Las victorias consecutivas de Moreno Bonilla en Andalucía dejan maltrecho el liderazgo de Espadas en el PSOE
Voces críticas piden al secretario general que dimita después de que el PP gane por primera vez unas europeas en la Comunidad más poblada. Por el contrario, la dirección ve una "tendencia a la recuperación de votos".
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Las metáforas pueden ser diversas para ilustrar un mismo hecho. Dar la vuelta al jamón, poner del revés el calcetín, pintar de azul el granero que antes era rojo. La que a cada quien le guste más sirve para ilustrar un sencillo y claro hecho: el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla ganó —no lo habían logrado nunca antes— las elecciones europeas en Andalucía, en las que hubo, cierto es, una alta abstención. Con ello, el PP ha completado un ciclo completo de victorias en la Comunidad más poblada y, por tanto, decisiva para un proyecto de Estado.
Autonómicas, municipales, generales y continentales ahora. En todas ellas el PP ha sido la primera fuerza en un lugar que tradicionalmente, junto a Catalunya, ha impulsado las victorias del PSOE y que ahora tiene problemas para mantener el ritmo.
Moreno llegó a proclamar, en la noche del domingo al lunes, tras conocer los resultados, que el PP es ya "el partido que más se parece a Andalucía y a los andaluces". Esta frase remeda las que el PSOE, en sus años de hegemonía, repetía una y otra vez.
El PP analiza que en Andalucía, la ventaja sobre los socialistas fue de 5,7 puntos, por tanto mayor que el diferencial global, que ascendió a 4 puntos. Estos datos, aseguran, les permiten "concluir" que en diciembre de 2018 se produjo el cambio político y que "cinco años después, los andaluces siguen queriendo cambio".
En el lado socialista, la portavoz de la Ejecutiva del PSOE andaluz, la diputada autonómica María Márquez, aludió a la abstención y criticó las condiciones en las que se había desarrollado la campaña electoral. "Está demostrado que cuando se alienta la confrontación, la mentira y los bulos, la gente se aleja de la política y no participa en las elecciones como ha pasado en este caso", dijo.
Luego resaltó que el PSOE andaluz aportaba un 18% de los votos al PSOE, lo que "se corresponde con el 18% de peso poblacional de Andalucía". También destacó Márquez que el 32,2% de los sufragios, el resultado obtenido, suponían "dos puntos por encima de la media nacional", lo que interpretó como una "tendencia de recuperación de votos socialistas en nuestra comunidad", según recoge Europa Press.
Espadas tiene previsto hablar esta misma tarde, antes de la reunión de la Ejecutiva, prevista para las 17.45 horas. En su cuenta de la red social X, ha publicado este mensaje: "Este partido, con su Secretario General a la cabeza, ha sido capaz de parar en estas elecciones europeas lo que en otros países de la UE no ha sido posible. La alianza de las derechas con tres cabezas no podrá revertir el progreso y las conquistas sociales en España y no permitiremos que lo haga en la UE. Esta tarde analizaremos resultados y estrategia a seguir en Andalucía en nuestra Ejecutiva regional".
En el diván
Los socialistas andaluces están en el diván desde que perdieron por sorpresa el Gobierno de Andalucía tras los comicios de diciembre de 2018, adelantados por Susana Díaz. Sin embargo, la desafección con el PSOE andaluz de ciertas capas sociales, que hoy apoyan al PP de Moreno —no solo en el litoral y en las ciudades, sino también cada vez más en los pueblos y localidades de tamaño medio—, tiene hondas raíces, viene de lejos, y tiene que ver con un problema profundo, de falta de credibilidad, impulsado por muchas razones, más allá de Espadas.
Dos, desde luego, son fundamentales: por un lado, el deterioro en los últimos años de Gobierno del PSOE de los servicios públicos —y con ello, de parte de la cohesión social, de la redistribución de la riqueza— y la corrupción, cuyos ramalazos aún siguen coleando en los juzgados.
En este contexto estructural y coyuntural, las voces críticas con la actual dirección del partido en Andalucía, que lidera Juan Espadas, que habla esta tarde, antes de mantener un encuentro con su Ejecutiva, crecen. Algunas de ellas se expresaron en público este lunes.
Así, el eterno crítico Luis Ángel Hierro, que compitió en las primarias de hace tres años con Espadas —que este ganó con el 55% de los votos—, y Susana Díaz, —que las perdió con el 38,7%—, ha pedido de nuevo la dimisión del secretario general. También ha salido en una línea similar, entre los históricos, Luis Navarrete. Y Juan Pablo Durán, expresidente del Parlamento en la etapa de Díaz como presidenta, también lo ha hecho.
"Espadas ha descapitalizado —dijo Durán— al PSOE de Andalucía. Es el momento en el que tiene que asumir responsabilidades. Tiene que asumir en primera persona que Andalucía es una rémora para el PSOE. Lo hemos convertido en el peso muerto, electoralmente hablando, del PSOE. Debe de presentar su dimisión […] para que el PSOE de Andalucía, para que su militancia, para que sus agrupaciones abran un periodo de reflexión".
Quedan dos años para las próximas autonómicas y las dudas, según ha recabado Público, existen también entre cuadros que apoyaron a Espadas frente a Díaz y Hierro. Eso, unido a los críticos, deja maltrecho su liderazgo.
En el PSOE, el liderazgo se dirime en un proceso de primarias. El último congreso del PSOE federal se celebró en octubre de 2021 y el del PSOE andaluz poco después, en noviembre. Tocaría celebrar por tanto otros en 2025 ya, antes de que Moreno convoque las elecciones, que, salvo improbable adelanto, serán en mayo/junio de 2026.
Aunque Moreno Bonilla ya lleva cinco años al frente del Gobierno andaluz, y el malestar, sobre todo, por la gestión de los servicios públicos fundamentales, sanidad y educación, ya le afecta, ello no tiene, como ha quedado demostrado, de momento, efectos electorales severos para el PP.
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