El exceso de burocracia y la falta de aceptación social, los frenos para avanzar en la transición energética en Catalunya

Las empresas y entidades del ámbito de la energía y la eficiencia son optimistas con la situación económica del sector en el presente y el futuro inmediato. La percepción se extrae del Barómetro de la Energía 2024, la encuesta de opinión elaborada por el Clúster de la Energia Eficient de Catalunya. Pese a que un 72% de los 230 encuestados concluye que la economía de este sector es buena, y un 35% vaticina que ésta mejorará, el optimismo se desvanece en la esfera burocrática, que consideran como la principal barrera para avanzar hacia la transición energética. Las trabas administrativas son el problema esencial para el 26% de las organizaciones a la hora de concretar el cambio de modelo productivo, mientras que la gestión política, con un 20%, y el marco normativo, con un 10,6%, completan la lista de las dificultades más relevantes. Más allá del presente, el barómetro analiza las tecnologías que van a marcar el futuro. El almacenamiento con baterías resulta la más viable para un 75%, seguida de la Inteligencia Artificial (IA), el hidrógeno y el biogás.

La falta de un marco normativo claro, y la indefinición sobre cuáles serán los combustibles alternativos que funcionen como sustitutos de la combustión fósil, son los principales vectores que frenan el despliegue de las energías renovables en Catalunya. Desde el Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya, el presidente de la Comisión de Energía, Lluís Pinós, puntualiza que “debemos tener claro que en el proceso hacia la descarbonización de la economía, para alcanzar la transición energética, la electrificación no debe ser el único medio”.

Lluís Pinós: "Para alcanzar la transición ecológica, la electrificación no debe ser el único medio. Donde no llegan los electrodos, deben hacerlo las moléculas”

“Donde no llegan los electrodos, deben hacerlo las moléculas”. Con este ejemplo, Pinós detalla las oportunidades que debería articular la Generalitat "para facilitar soluciones alternativas para intensificar la utilización de las energías renovables". Aunque el experto admite que la burocracia acaba poniendo palos en las ruedas para dinamizar las iniciativas, añade otro elemento: “Se necesitan políticas de concienciación para los ciudadanos, en las que debería implicarse la Administración”.

Voluntad política

El hecho de que la tramitación e implantación de proyectos de energías renovables no vaya al ritmo necesario es fruto, según Pinós, de una cuestión de voluntad política. "Aunque parece que existe un punto de inflexión, debemos apostar decididamente por todas las soluciones energéticas que favorezcan que la generación eléctrica sea renovable y sustituya a la combustión fósil". Entre estas posibilidades, los ingenieros destacan el biometano. "Contribuye a la economía circular, ya que utiliza un residuo orgánico, como las deyecciones ganaderas, para impulsar un combustible renovable".

En una jornada reciente, organizada por Ingenieros Industriales de Catalunya, se reivindicó el biometano como un gas renovable esencial para alcanzar los objetivos de mitigación de emisiones y descarbonización de la economía. Según los expertos reunidos en el encuentro Retos y oportunidades del biometano en Catalunya, éste ayuda a una transición poliédrica, que va más allá de la energía eólica y fotovoltaica, con otros muchos agentes también necesarios.

Los expertos en ingeniería industrial reivindican el metano como un gas renovable esencial para alcanzar la descarbonización de la economía

De hecho, según señalaron, el biometano es el gran olvidado del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), documento que actúa como hoja de ruta de los objetivos de descarbonización a nivel estatal, además de establecer el grado de penetración de las energías renovables y los índices de eficiencia energética. Actualmente, Catalunya cuenta con ocho plantas de biometano en funcionamiento y cinco en proyecto. Con estas cifras, los ingenieros plantearon la necesidad de que el sector sepa vender las bondades de los proyectos, a la vez que la Administración debe aspirar a la excelencia y diligencia en la tramitación de los mismos. De este modo, creen que se conseguiría una mayor aceptación por parte del territorio. "Tenemos que ofrecer transparencia, y las mejores soluciones, que eviten cualquier problema o molestia en el entorno".

Participación pública

Desde la Energética, la empresa pública de renovables de la Generalitat de Catalunya, se prioriza la inversión en grandes proyectos estratégicos. Entre ellos, se encuentran la futura central hidráulica reversible de la Baells, o la participación en el desarrollo de la energía eólica marina. Aunque el organismo precisa que, para avanzar en las iniciativas, se deben dar dos condiciones: la viabilidad económica y la aceptación de los ayuntamientos implicados, el propio Parlament ha aprobado una resolución que insta a la empresa pública a formar parte del accionariado de las grandes instalaciones de renovables. En esta línea, la energética ha preseleccionado dos parques solares para efectuar una operación de compra por llamamiento público. El de la catalana Rubau Energia, ubicado en Vidreres (Girona), y el que ha instalado la compañía belga Aspiravi en Sant Fruitós de Bages (Barcelona).

Mientras, las administraciones locales y las plataformas y entidades vecinales insisten en que, a la hora de desplegar las energías renovables, se tengan en cuenta criterios como la búsqueda del mejor emplazamiento posible, con una afectación mínima a los espacios naturales y que no mermen la calidad de vida y la soberanía alimentaria de los propietarios de las tierras de cultivo. De la combinación de la eficiencia administrativa, la excelencia técnica, la viabilidad económica, la aceptación social y el respeto al medio natural debería salir el impulso para acelerar definitivamente la transición energética en Catalunya