Este artículo se publicó hace 3 años.
Iniciativas surgidas para ayudar a las mujeres afganas "en riesgo extremo"
Organizaciones y sociedad civil buscaron fórmulas para apoyar a las mujeres de Afganistán y sus derechos, tras el retorno del régimen talibán al país. La mayoría continúan activas.
Marisa Kohan
Madrid--Actualizado a
La vuelta al poder de los talibanes en agosto de 2021 ha hecho "retroceder 200 años los derechos de las mujeres" afganas y las conquistas conseguidas a lo largo de las últimas dos décadas. Así lo denunció Mahbooba Seraj, fundadora de la Red de Mujeres Afganas en una entrevista a un medio internacional. Si la situación de la población en general ya es difícil bajo el régimen Talibán, el riesgo que corren las mujeres es extremo.
Tal como afirmaban diversas organizaciones y defensoras de los derechos de las mujeres, muchas de las que han ocupado cargos públicos, las que han sido miembros del parlamento, las que han accedido a puestos de responsabilidad en el sistema judicial o se han significado públicamente, continúan en el punto de mira del nuevo gobierno. El nombre de muchas, según diversos testimonios, están incluidos en listas negras que manejan los nuevos hombres fuertes de Afganistán. Ante esa situación, diversas ONG, organizaciones profesionales o grupos de la sociedad civil han querido ayudar a esas mujeres, tanto a salir del país, como a recibir apoyos, protección y asistencia.
Para diversas activistas consultadas, pero que prefieren mantener el anonimato, el objetivo principal es seguir sacando del país al máximo número de mujeres posible que quieran huir y garantizar su seguridad. No es una tarea fácil. Los aeropuertos siguen controlados por miembros del nuevo régimen y la inseguridad reina en todo el país.
En medio de la emergencia, varias iniciativas vieron la luz con las que se puede contribuir de una u otra forma: presionando a los gobiernos y a la Unión Europea para que actúen; dando fondos para el estudio de jóvenes afganas en el extranjero; apoyando la labor de organizaciones que intentan sacar del país a mujeres u ofreciendo sus casas como espacios de acogida.
Nosotras acogemos
Esta iniciativa, lanzada el miércoles 18 de agosto por un grupo de activistas feministas en redes sociales con la etiqueta #YoAcojo, pedía voluntarios que ofrecieran sus casas para acoger a refugiadas afganas que llegaran a nuestro país. Se trataba de crear una red de acogida de mujeres y sus familias, pero también de presionar al Gobierno y a la UE para que actúen. "Las abajo firmantes OFRECEMOS nuestras casas y cuidados a las mujeres afganas en situación de extremo riesgo tras los últimos acontecimientos en este país", arrancó el manifiesto firmado por miles de personas, ciudadanos (mujeres en su mayoría) que se ofrecían a acoger.
Pero no sólo eso. En el texto también exigían "al Gobierno de España y a la UE que cumplan con sus obligaciones jurídicas recogidas en la Convención de Ginebra de 1951 y con el resto de la normativa internacional de Derechos Humanos". Pedían que se establezcan vías seguras para que las mujeres afganas y el resto de ciudadanos pudieran abandonar a salvo el país, así como la creación de corredores humanitarios que se mantuvieran tras la crisis. También exhortaban a los estados al reconocimiento de la protección internacional y a una acogida integral y acorde a las necesidades de estas mujeres.
Woman4Afghanistan
"Women4Afghanistan comenzó como una idea para un hashtag el miércoles 18 de agosto, dada la urgencia para actuar", comentaba a Público una de sus impulsoras, Katharina Miller, presidenta de la European Women Lawyers Association. Es una red global de comunidades de defensoras de los derechos de las mujeres que se extiende a lo largo y ancho del planeta. Conecta a activistas, principalmente a mujeres juristas, está centrada en "movilizar ayuda práctica para las mujeres y niñas afganas" y está apoyada, entre otras, por el Berkley Center on Comparitive Equiality and Anti Discrimination Law y por la Asociación Europea de Mujeres Juristas.
Entre sus principales acciones figuran las de apoyar a las organizaciones locales para distribuir alimentos y productos sanitarios, así como medicinas y dar apoyo y asesoría legal sobre la obtención de visas, títulos de asilo y residencia y otros trámites legales para mujeres y niñas refugiadas afganas. Además crearon una red de "madrinas y padrinos" que sirvieron de referencia a los afganos recién llegados en busca de protección y coordinaron voluntarios para cumplir esta función de poner un rostro humano y darles apoyo.
Pero sin duda una de las iniciativas más interesantes y que surgió directamente de las peticiones expresadas por mujeres afganas, fue la idea de crear becas de estudio para jóvenes afganas que estén en el exterior. Una especie de adopción educativa por la cual cualquiera puede sufragar las tasas y estancias para que las jóvenes puedan formarse y contribuir en el futuro a construir un país mejor.
Apoyo a las juezas afganas
La Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés) lanzó el 16 de agosto una declaración y una campaña en apoyo de las mujers juezas de Afganistán. En el país existían entonces 270 juezas en activo que estaban en peligro precisamente por ser mujeres y juezas. Muchas de ellas son responsables de haber metido en prisión a muchos de los que ahora gobiernan el país y su seguridad estaba en entredicho. Por ello, la IAWJ solicitó a los diversos países que tomaran con ellas las mismas medidas de protección que se pusieron en práctica para los intérpretes, periodistas y los colaboradores. "Permitir que estén a merced de los talibanes y de los grupos insurgentes, dado lo que han sacrificado, sería realmente trágico", afirmaba el comunicado internacional.
En nuestro país, la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) que forma parte de la IAWJ, se sumó a la campaña y afirmaba que no sólo se dirigía a sus socias, sino "al corazón de la ciudadanía".
En su web abrieron un canal de donaciones para cubrir los gastos de la campaña y la atención a las juezas afganas. Además solicitaron apoyos ciudadanos para ofrecer alojamiento a las mujeres juezas que consiguieran salir de Afganistán y llegar a nuestro país.
Abrid las puestas a Afganistán y a las afganas
Abrirafganistan fue un manifiesto que iniciaron las escritoras y periodistas Rosa Montero, Maruja Torres, Soledad Gallego-Díaz y Gabriela Cañas. En él mostraban su preocupación por la situación que atravesaba el país asiático y pedían a la comunidad internacional que presionara para que el régimen talibán reconociera el derecho de las mujeres a una educación y sanidad "normalizadas" y el de poder trabajar. "No es un manifiesto vacío de contenido, sino una propuesta sencilla de aplicar", afirmaban. En esta línea, y a través del manifiesto, reclamaban que se "respete los deberes elementales de solidaridad y compasión humana admitiendo en los vuelos y convoyes de repatriación de extranjeros al mayor número posible de afganos y, especialmente, afganas en peligro inminente, hayan estado o no al servicio de Estados o instituciones que los talibanes consideran enemigos".
Además, solicitaban atención preferente "a las mujeres en especial situación de riesgo, sea por haber desempeñado tareas profesionales prohibidas por los talibanes, asistido a escuelas y universidades, conducido su vida al margen de una moral fanática o cualesquiera otros motivos".
El escrito recibió también el apoyo de miles de firmas llegando al Parlamento Europeo pero hay que "seguir poniendo el tema sobre la mesa" y haciendo otras cosas para que no caiga en el olvido, afirmaban sus promotoras.
Apoyar medios locales de mujeres
Rukhshana Media, es un medio de comunicación que se declara independiente y que está compuesto por mujeres reporteras especializado en los derechos de las mujeres y en historias de mujeres que recopila a lo largo y ancho de Afganistán. Lanzó una petición de ayuda en forma de fondos y apoyo para garantizar que pueden seguir contando las historias.
Necesitamos tiempo
La organización Her Afganistán pedía tiempo. Es decir, ayuda en forma de disponibilidad. Lanzaron una iniciativa para pedir a la sociedad que apoye la causa de las mujeres grabando conferencias informativas sobre la situación que viven, compartiendo oportunidades de becas para mujeres u organizando debates sobre la situación de Afganistán.
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