Día clave para el 'caso Errejón': su declaración y la de Elisa Mouliaá marcarán el futuro de la causa
Es el único caso que se mantiene abierto después de que estallara el escándalo que hizo dimitir al exportavoz de Sumar.
Madrid-
Elisa Mouliaá e Íñigo Errejón declaran este jueves 16 de enero en uno de los casos judiciales más mediáticos y comprometidos de los últimos años en nuestro país. Un día después de que el exportavoz de Sumar en el Congreso presentara su dimisión −tras haber sido acusado por testimonios anónimos de haber ejercido diferentes formas de violencia machista y sexual, de los cuales Público se hizo eco en primera instancia−, la actriz y presentadora denunció al político ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional. La denuncia de Mouliaá describía tres agresiones sexuales –si bien en el momento en el que habrían ocurrido (2021) aún estaban tipificadas como abuso– en las que señalaba a Errejón como responsable. La víctima "se sintió paralizada" y "no consintió nada de lo que sucedió", tan solo quería "que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes", recoge el texto.
Según el testimonio de la actriz, estos abusos incluyeron tocamientos y besos no consentidos, comentarios lascivos y una actitud que ella ha descrito como "seria y fría". De la declaración de ambos dependerá que la investigación continúe o que el magistrado titular del juzgado número 47 de Madrid, Adolfo Carretero −el mismo del caso Mascarillas, sobre las abultadas comisiones que se llevaron Alberto Luceño y Luis Medina por la compraventa de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid en lo peor de la pandemia−, la archive.
Elisa Mouliaá tuvo que cambiar de letrado debido al embarazo y posterior baja maternal de su abogada inicial
El embarazo y la posterior baja por maternidad de la abogada inicial de Elisa Mouliaá provocó un parón en la causa. Pero la defensa de Errejón, Eva Gimbernat, presentó rápidamente un recurso para que se reanudara el proceso a la mayor brevedad, en el que calificaba de "falsa denuncia" la acusación de agresión sexual que la presentadora había realizado contra él, afirmando también que la causa se trataba de una "maniobra dilatoria" para retrasar la causa de forma "tramposa". Aunque esta postura contrastaba significativamente con lo que el antes político había defendido –al menos a nivel retórico– reivindicando el derecho a la conciliación y el derecho de las víctimas de violencias machistas a no ser revictimizadas, el escrito de su abogada consideraba que la suspensión de su declaración le mantenía en un "limbo procesal" que afectaba a su honor y a su derecho a la presunción de inocencia.
El juez citó, finalmente, a ambos a testificar en enero, por lo que Mouliaá, tal y como explicó a Público, se vio obligada a cambiar de equipo jurídico y ha dejado su defensa en manos de un nuevo abogado, Alfredo Arrién, conocido por su papel en otros casos de alcance mediático. Entre otros, Arrién es el letrado de Lesly Guadalupe O.F., la becaria que denunció al productor musical Nacho Cano. Aunque la presentadora y su anterior abogada intentaron incorporar a su denuncia los testimonios de otras mujeres que también habían denunciado comportamientos vejatorios de Errejón, nunca llegó a concretarse nada. Asimismo, la denuncia presentada por hechos similares por parte de Aída Nízar fue archivada a mediados de diciembre. Por lo que, por ahora, Mouliaá es la única que mantiene activa una acusación de este tipo contra el fundador de Más País en los tribunales.
La denuncia de Elisa Mouliaá describe tres agresiones sexuales, si bien en el momento en el que habrían ocurrido aún estaban tipificadas como abuso
Aunque al principio la actriz ofreció varias declaraciones públicas a los medios de comunicación que solían seguirle por las calles, ambos han mantenido en términos generales un perfil bajo. Errejón, de hecho, no se ha pronunciado desde que publicó una extensa carta en sus redes sociales a través de la cual comunicó su decisión de dimitir. Un escrito que, en palabras de Noelia Adánez −ensayista y jefa de Opinión de Público−, tuvo "un tono exculpatorio intolerable" que no manifestó "una comprensión profunda del alcance de su responsabilidad y del daño" que por lo que se fue publicando a lo largo de los días sucesivos ocasionó a muchas mujeres. Público se ha puesto en contacto con la defensa del expolítico, pero el despacho ha informado de que no concederá entrevistas antes de que Errejón preste declaración.
El escándalo que partió de un testimonio anónimo
El aluvión de denuncias que emergieron en redes sociales a raíz de este escándalo contra políticos, periodistas, artistas –y otros tantos anónimos– supuso un intenso vuelco emocional que se extendió desde los entornos de izquierdas y feministas a toda la sociedad. Y alumbró complejas cuestiones sobre cómo abordar los comportamientos machistas y las formas de atajar, en su caso, la violencia sexual. Si se podrá aprender algo o no de una experiencia colectiva tan abrumadora, más allá del daño, el duelo y la victimización es una reflexión que está todavía en el aire.
Todo partió de una publicación de la periodista Cristina Fallarás en su cuenta Instagram que recogía la denuncia anónima de una mujer que narraba diferentes episodios de violencia machista a manos de "un político que vive en Madrid". Más adelante se refería a dicho político como "el indignado social" que "nunca saca la cabeza los días del 8M". Días más tarde, pudimos confirmar que la persona que había escrito ese mensaje a Fallarás era la propia Elisa Mouliaá, que apenas 24 horas después de que el exportavoz en la Cámara Baja diera un paso a un lado en la política institucional, le denunciaría formalmente.
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