parada del recorrido es la plaza de Sant Agustí, donde vemos uno de los murales del proyecto "Visibles" que ha instalado Arrels, una fundación que acompaña a las personas sin hogar de Barcelona. Ahora bien, la gracia de estas rutas es que no son rígidas. Pueden sacarse o añadir paradas, ya que gran parte de su discurso se articula en torno a las vivencias y experiencias de los acompañantes: los estigmas que han sufrido como migrantes y los obstáculos que han tenido que superar. En pocas palabras, se trata de crear conciencia colectiva a partir de su testimonio personal, al tiempo que se dan a conocer rincones poco turísticos del Raval.
Presente y futuro de Migrantour
Ahora vienen unos meses de mucha actividad en Migrantour. En julio vendrán a Barcelona las otras ciudades europeas participantes, en septiembre los acompañantes y los coordinadores viajarán a Milán, en octubre a Utrecht, y en enero celebrarán la clausura de la iniciativa en Copenhague. Aunque en febrero del próximo año Migrantour Barcelona finaliza como proyecto, "Nexes apuesta por continuarlo", declara Alberto, y "la idea es que sea sostenible por sí mismo y no tenga que depender de ayudas públicas". "En las ONG o en las cooperativas sin ánimo de lucro a veces nos da vergüenza hacer dinero con nuestros proyectos, pero si éstos son generados de forma social y solidaria, tienen sentido", declara.
Estos son los primeros días en los que Migrantour se abre en Barcelona y las acompañantes comienzan a hacer rutas delante del público. Algunas de ellas están nerviosas: "Si me toca con un grupo de adolescentes, ¡no sabré muy bien qué hacer!", exclama preocupada Karina, que se estrena hoy haciendo la ruta. Ahora bien, pánico escénico aparte, la tarea de desestigmatización que hace Migrantour en un barrio como el Raval, con "el 70% de residentes extranjeros", es fundamental para "defender un turismo diferente al que se aplica en Barcelona", comenta Alberto. "Queremos un modelo más social y responsable, un turismo que incluya a la ciudadanía local. Y Migrantour es una alternativa perfecta", concluye.
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