Maltratadas, rescatadas y condenadas a morir: el destino de cinco vacas refleja lo peor de la ganadería
Los animales fueron salvados de una granja donde sufrían delgadez extrema. Sin embargo, la Justicia no ha encontrado indicios de maltrato y deberán abandonar su actual refugio para afrontar un futuro incierto.
Madrid--Actualizado a
Todo comenzó con un gato herido. El 27 de marzo de 2022, un agente del SEPRONA atendió una llamada anónima por el pésimo estado de un felino en la localidad cántabra de Sarón. El animal se encontraba en las inmediaciones de un domicilio en el que se hallaron más animales con un pésimo estado de salud. Fue el caso de cinco vacas famélicas que desde entonces, hace ya tres años, viven en un santuario. Allí se han podido recuperar gracias a los cuidados y alimentos de los voluntarios. Sin embargo, la Justicia ha determinado ahora que los animales deben abandonar el refugio donde se recuperaron y volver a la granja de la que fueron recatados ya que le ha dado la razón al ganadero al que decomisaron estos animales al fallar que no se aprecian indicios de maltrato.
En un atestado de la Guardia Civil, al que Público ha tenido acceso, se explica que el gato encontrado mostraba una "extrema delgadez" y heridas en los costados. La familia dueña del animal explicó al agente del SEPRONA que había sido mordido por un zorro en noviembre de 2021 –es decir, hacía cuatro meses– y que no había recibido atención veterinaria.
Tras capturar al gato, comprobaron que en los bajos de la vivienda había dos cuadras donde la familia tenía varias vacas lecheras –de la raza frisona–, también "en un estado de delgadez extremo". El dueño de la finca indicó que se debía a que "acababan de pasar el invierno". Ante esta situación, el agente solicitó una inspección a la Dirección de Ganadería, que tuvo lugar dos días después.
La inspección veterinaria determinó que las vacas sufrían una severa delgadez
La facultativa de dicha inspección determinó que dos de los animales estaban emaciados –tenían un peso corporal extremadamente bajo– y que los otros tres se encontraban en delgadez, es decir, un grado inferior a la emaciación, pero que también supone un mal estado de salud. Así, los cinco bovinos fueron a parar al refugio de la asociación La Manada Cántabra, donde han vivido hasta ahora.
"Los animales estaban esqueléticos, al borde de la muerte", relata a este medio Patricia López, cofundadora del santuario. No obstante, el ganadero recurrió el caso que inició el SEPRONA y la causa fue sobreseída provisionalmente. La Manada Cántabra ha reclamado en varias ocasiones hasta llegar a la Audiencia Provincial, pero esta volvió a dar la razón al ganadero.
El ganadero investigado considera que "es todo un puro cuento de los animalistas"
El dueño de las vacas declara a Público que el agente del SEPRONA "engañó" a los voluntarios del refugio y que "es todo un puro cuento de los animalistas". El investigado sí reconoce la delgadez de una de las vacas, aduciendo que tenía más de 13 años y que había parido hacía dos meses. "No te lo voy a negar, eso es verdad", admite.
El ganadero insiste en que los tribunales le han dado la razón "sistemáticamente". Sobre esta cuestión, la cofundadora del refugio explica que la jueza del caso "hizo caso omiso" a sus reclamaciones para que declararan otros veterinarios y el SEPRONA.
La quimérica versión de la inspectora
La Fiscalía dictaminó el sobreseimiento provisional por presunto delito de maltrato animal en diciembre de 2022. En dichas diligencias, a las que este diario ha tenido acceso, consta que la facultativa que realizó la inspección declaró en sede judicial. En dicha ocasión, sin embargo, afirmó que la delgadez de las vacas se debía a la época del año y la edad de las mismas.
De acuerdo con López, los funcionarios de ganadería –como sería el caso de esta veterinaria– deben desenvolverse en ambientes hostiles. Con frecuencia, "les pegan, les amenazan" o tienen que lidiar "con gente que tiene armas", alega la animalista.
El refugio de animales asegura que la veterinaria declaró en el juicio a favor del ganadero "porque tenía miedo"
Según ella, el miedo se extiende en este cuerpo de trabajadores –hayan o no sufrido presiones de forma individual– y esta sería la razón por la que la facultativa se desdijo en el juicio de lo expuesto en el informe. El ganadero investigado niega saber nada acerca de las hostilidades que sufren los funcionarios en este entorno, así como de la situación particular de la veterinaria.
Por su parte, Diego Nevado, activista de Defensa Animal, señala a este diario que "los funcionarios en ocasiones actúan según ciertos intereses". El contexto concreto de la veterinaria encargada de la inspección es incierto, pero López no duda en asegurar que "tenía miedo".
Desde La Manada Cántabra realizaron su propio informe veterinario. Este determinaba que, al llegar al refugio, los animales se encontraban en "un estado de anorexia, en una pérdida de peso muy importante". El documento apuntaba a una probable "escasez de alimento de calidad" y alertaba de que, de seguir así, las vacas acabarían muriendo. No obstante, la jueza desestimó la imparcialidad de esta inspección.
El santuario también trató de presentar como prueba la notable mejoría de los bovinos desde que viven allí. En el auto de la Audiencia Provincial, notificado el pasado mes de septiembre, si bien recoge esta postura, finalmente acuerda desestimar el recurso de apelación de los animalistas.
La ganadería, ¿antónima del bienestar animal?
Con esta resolución irrecurrible por la vía ordinaria, las vacas están en una cuenta atrás para volver a la granja de Sarón. El ganadero, según informa a Público, todavía no sabe qué hará con ellas porque primero deberá confirmar en qué estado se encuentran. Por su parte, Patricia López tiene la total seguridad de que las acabará llevando al matadero.
Diego Nevado, activista de Defensa Animal: "Explotar animales es incompatible con su bienestar"
En este contexto, Nevado subraya que "explotar animales es incompatible con su bienestar". Además, recuerda que la industria ganadera, "como prácticamente todo en la vida, se mueve por el dinero y los intereses".
En una línea parecida se expresa López: "No se tienen en cuenta estos animales para su bienestar". La cofundadora del refugio recuerda que "las vacas, como cualquier animal, tienen sus sentimientos" y que "lo que quieren es estar tranquilas". Al respecto, la conclusión de Nevado es tajante: "Ningún animal en ninguna explotación está protegido".
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