Este artículo se publicó hace 2 años.
En uno de cada cinco hogares reside una persona con discapacidad y más de un millón viven solas
Casi la mitad de las personas con diversidad funcional requieren de cuidados y asistencia personal, un papel que ocupan principalmente las mujeres, desde madres e hijas hasta trabajadoras del sector.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) realizó en 2020 por primera vez en 12 años la Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia (EDAD), y registra un aumento de más de medio millón de personas con discapacidad desde 2008. El estudio también muestra que en el año que se preguntó, de media vivía una persona con necesidades especiales en uno de cada cinco hogares, pero en más de un millón la persona vivía sola.
Cerca de la mitad de las personas a partir de los seis años con alguna discapacidad indicaron que recibían asistencia personal. El 63,7% de las cuidadoras eran mujeres. Las personas entre seis y 44 años contaban con la ayuda principal de la madre en un 59,3% de los casos, mientras que la del padre solo suponía el 10,5%. Para las personas a partir de los 80 años el cuidador principal eran los hijos, siendo en el 41,1% de los casos las hijas, frente a un 18% de los hijos.
Las personas con problemas de visión o audición fueron las que menos ayudas percibieron
En total había más de 4,3 millones de personas con diversidad funcional en 2020, de las cuales 3,3 millones recibían alguna ayuda de carácter técnico o personal. La encuesta muestra que las mujeres tenían un acceso proporcionalmente mayor, con un 78,2% frente al 71,8% de los hombres. Quienes percibieron más ayudas fueron aquellos ciudadanos con dificultades para el autocuidado o para llevar a cabo tareas domésticas, seguidas de quienes encontraban dificultades de aprendizaje. Las personas con problemas de visión o audición fueron las que menos ayudas percibieron.
Un 13% han sentido discriminación en alguna ocasión
El INE recoge que un 12,9% se ha sentido discriminado alguna vez, un 3,9% con frecuencia y el 0,7% de manera constante. Los datos son más graves en la infancia, y es que uno de cada tres niños entre seis y 15 años ha sentido discriminación en el ámbito escolar: un 24,6% alguna vez; el 9,8% muchas veces; y un 4,5% constantemente.
Solo el 19,3% de los menores con diversidad funcional estaban escolarizados en 2020 en un centro de educación especial y el 20,8% no recibían apoyo personalizado en escuelas ordinarias, mientras que la mayoría, un 59,7%, estaban matriculados en un centro ordinario, pero con apoyo personal.
El 52,1 % de estos menores recibieron apoyos y adaptaciones de forma satisfactoria, un 24,2 % los recibieron, pero no fueron suficientes y un 11,1 % necesitaba adaptaciones curriculares o apoyos y no los recibió.
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