Este artículo se publicó hace 8 años.
Sánchez centra sus ataques en las figuras de Iglesias y Anguita
El PSOE quiere así recuperar votantes de Podemos del 20-D que bien censuren a Iglesias por haber dejado que se mantenga Rajoy o bien no compartan la alianza con IU
Manuel Sánchez
-Actualizado a
MADRID.- No menciona nunca a Podemos, y tampoco pronuncia el nombre de Pablo. Sus referencias son a Iglesias o al señor Iglesias -el candidato de Unidos Podemos-, a quien ahora vincula siempre con el nombre de Julio Anguita, de quien dice que es su mentor. Con esta estrategia ha empezado Pedro Sánchez la precampaña electoral en lo que se refiere a sus adversarios por la izquierda.
No es casualidad. Para los estrategas del PSOE la marca Podemos está ahora mucho más valorada que su actual líder, Pablo Iglesias, a quien además responsabilizan en exclusiva de que no haya habido Gobierno tras las pasadas elecciones, frente a otro sector de su partido más partidario del acuerdo. Por ello, Sánchez habla sólo de Iglesias, dejando a un lado tanto a Podemos, como a Unidos-Podemos, a los que no ha nombrado en ninguno de sus actos.
El otro nombre que está en foco del PSOE es el de Julio Anguita. El ex coordinador general de Izquierda Unida siempre ha sido visto como una bestia negra entre los socialistas, desde que Felipe González le situó en “la pinza” con José María Aznar para derrocarle del Gobierno allá por 1993. En este caso, a quien Sánchez ignora es al actual líder de IU, Alberto Garzón.
Así, referencias a Iglesias y Anguita no faltan nunca en los discursos de Sánchez y hasta este martes, en Córdoba, el secretario general del PSOE empezó diciendo: “Vi un vídeo de Iglesias y Anguita y me pareció de 1977. La España de 2016 nada tiene que ver con la España de 1977 gracias a los millones de españoles que votaron por el cambio y por el PSOE ¡Que estamos ya en 2016!”, exclamó, y lógicamente arrancó el aplauso de su parroquia.
El PSOE piensa, según distintos dirigentes consultados, que esto puede movilizar a un parte de su electorado y también que puedan retornar muchos votantes de Podemos del 20-D, que no están de acuerdo con la coalición con Izquierda Unida y que ven en Anguita a un dirigente comunista, que provoca rechazo en algunos sectores que podrían estar próximos a los socialistas.
Y, además, veladamente Sánchez también trae en sus intervenciones el mensaje de “la pinza” como advertencia, al recordar permanentemente que Iglesias fue quien decidió que siguiera Mariano Rajoy en La Moncloa, antes de que hubiera un presidente socialista. Y a esto añade su convencimiento de que esto podría volver a ocurrir tras el 26-J “porque sé que yo nunca voy a ser presidente del Gobierno con el respaldo de Iglesias”, suele repetir Sánchez.
Lógicamente, tampoco faltan críticas al Partido Popular y a Mariano Rajoy, pero que curiosamente despiertan en la militancia socialista menos entusiasmo, como dando por amortizada la “corrupción” y las “mentiras” del PP, que denuncia Sánchez permanentemente.
En Ferraz, pese a las encuestas, se sigue rechazando la más mínima posibilidad del 'sorpasso', pero todo indica que les preocupa más de lo que dicen, porque en el inicio de esta precampaña el PSOE apunta fundamentalmente a dos nombres: al señor Iglesias y al señor Anguita.
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