La Iglesia solo logra captar uno de cada diez nuevos contribuyentes para la 'X' del IRPF
La entidad católica ha caído a su mínimo histórico, con un 30,43% de declaraciones a su favor, pese a que ingresa 382 millones de euros del Estado, una cifra sin precedentes.
Córdoba--Actualizado a
La Iglesia católica cada vez recauda más dinero del Estado al tiempo que registra mínimos históricos de contribuyentes que marcan la X en su declaración de la renta. Esa es la realidad paradójica que se desprende de un examen detallado de la Agencia Tributaria en la última década. La razón es bien sencilla: la jerarquía católica ingresa más dinero porque el número neto de contribuyentes ha crecido de forma exponencial en los últimos años.
En términos relativos, en cambio, la cantidad de personas que quieren que una parte de sus impuestos se destinen a sufragar al clero se desploma de forma notable y constante. En los últimos diez años, el número de declaraciones de la renta ha crecido vigorosamente: de los 19,2 millones hasta los 22,8 registrados en 2022, el último ejercicio fiscal del que se tienen datos oficiales. Y de esos 3,6 millones de contribuyentes nuevos, solo 371.454 marcaron la casilla de la Iglesia.
La jerarquía católica, por tanto, solo logra captar a uno de cada diez nuevos impositores. De tal forma que en 2023 desciende a su mínimo histórico, con un 30,43% del total de declaraciones del IRPF. El punto álgido, en términos porcentuales, lo alcanzó en 2010, cuando consiguió seducir al 35,71% de los contribuyentes. Desde entonces, la curva de declarantes no ha hecho sino descender paulatinamente hasta situarse al borde de la barrera del 30%.
La Iglesia católica registra una cifra récord de ingresos
Sorprendentemente, y pese al descenso sostenido en la última década, la Iglesia católica registró el pasado ejercicio su máximo histórico en número de declaraciones netas (7.839.984), que le han reportado también una cifra récord de ingresos (382,4 millones de euros). La explicación, tal como hemos indicado más arriba, tiene que ver con el aumento inusitado de contribuyentes de la renta.
De hecho, desde el año 2020, la Conferencia Episcopal Española ya no facilita la serie histórica de declaraciones que marcan la casilla católica ni el porcentaje que representan sobre el total de contribuyentes. El último gráfico publicado en 2019 evidenciaba a golpe de vista la caída persistente del número relativo de impositores católicos. En los últimos cuatro años, la Conferencia Episcopal, en su memoria anual, se limita a facilitar los ingresos netos que recauda por la asignación tributaria, que describen, esos sí, una curva ascendente. De 248 millones de euros en 2010 a 382 millones en 2023.
El desplome de declarantes católicos concuerda casi milimétricamente con el proceso de secularización de la sociedad española, según indican regularmente los sondeos elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En mayo de 2023, un 43% de los españoles ya se declaraban no religiosos, según un estudio publicado por IPSOS. Los católicos representaban entonces un 44%, uno de sus índices más bajos en perspectiva histórica. En los segmentos más jóvenes, además, ateos y agnósticos se disparan por encima del 50%, lo que explicaría el drástico descenso de nuevos contribuyentes católicos.
Así lo certifica también Europa Laica, la organización ciudadana más activa en defensa de la separación Iglesia-Estado. “El aumento del número global de contribuyentes es pura matemática”, asegura Juanjo Picó, ex presidente de Europa Laica, para explicar el incremento neto de declaraciones católicas y el repunte de la asignación tributaria en favor de la Iglesia. “Pero los que marcan la X experimentan un descenso paulatino en números relativos, de tal forma que el último ejercicio ha caído al 30%”, remarca.
La jerarquía católica no captura nuevos contribuyentes
Picó analiza las cuentas de la Iglesia desde hace años y examina en detalle sus ingresos tributarios. “La jerarquía católica no captura nuevos contribuyentes. Eso es evidente. De hecho, hay un descenso constante desde el nuevo sistema de recaudación implantado en 2007. Aumentan los ingresos por pura matemática”, subraya.
Al ex presidente de Europa Laica le sorprende el hecho de que la Conferencia Episcopal Española logre deslizar cada año en los medios de comunicación la apariencia de que la Iglesia crece en declaraciones de la renta, cuando un simple examen de las cuentas revela un retroceso imparable del respaldo ciudadano al gasto público destinado a la Iglesia.
“Hay una correlación clara con los datos del CIS”, señala Picó. “Conforme aumenta el número de ciudadanos que se declaran no religiosos, cae la contribución tributaria”. Y lo hace especialmente entre los jóvenes, razona el activista laicista, en cuya franja de edad el catolicismo cada vez tiene menos influencia. “La secularización de la sociedad española está incidiendo en el ámbito tributario y eso es un argumento más para alcanzar la autofinanciación de la Iglesia”, proclama.
Los acuerdos entre la Iglesia y el Estado firmados en enero de 1979, apenas un mes después de aprobada la Constitución española, estipulaban como objetivo a medio plazo la autofinanciación de la entidad católica en consonancia con el espíritu no confesional de la nueva realidad política que se abría en el país. Casi cincuenta años después, la Iglesia recibe más ingresos que nunca de las arcas públicas.
Picó también destaca un dato significativo: cada vez más ciudadanos no marcan ninguna de las dos casillas habilitadas por la Agencia Tributaria. Se refiere a la de la Iglesia pero también a la de entidades sociales, la mayoría de las cuales son de carácter católico. De tal manera que la organización religiosa capta recursos a través de los dos conductos tributarios. Otra de las razones esgrimidas por Picó para explicar el alza de ingresos de la Iglesia es la cantidad de rentas altas que marcan la equis católica.
Europa Laica recibe 12.000 millones de euros del Estado
Europa Laica publica cada año un informe sobre las cuentas de la Iglesia católica. Según sus cálculos, la organización religiosa recibe cada año del Estado más de 12.000 millones de euros. La asignación tributaria, por consiguiente, es solo una pequeña parte del dinero público que acaba en las arcas católicas. Los conciertos educativos, la rehabilitación del patrimonio histórico de carácter religioso o el mantenimiento de los servicios litúrgicos en el Ejército y hospitales públicos representan también una vía de ingresos cuantiosos para la jerarquía católica.
La organización laicista exige desde hace años la derogación de los acuerdos entre el Estado y la Iglesia, y el carpetazo definitivo al sostén económico de los obispos por parte de los presupuestos públicos.
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