Este artículo se publicó hace 4 años.
El desafío de abrir los parques para descongestionar las ciudades durante la desescalada
Expertos y organizaciones sociales reclaman que se abran los parques urbanos, de forma que el espacio público para los peatones sea más amplio y se pueda garantizar el distanciamiento social.
Alejandro Tena
Madrid--Actualizado a
Nadie imaginaba que las calles iban a estar vacías de coches hace unos meses. ¿Qué sentido tiene ahora el asfalto? ¿Y los aparcamientos? La pandemia parece haber trastocado los pilares estructurales de las ciudades, dispuestas al servicio del coche, y el ritmo veloz de la tradicional vida urbana. Ahora, las playeras del peatón quieren –en parte, por superviviencia– tomar los espacios de las metrópolis para pasear y disfrutar de la libertar reglada por el desconfinamiento. Massimo Paolini, teórico de la arquitectura que ha impulsado un manifiesto para transformar las estructuras metropolitanas tras la irrupción del coronavirus, define a Público este momento de la historia como "una encrucijada" que podría volver a poner la vida humana en el centro.
La coyuntura que viven las ciudades españolas, grandes y pequeñas, ha revelado un problema de espacios importantes en plena desescalada, en tanto que las aceras se prestan minúsculas para que los peatones puedan respetar las distancias interpersonales. En ese sentido, los cortes de calles al tráfico rodado empiezan a ser una realidad tangible en grandes metrópolis como Barcelona, València o Madrid. Pero no es suficiente. Se requieren de más espacios para descongestionar una vida que, hasta la llegada de una vacuna, vivirá en un riesgo de contagio permanente. Ese espacio podría estar en los parques, que permanecen cerrados por el estado de alarma.
"Hasta ahora, era necesario tenerlos cerrados, pero consideramos que en la fase de desescalada hay que ir abriéndolos", argumenta Luciano Labajos, portavoz de Ecologistas en Acción, que ve los parques urbanos como una suerte de "centros de salud" capaces de ayudar a recomponer una psicología social marcada por el encierro. Así lo entienden también desde la Federación Regional Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM): "El déficit de naturaleza, de sentir la proximidad de árboles, plantas y animales, está siendo otra de las consecuencias negativas del confinamiento, sobre todo para familias en viviendas con condiciones de hacinamiento y falta incluso de suficiente luz solar".
Reabrir parques para el ejercicio físico o para pasear es fundamental para evitar tanta acumulación de gente
"Necesitas estos espacios, si no pierdes el acceso a la naturaleza. Reabrir parques para el ejercicio físico o para pasear es fundamental para evitar tanta acumulación de gente y redistribuir a la población que sale de sus casas tras meses encerrados", argumenta Isabelle Anguelovski, investigadora del Laboratorio de Barcelona para la Justicia y la Sostenibilidad Ambiental, dependiente de la Universidad Autónoma de Barcelona.
"Se deberían abrir totalmente. De hecho, creo que nunca se deberían haber cerrado porque las ciudades se deber sumergir dentro la naturaleza. Ahora mismo hay mucha gente que está empezando a salir a las calles y esto es una forma de ampliar el espacio público", enfatiza Paolini, que cree que se deben de dar pasos aún más grandes para cambiar el entramado urbano, sustituyendo asfalto por elementos porosos.
El riesgo al contagio, tal y como argumenta Labajos, podría aumentar levemente, pero bastaría con estructurar una mayor vigilancia temporal. "Si se respetan las medidas de seguridad, se puede hacer", enfatiza el ecologista, para reclamar que la jardinería debería considerarse como actividad esencial para higienizar estas zonas verdes que en fase de desescalada se prestan esenciales.
Por el momento el debate está abierto y algunas ciudades han dado los primeros pasos. En Barcelona la mitad de los parques urbanos se han abierto (70 de 146), sin embargo la acción debe ir más allá de la apertura, según explica Anguelovski y se deben estructurar los espacios verdes en torno a las necesidades del momento. También se han eliminado los precintos de algunos parques de Sevilla y València. Decisiones de riesgo en plena pandemia que, sin embargo, vienen a dilatar las distancias sociales de una ciudadanía que ha empezado a tomar las calles tras meses de clausura.
Madrid, cuya mayoría de aceras incumple los requisitos para que los peatones caminen respetando el distanciamiento interpersonal, restringirá el tráfico rodado en algunas de las avenidas principales de la ciudad para que los transeúntes puedan pasear por el asfalto y minimizar los riesgos de contagio. Asimismo, el Ayuntamiento ha anunciado este jueves que los pequeños parques de distrito se abrirán al público el viernes, con la intención de ampliar el espacio habitable en los momentos de paseo y deporte autorizados por el Gobierno. No en vano, las peticiones de organizaciones como Ecologistas en Acción, la Asociación A Pie o la FRAVM no quedan satisfechas del todo, ya que los entramados verdes más grandes de la ciudad todavía permanecerán precintados.
"Parques grandes como el de la Dehesa de la Villa, la Casa de Campo, Entrevías deberían estar abiertos", manifiesta Labajos. "En general la ciudadanía ha cumplido con las indicaciones que se han dado y no hay por qué pensar que ahora iba a ocurrir lo contrario".
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