La contaminación del río Sena marca los primeros días de los Juegos Olímpicos
Por tercer día consecutivo, la organización de las Olimpiadas se ha visto obligada a suspender la prueba de triatlón masculina, prevista para este martes, debido a que el agua no es todavía apta para el baño.
Por tercer día consecutivo, la organización de los Juegos Olímpicos no ha permitido el uso del río Sena para las competiciones. Ha decidido suspender la prueba de triatlón masculino, prevista para este martes, debido a que el agua no es todavía apta para el baño.
Si bien el Sena fue el pasado viernes el escenario de una brillante inauguración de los Juegos Olímpicos, –en la que la capital francesa quiso presumir de un río limpio y sostenible–, la intensa lluvia de aquella ceremonia ha hecho que los niveles de calidad de las aguas no sean aún los adecuados para celebrar competiciones.
Tras una inversión de 1.400 millones de euros desde 2016 en un ambicioso plan para mejorar la calidad del agua, una de las pruebas 'estrella' (el triatlón) de los Juegos de París todavía no arranca.
¿Por qué no se pueden celebrar las competiciones?
La pasada madrugada, el grupo de control Eau de París indicó que el agua no cumplía las condiciones de salubridad. "A pesar de la mejora de la calidad del agua en las últimas horas, los valores registrados en algunos puntos del recorrido de natación siguen estando por encima de los límites aceptables", según comunicaron las autoridades.
Si bien los datos exactos no han trascendido, el estado de contaminación fecal del agua se mide analizando las bacterias E.coli y Enterococcus. Todo apunta a que estas tasas han sido elevadas y, por tanto, el río no es apto para actividades recreativas.
Los expertos señalan que cuando llueve mucho, el agua de lluvia se junta con la de las cloacas y al subir mucho el nivel sale por los aliviaderos que desembocan en el río. De esa forma, una parte de las aguas negras, en lugar de ir a las plantas de depuración, contaminan el río.
Las obras realizadas han canalizado los desagües que todavía se vertían directamente al Sena −los de los barcos, pero también viviendas y explotaciones aguas arriba de París− pero parece que no han sido suficientes antes las intensas lluvias.
¿Desde cuándo no es posible el baño en el río Sena?
El pasado miércoles, la alcaldesa de París, Annie Hidalgo, se bañó delante de las cámaras y de decenas de periodistas junto al responsable del Comité Organizador de los Juegos de París 2024, Tony Estanguet, y del prefecto (delegado del Gobierno) en la región Isla de Francia, para mostrar que el baño era posible.
El pasado viernes se supo que el río Sena no cumplía las condiciones de salubridad, de acuerdo con los criterios que habían establecido las autoridades sanitarias el año pasado.
La prohibición del baño en el río se instauró hace más de 100 años –en 1923– cuando se vio que las aguas eran peligrosas y podían transmitir varias enfermedades. En los últimos años, según han destacado las autoridades, la calidad del agua ha mejorado gradualmente durante décadas y se ha visto acelerada por los Juegos. De hecho, subrayan que se han contabilizado más de 30 especies de peces en el Sena, frente a las tres que había en 1970.
¿Cuál ha sido el plan de recuperación del Sena?
La limpieza del Sena es un plan financiado por el Estado con 1.400 millones de euros que ha supuesto 40 meses de obras de gestión de aguas residuales, depuradoras y estanques de tormentas para reducir la contaminación bacteriana. También se ha modernizado el sistema de alcantarillado.
No hay que olvidar que, tras un programa de subvenciones, las casas flotantes de París –en torno a 250– se han conectado al sistema de aguas residuales de la ciudad.
El pasado mayo, se inauguró la obra magna del plan global: un inmenso cilindro de hormigón de 50 metros de diámetro por 30. De profundidad es capaz de almacenar hasta 50.000 metros cúbicos de agua, valorado en 100 millones de euros, que parece que no ha superado el impacto de las lluvias recientes.
¿Cuál es el objetivo final de la limpieza del río?
Al margen de la necesaria tarea ambiental de acabar con la contaminación, las autoridades tienen previsto crear playas locales y zonas de baño público en 2025 en los tramos de Bras Marie, Bras de Grenelle y Bercy.
Con temperaturas estivales al alza por el cambio climático, se trata de poder bañarse en el río Sena, algo que no es posible desde hace un siglo. Una idea que, además de ser un legado de los Juegos Olímpicos, seguro que los parisinos y los miles de visitantes que inundan la ciudad en verano agradecerán en un futuro.
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