El más visitado: la magia del Pesebre Viviente de Corbera de Llobregat
Con más de 200 figurantes, 50 funciones por temporada y 62 años de historia, el Pesebre Viviente de Corbera de Llobregat es uno de los más completos
Marta Burgués
Periodista
Barcelona-
Al destacar las tradiciones más navideñas de Cataluña, no podemos pasar por alto los pesebres vivientes, representaciones del nacimiento de Jesús con personajes reales. Con más de 200 figurantes, 50 funciones por temporada y 62 años de historia, el de Corbera de Llobregat es uno de los más completos y el más visitado a lo largo de los años.
La Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera, una entidad sin ánimo de lucro, organiza el Pesebre Viviente de Corbera desde sus inicios. La temporada 2024-2025, la 61.ª, cuenta con representaciones todos los fines de semana y vísperas de festivos hasta el sábado 11 de enero de 2025. Con más de 2.550 representaciones realizadas, sus organizadores destacan que este pesebre ha recibido 1.051.344 visitantes desde su primera edición en 1962. Ubicado en un entorno privilegiado y natural en la Penya del Corb, con más de 14.000 m² llenos de cuevas, piedras, caminos, árboles, agua y plantas, la escenografía única de este pesebre atrae cada año a más de 30.000 visitantes.
La representación viva del nacimiento de Jesús en Belén, en forma de pesebre viviente, se ha convertido en una manifestación cultural popular y en patrimonio inmaterial. Este proyecto clásico, basado en la participación intergeneracional, es un referente actual de la larga tradición teatral catalana. Se nutre de los misterios y de las formas más genuinas del teatro hagiográfico medieval de Cataluña.
Más de 250 voluntarios: el alma de la representación
Este pesebre no sería posible sin la participación de más de 250 voluntarios, entre figurantes, organizadores, montadores de decorados, técnicos de luces y sonido, costureros y otros colaboradores. Son vecinos del pueblo, a menudo de hasta tres generaciones familiares, que participan de manera desinteresada cada temporada.
Es el caso de María, quien comenzó cosiendo y, desde hace años, interpreta al personaje de la leprosa, una idea que ella misma propuso. “Entré hace ocho o diez años para encargarme del vestuario y el atrezo. Un día vi una túnica llena de agujeros y se me ocurrió la idea de crear un personaje que pudiera aportar algo especial al pesebre”.
En el pesebre viviente de Corbera, los personajes no son únicamente estáticos, sino que también realizan acciones y se mueven. La leprosa, por ejemplo, se encuentra en la zona del mercado de Nazaret, donde pide dinero y los vendedores la echan. “Aparte de la monotonía de comprar y vender, suelo meterme entre la gente, y los visitantes, sobre todo los niños, dicen: ‘¡Ostras, qué señores más malos, que echan a esta pobre abuela!’. Pero me encanta”.
Para María, participar en esta representación tiene un significado especial. “Todos lo esperamos durante todo el año. El pesebre es como una gran familia. Es un pueblo, con sus barrios. Como es tan grande, se forman pequeños grupos de amigos, y la verdad es que los que formamos parte de Nazaret estamos deseando vernos”.
Prácticamente toda su vida en el Pesebre Viviente de Corbera, Anna comenzó con solo ocho años y ahora, con 31, sigue participando. “He participado ininterrumpidamente. He pasado por muchos personajes, empezando como pastorcilla de pequeña, en el espacio donde hacemos cagar un tió; después pasé un tiempo en la Anunciación, estuve con las lavanderas, también he estado en Nazaret, y ahora hago de Virgen María o estoy en la zona de los pescadores. He pasado un poco por todas partes”.
Para Anna, formar parte de este pesebre es todo un honor. Más allá de que se celebre en su pueblo, donde todo el mundo se conoce, para ella representa un momento muy importante del año. Según Anna, la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera es una “entidad intergeneracional, con niños desde antes de cumplir un año hasta personas muy mayores. Para mí, esto es de las cosas más bonitas: que podemos crear vínculos, compartir pueblo y pasión”.
"La experiencia de vivir un pesebre desde dentro"
La particularidad del Pesebre Viviente de Corbera es que los visitantes pasean dentro de un pesebre a tamaño real (14.000 m², 700 metros de recorrido y 13 zonas escénicas) y van descubriendo las diversas escenas representadas. En el recorrido se mezclan las costumbres hebreas y catalanas, como la Anunciación, el Nacimiento de Jesús en la Cueva, el pueblo de Nazaret, un mercado tradicional, oficios artesanales catalanes, un pajar, una masía catalana o la típica tradición de hacer cagar el tió.
La visita es una excelente oportunidad para que los más pequeños de la familia, y también los adultos, conozcan de manera visual y amena nuestro pasado y nuestras tradiciones. El recorrido dura aproximadamente una hora y cuarto y está guiado por un relato que combina textos evangélicos y poéticos para explicar cada escena mientras el visitante avanza y se adentra en la atmósfera de una gélida noche de Navidad.
El Pesebre Viviente evoluciona cada temporada con la incorporación de nuevas escenas, construcciones o personajes para que los visitantes que repiten la experiencia encuentren nuevos elementos.
Con más de 200 figurantes, 50 funciones por temporada y 62 años de historia, el Pesebre Viviente de Corbera de Llobregat es uno de los más completos
Víctor González, pesebrista y presidente de la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera de Llobregat, comenta en Público estos cambios: “En el espacio se ha mejorado cada cuadro. Cada uno cuenta con sus acacias, barandillas, instalación eléctrica y adecuación general del entorno. La instalación eléctrica se realiza de manera completamente legalizada, algo que hace 20 años no era así”.
Explica que la mejora de la infraestructura eléctrica ha sido significativa y que todavía están cambiando luces halógenas por LEDs. “Es una inversión muy grande que intentamos llevar a cabo poco a poco”. El año pasado realizaron una importante inversión en la renovación del sistema de sonido, una parte clave del espectáculo, incluyendo nuevos altavoces, un subwoofer nuevo y una nueva mesa de sonido.
En torno a 2014, los miembros de la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera sintieron la necesidad de ofrecer algo más a los visitantes. Contactaron entonces con profesionales del teatro para aportar un “efecto más teatral a determinadas escenas del pesebre”. “Tanto la teatralización como la mejora de todo lo relacionado con el atrezo en cada cuadro hacen que el visitante realmente salga impresionado. El resultado es espectacular”.
Desde su primera representación en 1962, el Pesebre ha recibido a 1.051.344 visitantes
María, quien interpreta a la leprosa, tiene claro que siempre se introducen ciertos cambios, incluyendo nuevos personajes y elementos para mejorar la experiencia. “Es muy familiar. Es como meterte dentro de un pesebre que has hecho en casa”.
Visitantes de todo el mundo
El pesebre alcanzó el año pasado la cifra récord de 31.942 visitantes. “Dejando de lado la Covid, que nos afectó durante dos años, la media es de unas 28.000-29.000 personas por temporada en los últimos seis años”, comenta Víctor González.
Para el presidente de la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera de Llobregat, “consolidar esta cifra de visitantes garantiza poder ofrecer un espectáculo de calidad en cada representación. Además, tenemos el aforo limitado a 700 visitantes por función para que todos puedan disfrutar plenamente del espectáculo”.
El presidente también destaca que “el Pesebre Viviente de Corbera tiene un público muy fiel; cerca del 40% de los visitantes repiten cada temporada, lo que lo convierte en una importante tradición familiar navideña”.
Se celebra en una escenografía única, de más de 14.000 m², que atrae cada año a más de 30.000 visitantes
La popularidad del Pesebre Viviente de Corbera es tan grande que recibe visitantes de todo el mundo, incluyendo Japón, Canadá, Estados Unidos, Francia y Alemania, quienes compran las entradas exclusivamente en línea. Desde principios de octubre, e incluso finales de septiembre, comienzan a recibir peticiones de entradas, lo que a veces dificulta acceder al pesebre. Sin embargo, Víctor González explica: “Si alguien ha venido de muy lejos y ha tenido algún problema, y las entradas están agotadas, buscamos entradas para otra sesión del mismo día. Es una regla sagrada que tenemos: quien viene a ver el pesebre, no se va sin verlo”.
En este sentido, González resalta nuevamente el carácter voluntario del evento: “Lo que nos gusta es que venga el máximo número de gente posible. No obtenemos ningún beneficio económico ni nada parecido a título personal. Lo que nos llena de orgullo es recibir a todo este público y, además, lograr un grado de satisfacción muy elevado cuando se marchan”.
El reto de mejorar
Los organizadores del Pesebre Viviente de Corbera se plantean nuevos retos para que la representación siga sorprendiendo cada temporada. Sin embargo, todo depende de los fondos recaudados cada año. Al tratarse de una entidad sin ánimo de lucro, “de todo lo que recaudamos con las entradas, una parte se destina al montaje y la preparación de la temporada siguiente, y la otra a mejoras”.
De cara al futuro, uno de los objetivos es realizar cambios en la distribución del espacio, ya que se requiere una infraestructura y logística importantes para todo lo relacionado con el vestuario y su almacenamiento. “Corbera es un municipio muy húmedo, por lo que las pequeñas edificaciones que tenemos tienen muchos años y necesitan reformas”, explican.
Además, al no contar con más espacio para almacenar el material, y siendo un terreno no urbanizable, “nos gustaría poder construir alguna pequeña edificación para guardar todo este material. Ya estamos trabajando en ello, pero los procesos son muy lentos porque también está involucrada la administración”.
Continuar mejorando
Además de estos retos, el objetivo sigue siendo trabajar en el espectáculo para que sea excelente, ofreciendo al visitante una experiencia diferente, emocional y brillante en todos los aspectos.