Los intentos de suicidio entre los jóvenes se han duplicado después de la pandemia en Catalunya

Nuevo aviso sobre la situación de la salud mental entre los jóvenes. El Consell Nacional de la Joventut de Catalunya (CNJC) ha hecho una radiografía en la que recoge datos alarmantes: los intentos de suicidio se han duplicado en esta franja de edad si se compara la cifra con los registros anteriores a la pandemia. Uno de cada siete jóvenes sufre algún tipo de trastorno mental, una situación que la entidad califica de "emergencia" y por la que ha remarcado que se necesitan más recursos públicos, pero también una mejor coordinación entre los que ya existen y más respuestas para las problemáticas que les afectan, como la baja tasa de emancipación. 

Sesgo de género: por cada hombre con depresión hay dos mujeres

El informe, que se ha entregado este jueves al Govern, apunta al rol de la pandemia en el empeoramiento de la salud mental, en concreto sobre los jóvenes. Por ejemplo, en el hospital Sant Joan de Déu se incrementaron un 47% las urgencias por salud mental en 2021 respecto al año anterior. Ese año, las personas de entre 18 y 34 años fueron las que más visitas hicieron a los servicios de salud mental. 

El informe también señala un claro sesgo de género: por cada hombre joven con depresión, hay dos mujeres que la padecen. Entre las personas migradas o del colectivo LGTBI también existen peores índices de salud mental. 

En cuanto al suicidio, la entidad apunta a que, según datos de la Generalitat, los intentos se han duplicado respecto a los índices previos a la pandemia. Las urgencias por esta cuestión subieron un 30% en el 2021. El CNJC también pone sobre la mesa el dato según el cual el 8,8% de los jóvenes de Catalunya de entre 10 y 18 años manifiesta tener ganas de morirse. 

Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son otra de las caras de la misma moneda. La entidad advierte de que "la emergencia con los TCA entre los jóvenes es real y preocupante después de la pandemia". Las urgencias por este tema han incrementado un 165%. 

Más recursos y revertir el desequilibrio territorial

Por todo ello, el CNJC reclama más recursos públicos y recuerda que su ausencia lleva a muchos jóvenes a acudir al sector privado o directamente los excluye de este tratamiento. El organismo señala que la oferta pública es "mucho menor de la necesaria" y también es desigual en Catalunya. El Govern se ha comprometido a escuchar los resultados y llevar a cabo sus reclamaciones.

Julia Rosanna Sánchez-Valverde, presidenta del CNJC, ha explicado a los medios que "muchas personas jóvenes deben acudir a terapia privada que queda fuera de los registros o, directamente, no acuden a ningún servicio". Además, ha añadido que están infradimensionadas por "el estigma que se esconde detrás de la salud mental" y subraya que muchas se encuentran fragmentadas en una pluralidad de programas dedicados a esta cuestión que no están coordinados entre ellos, según informa la ACN. 

Reclaman introducir la educación emocional en los centros educativos

En total, la radiografía estima que existen unos 400 recursos en Catalunya, entre los que se encuentran 46 centros de salud mental infantojuvenil (CSMIJ), 59 centros de salud mental para personas adultas (CSMA) y decenas de clubes sociales gestionados por Salut Mental Catalunya, además de otros tipos de recursos como pueden ser las unidades de hospitalización. Según el mapa dibujado por las organizaciones, existe un déficit especial de recursos en las comarcas de Girona. 

Entre las propuestas se encuentra reforzar los servicios de urgencia y mejorar la coordinación entre los diferentes recursos. La entidad pide generar una mejor coordinación entre CSMIJ (donde pueden acudir menores de 18 años) y CSMA (a partir de la mayoría de edad) o integrarlos en la etapa juvenil, haciendo posible una mejor transición entre los servicios. También denuncia que este proceso conlleva en ocasiones "un trastorno" para las personas con problemas de salud mental. 

Otras medidas que se proponen son introducir la educación emocional en todas las etapas (obligatoria y postobligatoria), generar servicios de acompañamiento frente a la transición entre etapas educativas y ofrecer una formación al profesorado en detección y atención de malestares emocionales o problemas de salud mental.