Público
Público

Supermercados: La Sexta criminaliza la pobreza y defiende a los verdaderos ladrones

Manu Levin en La Base
Manu Levin en La Base.

Más del 80% de la inflación se debe a los márgenes de beneficio empresarial, en particular de los grandes supermercados que controlan el negocio de la alimentación. Si uno mira la realidad con sus propios ojos cuando entra al supermercado, se da cuenta de cómo le roban estas grandes compañías, que por ejemplo compran patatas a los productores a 12 céntimos el kilo y las venden a pocos kilómetros a 1,55 el kilo, multiplicando por 13 el precio de coste.

Pero si en lugar de su propia realidad cotidiana, lo que uno mira es la televisión, entonces puede pensar lo contrario: que somos la gente corriente quienes les estamos robando a ellos. Está todo hecho claramente para que uno llegue a la conclusión de que la señora que roba comida en el supermercado forma parte de una organización mafiosa que mueve miles de millones o algo así. 

Criminalización de la pobreza de libro y encima presentando como víctimas a las grandes empresas que se forran especulando con productos básicos que son un derecho fundamental. Los peligrosos vendedores ambulantes sin papeles y sin derechos que perjudican al pobre Corte Inglés. En fin.

Os propongo que hagamos un ejercicio. ¿Os imagináis cómo sería un reportaje de televisión sensacionalista, pero con el enfoque contrario, que criminalizara y señalara como enemigo público a quien se forra especulando con la comida aprovechándose además de una guerra, en lugar de a la gente de más abajo de la sociedad, al "robagallinas", como decía aquel?:

"Creen que nadie les mira. No saben que conocemos su modus operandi. Así es como actúan. Compran a 12 céntimos el kilo las patatas que después llevarán a la reventa, multiplicando su precio por 13. Este kilo de naranjas que cobran a 1,50, lo compraron previamente a solo 11 céntimos. Un verdadero saqueo a plena luz del día. Fíjense en este cliente que acaba de entrar al supermercado. Ahora recorre uno de los pasillos críticos. En pocos minutos, le desvalijan. Observen cómo esta botella de aceite que antes valía 85 céntimos, ahora se la cobran a más de tres euros.

Esta otra señora se dirige a la caja con un carro de productos de primera necesidad. Miren cómo se quedan con su sueldo billete a billete antes de permitirle salir del establecimiento. Actúan en grupo: pactan precios atentando contra la libre competencia. Después recurren al método más habitual: paraísos fiscales dotados de dobles fondos capaces de esconder cantidades ingentes de dinero. Un auténtico almacén clandestino muy difícil de detectar para Hacienda. Este es el conocimiento de la ley que tienen estos delincuentes.

Este dueño de una conocida cadena de supermercados, que prefiere no revelar su identidad, sabe que las cámaras de los grandes medios de comunicación son para él un seguro de vida. Por eso los utiliza para poder seguir amasando impunemente cientos de millones de euros de beneficios. Comete los hurtos con la frialdad de un especialista".

Se podrían establecer precios máximos por ley, o se podría contar una gran empresa pública de alimentación que compitiera con las privadas, o promover cooperativas de productores que pusieran sus productos directamente en el mercado. Y ya sabemos qué dirían sobre esto los grandes medios, tanto de la derecha como de la progresía. Dirían lo mismo que dijeron cuando se debatía establecer el tope al gas: que Venezuela, que comunismo, que no funciona, que Europa no quiere, que los de Podemos que eran los que lo proponían no tienen ni idea de nada.

Porque eso fue exactamente lo que dijeron. El Economista: "Nuevo tope del gas: entre la inutilidad y el riesgo de desabastecimiento".

La Voz de Galicia: "El tope al gas llega para encarecer la factura de la luz". Bueno, pues resulta que ahora muchos tienen que reconocer que esa medida no solo era posible sino que ha hecho que hoy en España la luz sea de las más baratas de Europa y que otros países quieran imitar la medida. Desconfíen de los poderes mediáticos que, a la vez que criminalizan la pobreza y blanquean a los verdaderos ladrones, dicen que no se puede hacer nada para bajar los precios de los alimentos.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias