Este artículo se publicó hace 2 años.
Fuerteventura apuesta por una ciudad del cine en pleno debate contra el cemento en Canarias
El Cabildo de la isla declara bien de interés insular la creación del complejo cinematográfico Dreamland de 160.000 metros cuadrados junto a las Dunas de Corralejo.
Andrea Domínguez Torres
Santa Cruz De Tenerife--Actualizado a
Un Hollywood canario se gesta en el norte de Fuerteventura. La promotora del complejo Dreamland vio cumplido su deseo cuando el Cabildo de la isla declaró el proyecto como bien de interés insular tras casi dos años de espera. Entre abucheos y carteles con el mensaje "No más cemento", el pleno daba el toque mágico y hacía viable la construcción de una ciudad cinematográfica sobre suelo rústico y a medio kilómetro del Parque Natural de las Dunas de Corralejo.
En esta metrópolis se proyectan diferentes edificios y usos: una academia de cine, un anfiteatro, un helipuerto, edificios de realidad virtual, restaurantes, locales comerciales, naves para el rodajes de cine y talleres para los decorados. El espacio busca atraer producciones cinematográficas de todo el país y el continente, pero también captar turistas. Mientras, aprovecha los paisajes volcánicos, la cercanía al mar, el buen clima y los "incentivos" fiscales de las Islas Canarias. Estos son algunos de los pros presentados en la memoria general del complejo.
A 440 metros del solar de lo que pretende ser la ciudad cinematográfica se extiende el manto de montañas arenosas, playas de arena y coladas volcánicas del Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Por el tipo de suelo sobre el que se asienta el proyecto hubiese sido inviable su construcción. Sin embargo, la Ley 4/2017 del Suelo y los Espacios Naturales Protegidos de Canarias es utilizada por las administraciones públicas canarias como atajo para dar cabida a este tipo de iniciativas en cualquier tipo de espacio independientemente de la clasificación del suelo.
Proyecto de interés insular
Para determinar que un proyecto es de interés insular o autonómico, este "debe atender a necesidades sobrevenidas o actuaciones urgentes", narra la abogada ambientalista Irma Ferrer. Este es el punto de la ley en el que los colectivos ecologistas y la ciudadanía se apoyan para cuestionar su declaración como bien de interés insular. La Sociedad Española de Ornitología (Seo/Birdlife) envió a la Consejería de Sostenibilidad Medioambiental del Cabildo de Fuerteventura un informe en el que pedía que Dreamland Studios no fuera reconocido como tal "por no satisfacer los requisitos exigidos por la ley".
La duda que se plantea es: ¿Es la construcción de una ciudad del cine una necesidad sobrevenida o requiere de una actuación urgente? Por su parte, la empresa lo tiene claro: construir en suelo urbano en la isla "es inviable para este tipo de infraestructuras por las trabas de las normativas en los planes generales". La única manera de hacer viable el proyecto era utilizar un suelo rústico común y conseguir que fuera declarado bien de interés insular por alguna administración pública. "Hemos seguido las directrices de la ley del Suelo, del Cabildo de Fuerteventura y de la Reserva de la Biosfera, que ha emitido un informe favorable", añade la empresa responsable Dreamland Studios SA.
La batalla de la productora comenzó en 2021, cuando en enero solicitó al Cabildo de Fuerteventura la declaración del proyecto como bien de interés insular. En ese momento, el organismo estaba dirigido por el socialista Blas Acosta, quien ahora ocupa el cargo de viceconsejero de Economía e Internalización del Gobierno canario. No ha sido hasta ahora con el nuevo presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Llorent (Asamblea Municipal de Fuerteventura), a la cabeza y el apoyo del PSOE cuando se ha aprobado.
El terreno de Dreamland Studios SA mide 160.001 metros cuadrados en un suelo clasificado como rústico. Según adelantó Diario de Fuerteventura y ha podido confirmar Público, este terreno fue comprado por 80.000 euros a la empresa balear Riu Hotels and Resorts, que explota los dos hoteles ubicados sobre las dunas. La compañía hotelera advirtió a Dreamland Studios: "Queda completamente prohibido y es una condición esencial y resolutoria de la presente compraventa, que no se ejecuten en los terrenos construcciones de cualquier tipo destinadas a fines alojativos, en ninguna modalidad residencial o turística", reza el acuerdo de compraventa al que ha tenido acceso Público.
Al tratarse de una zona inhabitada de malpaís volcánico, para dar lugar a Dreamland es necesario dotarlo de suministro eléctrico, telecomunicaciones, agua y redes de saneamiento (una estación depuradora y un depósito de riego). Al mismo tiempo, el suministro eléctrico necesario será de casi 5.000 kilovatios y la red de fibra para abastecer la ciudad del cine será de tres gigabytes. En este apartado, los ecologistas se echan las manos a la cabeza. La carretera FV-1, cercana al proyecto, ya produjo un impacto negativo en el parque natural al construirse sobre las dunas.
Polémica en la memoria ambiental
Las dunas cercanas al litoral "son muy frágiles ante determinadas intervenciones humanas". Así lo recoge un estudio elaborado por cinco expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) sobre las consecuencias del crecimiento urbano y turístico en el sistema de dunas de Corralejo. En el caso específico de Canarias, han sufrido alteraciones importantes y de los grandes sistemas dunares de las islas solo permanecen las dunas de Maspalomas, en el sur de Gran Canaria, y las dunas de Corralejo, en el norte de Fuerteventura. Sin embargo la presión antropocéntrica y su explotación con fines turísticos deterioran desde hace décadas estos recursos naturales.
Lo mismo ocurre con las especies que habitan en la zona. La Sociedad Española de Ornitología (Seo/Birdlife) envió a la Consejería de Sostenibilidad Medioambiental del Cabildo de Fuerteventura un informe en el que pedía que Dreamland Estudios no fuera reconocido como bien de interés insular "por no satisfacer los requisitos exigidos por la ley". En la zona habitan, al menos, una treintena de aves. Entre ellas, tres subespecies endémicas en peligro de extinción: la hubara canaria, el cuervo canario y el alimoche o guirre.
La hubara canaria y el guirre, además, están recogidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA). "Los estudios más recientes han constatado un declive acusado de la hubara, en especial en Fuerteventura y en particular en las proximidades a la zona donde se prevé desarrollar el proyecto Dreamland", reza el documento.
A 440 metros del proyecto se localiza la Zona de Especial Conservación (ZEC) Corralejo y la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) Dunas de Corralejo e Isla de Lobos. Además de las antes mencionadas, en este espacio se encuentran aves como el alcaudón real, la abubilla, el alcaraván común, la bisbita caminero o el bulbul cafre, entre otros. Sin embargo, la memoria ambiental recoge que "las instalaciones y edificaciones no suponen una incidencia especialmente negativa sobre las especies que llevaron a cabo la implantación de esta ZEPA".
"Existe la obligación de proteger a las aves dentro y fuera de la ZEPA", protesta el presidente de Seo/Birdlife en Canarias, Yarci Acosta. El recorrido de las aves no entiende de fronteras terrestres que les impidan volar por los alrededores de las zonas de protección. El experto indica que es necesario que exista "una zona de transición blanda" donde no se coloquen edificios u otras instalaciones. Puesto que las construcciones en las inmediaciones de una ZEPA afectarán a las aves que allí viven, insiste Acosta.
Tras el estudio ambiental del proyecto está la empresa Evalúa Soluciones Ambientales y el biólogo Rosendo Jesús López. Evalúa Soluciones ha estado en el centro de la polémica por sus estudios de impacto ambiental realizados en otras islas. El Puerto de Fonsalía o el macroproyecto del Puertito de Adeje, ambos criticados por su impacto ambiental, han sido algunos de sus últimos trabajos. También otros trabajos vinculados con parques eólicos en Fuerteventura han terminado en los tribunales por su afección a las ZEPA.
En este punto, Seo/Birdlife apunta que "el proyecto consiste en una iniciativa privada con limitada capacidad de generar un impacto beneficioso en el conjunto de la población insular, siendo las repercusiones negativas muy superiores". En la misma línea se sitúa Ben Magec-Ecologistas en Acción: "Los datos indican que la isla de Fuerteventura no necesita seguir consumiendo suelo. Cada vez que se usa suelo nuevo, la huella de carbono se dispara", narra Eugenio Reyes desde la plataforma. Al mismo tiempo, la portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción, Noelia Sánchez, critica que el dinero de las inversiones se vaya fuera del archipiélago mientras las empresas consumen el suelo de las islas y disfrutan de la reducción de impuestos.
Enfrentamiento entre socios de Gobierno
La declaración del proyecto Dreamland Studios como bien de interés insular enfrentó a los socios de Gobierno del Cabildo de Fuerteventura. El pasado lunes, el Cabildo dio luz verde al proyecto Dreamland Studios mientras los asistentes al pleno mostraban su rechazo. El apoyo del PSOE, un concejal de Nueva Canarias-Asamblea Municipal de Fuerteventura (AMF) y otro adscrito por Podemos dio el empujón. En la misma tarde del lunes, tanto Nueva Canarias como Podemos Canarias emitieron dos comunicados rechazando la posición de sus dos consejeros insulares apoyando el proyecto.
"No más cemento" se podía leer en una de los folios reivindicativos que llevaron al acto. La votación benefició a los promotores del proyecto por los pelos, con 11 votos a favor y 11 en contra. Mientras, el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Llorent (AMF), cambió de bando y se enfrentó al criterio de sus socios mayoritarios, Coalición Canaria y el Partido Popular, apoyando la iniciativa.
Uno de los dos consejeros de Podemos Canarias en el Cabildo de Fuerteventura, Andrés Briansó, votó a favor de declarar el proyecto bien de interés insular, actuando contra la pauta de la red insular de Podemos en Fuerteventura. La misma postura defiende la coordinadora general de Podemos Canarias, Laura Fuentes, quien advierte que no hay comunicación entre la corporación y Andrés Briensó. Ambos consejeros tienen un expediente abierto pendiente de la resolución del Comité de Garantías del partido a nivel estatal desde hace dos años. Público ha tratado de ponerse en contacto con Briansó pero no ha respondido a las preguntas. Mientras, el otro representante de la agrupación morada, Pau Quiles Raya, no se presentó al pleno por motivos médicos.
La negativa a Dreamland no ha sido total. Tanto Partido Popular como Coalición Canaria han pedido que se desplace a zonas más construidas y no cerca de un espacio natural protegido. Por su parte, Nueva Canarias presentó su oposición por estar ubicado junto al paraje natural de las Dunas de Corralejo. En su caso, el consejero insular que votó a favor, Juan Nicolás Cabrera, también está en un proceso de expulsión del partido. "Sus posturas son personales y unilaterales", reza el comunicado del partido nacionalista.
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