La gran banca cerró el ejercicio de 2023 con unos beneficios récord que ascienden hasta casi 39.000 millones de euros antes de impuestos, un 22% más de lo que ganó el año anterior. El dato se conoció en medio de un debate presupuestario entre el PSOE y Sumar en el que los de Yolanda Díaz pedían a los de Pedro Sánchez hacer permanente el impuesto a las entidades financieras en el marco de los próximos Presupuestos Generales del Estado, con el objetivo de dar por cumplido lo que ambos firmaron en el acuerdo de coalición.

Ahora, después de las elecciones gallegas y en la recta final de la negociación de la ley de amnistía, esa negociación presupuestaria vuelve a acaparar todos los focos. En ese contexto, Sumar ha vuelto a destacar los beneficios récord de la banca y ha pedido a su socio de Gobierno ir más allá de convertir en estructural el impuesto extraordinario.

En un informe presentado este martes por el diputado y responsable económico de este espacio político, Carlos Martín, Sumar establece una premisa y propone una serie de intervenciones. La premisa es que una gran parte de estos "súper beneficios" (hasta un 65%) provienen de "una transferencia pública con origen en el 4% de rentabilidad que les paga el Banco de España por sus depósitos y que se estima asciende a 7.860 millones de euros".

"La transferencia es 6,5 veces superior a los 1.214 millones pagados por el nuevo el gravamen sobre las entidades de crédito y equivale a
la inversión anual de la Administración Central excluidos los fondos europeos", recoge el informe elaborado por Sumar, que incluye una estimación de la rentabilidad que obtuvieron las entidades con las facilidades de depósito.

Según trasladan desde el equipo económico de Díaz, abonar esta rentabilidad terminó con el Banco de España registrando pérdidas en 2023, pérdidas que son compensadas con provisiones en su cuenta de resultados, pero que recortarán el patrimonio neto del banco.

Un "sustancial recorte de los ingresos públicos"

Sin embargo, explica el informe, "tanto las pérdidas del año pasado como las provisiones dotadas en los años precedentes con cargo a los beneficios del regulador, han supuesto un substancial recorte de los ingresos públicos por el recorte de los dividendos abonados por el Banco de España al Tesoro". Es decir, que, al registrar pérdidas, el Banco no ha podido devolver a las arcas públicas el dinero que sí podría devolver si hubiera tenido beneficios, como suele ser habitual.

A esto hay que sumarle el dinero obtenido por las entidades financieras como consecuencia de la subida de los tipos de interés adoptada por el Banco Central Europeo para tratar de paliar una inflación que, recuerdan desde Sumar, tenía su origen en la oferta y no podía resolverse con modificaciones en la política monetaria.

Ante esta situación, los de Díaz proponen una serie de "intervenciones". La primera es la de hacer permanente el impuesto extraordinario a la banca y utilizar su recaudación para proteger a los hogares y empresas más vulnerables de la situación económica actual. El informe va un poco más allá y señala a la posibilidad de aumentarlo en un futuro e invertir lo recaudado en "corregir el aumento de la exclusión financiera resultado del importante cierre de sucursales sobre todo en zonas rurales, pero también en algunos barrios".

La segunda es la de limitar el reparto de dividendos e impedir la recompra de acciones por parte de las entidades financieras, lo que reduce su capital, los hace menos solventes y reduce las posibilidades de que concedan créditos. "El BCE podría requerir que los bancos no distribuyan dividendos o al menos que lo limiten. Esto ya ocurrió entre 2019 y 2021 cuando el banco central recomendó no repartir dividendos hasta septiembre de 2021, o en todo caso limitarlo al 15% del beneficio", recuerdan desde Sumar.

Otra medida consiste en que el Banco de España eleve los colchones de capital y que toda esta transferencia de recursos, al menos la que procede de la facilidad de depósitos, la lleve a capitalización de los bancos. "Tenemos los bancos menos capitalizados de toda la eurozona y estos súper beneficios son el momento adecuado para aumentar la solvencia y el capital de nuestros bancos", explicó este martes Carlos Martín.

Mayor transparencia del Banco de España

Elevar la reserva obligatoria no remunerada (también depende del BCE), que ahora solo supone un 1% de las reservas totales de los bancos, con el fin de rebajar la transferencia desde los bancos centrales (lo que aumentaría los ingresos del Tesoro Público por el mayor abono de dividendos desde el Banco de España).

Otras medidas propuestas por Sumar son que el BCE reduzca sus tipos de interés y que el Banco de España aumente la transparencia de sus cuentas (sobre todo en lo relativo a la facilidad de depósito que ofrece a las entidades financieras y a su rentabilidad).

El propio Martín ha trasladado esta batería de propuestas al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que ha derivado la negociación a la Secretaría General del Tesoro.