Este artículo se publicó hace 3 años.
Villarejo resulta absuelto de injurias y denuncia falsa en su primer juicio
El juez considera que cuando el excomisario denunció al exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán, de filtrar una fotografía suya estando en una misión secreta creía que era un hecho cierto. No entra en valorar si injurió a Sanz Roldán por un error de persona
Madrid-
El Juzgado de lo Penal número de Madrid ha absuelto al excomisario José Manuel Villarejo de los delitos de denuncia falsa e injurias de los que le acusaba el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, y por los que Villarejo se enfrentaba a dos años de prisión. La resolución judicial considera que el exdirector de los servicios secretos no ha estado representado por la Abogacía del Estado en el presunto delito de injurias y que solo ha representado el Abogado del Estado al Centro Nacional de Inteligencia. Por lo que no entra a valorar si verdaderamente Villarejó injurió a Félix Sanz Roldán cuando en un programa de televisión refirió las amenazas que supuestamente habría pronunciado el responsable de los servicios secretos contra la examante del rey emérito, Corinna Larsen.
Dice el juez Jesús de Jesús que no puede definirse al Centro Nacional de Inteligencia como sujeto susceptible de ser injuriado, por lo que ha absuelto de ese delito a Villarejo. No sin antes recoger la declaración que la propia Corinna Larsen realizó durante el juicio, el pasado 15 de enero, que avalaba totalmente la versión del excomisario, en prisión preventiva desde noviembre de 2017.
Manifestó Larsen que "las amenazas contra ella fueron realizadas a raíz de la ocupación de su casa y oficina en Mónaco, actos que fueron realizados por el CNI"; se asustó y llamó al rey Juan Carlos I, el cual le dijo que Sanz Roldán organizaba una estrategia para protegerle de los "paparazzi". Los hechos ocurrieron entre marzo y abril de 2012. Dijo Corinna que "tuvo la sensación de que estaba siendo amenazada por los Servicios Secretos Españoles, y que se sintió muy atemorizada pues se enfrentaba a las personas más poderosas de España". Que el que ocuparan ilegalmente su casa y su oficina en Mónaco le aterrorizó. Explicó que el día 10 de mayo de 2012 recibió un correo de la empresa de seguridad que estaba en su casa para decirle que iban a sacar ocho cajas negras de su apartamento y que en esos días recibió varios correos electrónicos de un tal Paul Bon, que luego Sanz Roldán le aclaró que era su pseudónimo. También manifestó en el juicio Corinna Larsen que el día 17 de mayo de 2012 se negó a que le hicieran un barrido de micrófonos en su apartamento y que los agentes españoles estuvieron entrando y saliendo de su oficina durante semanas.
Sobre las amenazas recibidas, Larsen explicó que Sanz Roldán le dijo por teléfono que "si iba en contra de él habría consecuencias". Según Corinna, la mañana del 5 de mayo de 2012, Félix Sanz Roldán la visitó en su hotel de Londres, el Hotel Connaught, y le dijo que no podía garantizar su seguridad y la de sus hijos. Esa reunión en Londres fue solicitada por Juan Carlos I, según su examiga. Ese mismo día Larsen encontró en su alojamiento una copia de un libro sobre la muerte de Diana de Gales y recibió una llamada desde un número oculto en la que le dijeron que "había muchos túneles entre Mónaco y Niza", lo cual le recordó al accidente mortal de Diana de Gales.
Respecto al delito de denuncia falsa, el juez Jesús de Jesús considera que no se ha acreditado que el excomisario Villarejo supiera que los hechos que denunciaba eran falsos, sino que estaba convencido de su autenticidad, por lo que le absuelve también por este delito. Dice el auto que cuando Villarejo acudió a un juzgado a denunciar que el responsable del CNI había filtrado al diario 'El País' una fotografía suya estando en servicio como agente infiltrado, creía que era cierto. Aquella denuncia se archivó pero sirvió de base para que Sanz Roldán acusara al excomisario de denunciarle a sabiendas de que los hechos eran falsos.
Por otro lado, según ha sabido Público de fuentes judiciales del caso, la Ley de Enjuiciamiento Criminal regula la figura y actividades de los agentes encubiertos, vigilados por un juez, que es quien autoriza sus identidades falsas y sus acciones. Pero en este caso, ningún juez había autorizado los encuentros de Villarejo con Corinna Larsen.
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