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Sumar asume el duro golpe por el escándalo Errejón y afronta su asamblea en el peor momento del partido

En la formación aseguran que fueron conscientes de que apartarle provocaría un desgaste importante, pero insisten en que Yolanda Díaz "no tuvo dudas". La formación aspira a reforzarse como proyecto más allá de sus caras más visibles.

Sumar, Yolanda Díaz
Reunión del Grupo de Coordinación de Sumar en Madrid. Imagen de archivo. Olmo Calvo

La dimisión forzada de Íñigo Errejón como portavoz parlamentario y cargo de Sumar no ha sido la gota que colmaba el vaso porque el recipiente que sirve como metáfora a la situación del partido ya estaba rebosado.

Desde las elecciones del 23J los de Yolanda Díaz han tenido muy pocas buenas noticias en un contexto marcado por un intenso desgaste en muy poco tiempo.

Esos comicios relanzaron el proyecto de la vicepresidenta, ya que aunque no obtuvieron unos buenos resultados (perdieron votos y escaños respecto a la última candidatura de Unidas Podemos), lograron el objetivo de sacar un número de escaños suficiente para poder reeditar un Gobierno de coalición con el PSOE que evitara un Ejecutivo gobernado por Alberto Núñez Feijóo y por Santiago Abascal.

Desde ese momento, una cascada de golpes políticos (rematados con el escándalo de Íñigo Errejón) ha llevado al partido a un momento crítico en medio de una inercia desfavorable caracterizada por la parálisis legislativa de la legislatura.

Sumar ha fracasado en todos los comicios del ciclo electoral que se inició en Galicia hasta el punto de que en la última cita con las urnas, la de las europeas, Yolanda Díaz dimitió de sus responsabilidades orgánicas, a la vez que enterraba la aspiración de levantar su proyecto como paraguas de la izquierda alternativa.

Un proyecto que trascienda a sus caras visibles

En ese momento, Movimiento Sumar (el partido creado con ese fin) se vio forzado a virar su rumbo y a designar a una dirección transitoria con la vista puesta en una asamblea que diera un nuevo horizonte al proyecto, tras el fracaso de sus objetivos iniciales. Esa asamblea se celebrará el 14 y el 15 de diciembre.

Con la mochila de los fracasos electorales a cuestas, ausente de líder orgánica y con más incertidumbres que certezas, la formación esperaba despejar su futuro y fijar nuevos objetivos en este cónclave. La dimisión de Íñigo Errejón supone el enésimo golpe (en este caso, de impacto crítico) en un camino hacia esa asamblea que ya apuntaba a tortuoso antes de la dimisión del portavoz parlamentario.

Desde el partido trasladan que asumen el golpe y el desgaste que esto les está provocando, y que, a pesar de ser conscientes desde el principio del proceso que desembocó en la dimisión de Errejón, Díaz no tuvo dudas a la hora de ejecutarlo (tras dos investigaciones, una en el seno de Movimiento Sumar, y otra por parte de Más Madrid).

Este sábado, Sumar ha insistido en que no conocieron antes de esta semana las acusaciones de violencia machista contra Íñigo Errejón y ha admitido que los mecanismos del partido en relación a esto "fallaron". También ha avanzado que habilitarán mecanismos de apoyo y acompañamiento a las víctimas, así como la puesta en marcha de un protocolo de actuación de comportamientos machistas y de acoso, que se aprobó en su primera asamblea de marzo pero que no se han consolidado por el último ciclo electoral.

Ernest Urtasun, portavoz de la formación, ha relatado que a principios de esta semana fue cuando tuvieron conocimiento de testimonios sobre los comportamientos del exdiputado, ante lo cual actuaron con "toda celeridad" primero exigiendo explicaciones. En ese momento, según ha relatado, Errejón reconoce los hechos y, acto seguido, Sumar le exige responsabilidades y que abandone todos los cargos políticos. También ha explicado que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, conversó con él y le demandó su dimisión, algo que se formaliza el jueves.

Errejón acumuló mucho poder en poco tiempo en el espacio con su papel en el Congreso y en Movimiento Sumar

El objetivo ahora, explican, es reforzar a Sumar como un proyecto de largo recorrido que se sitúe por encima de sus liderazgos y caras más visibles. "Somos la primera organización que hemos actuado por cuestiones de violencia machista, aunque la figura fuera principal, y esperamos que, por lo menos, esto siente un precedente en la política institucional", explican desde la organización.

Sin embargo, en los últimos días están surgiendo numerosas voces que se preguntan cómo Errejón llegó a ser una figura tan trascendental y a acumular tanto poder en tan poco tiempo en el proyecto liderado por Díaz. 

El dirigente político entró en las listas de Sumar como cuota de Más Madrid, tras la negociación que los de Díaz y los de Mónica García mantuvieron en el verano del pasado año de cara al 23J. Desde la formación madrileña impulsaron una investigación interna a raíz de las denuncias difundidas y pidieron a Díaz que le exigiera el acta; y la ministra de Sanidad ha reconocido que "desgraciadamente" no supieron hacer "lo suficiente" en este caso.

Desde las elecciones, Errejón fue ganando enteros en Sumar hasta ser designado por la cúpula de Díaz como portavoz parlamentario del grupo en el Congreso y encargado de elaborar el documento político que recoge los fundamentos ideológicos de Movimiento Sumar.

Un nuevo portavoz en el Congreso

Ahora, la intención de la organización es solventar los espacios que deja esta dimisión más pronto que tarde (designando a un nuevo portavoz en el Congreso y encargando el desarrollo del documento político de cara a la asamblea a otro dirigente de Movimiento Sumar).

Aunque el relevo en el Parlamento no está claro que pueda hacerse de manera tan urgente, ya que los de Díaz deberán llegar a un acuerdo con el resto de formaciones del grupo.

Maíllo: "Hay que afrontar una catarsis de cómo nos organizamos en la izquierda"

El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, se refería este viernes al escándalo de Errejón como un "caso muy doloroso" porque "abre en canal a la izquierda a la hora de que las personas afronten las contradicciones entre las tesis políticas que defienden y sus propios comportamientos".

Maíllo ha pedido "una cirugía de carácter radical" a las organizaciones políticas y ha dejado una reflexión sobre el futuro del espacio: "De esto hay que salir fuertes y con mucha honestidad en la reflexión personal. Hay una situación de cierto desánimo y hay que resolverlo bien, poniendo las cartas encima de la mesa con todos los condicionantes y sin límites. Hay que afrontar una catarsis de cómo nos organizamos en la izquierda".

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