El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aterrizó la tarde de este jueves en Cuba, en la primera visita oficial de un presidente español en 32 años, envuelto en la crisis de Gibraltar, que ha desplazado la agenda del viaje.

Desde el Palacio de La Moncloa no se pudo emitir información en casi todo el día, ya que el presidente y su equipo de Exteriores, con el ministro Josep Borrell a la cabeza, se estuvieron desplazando a la isla durante todo el día.

Aunque todavía se espera llegar a un acuerdo, hay gran preocupación en el Ejecutivo porque España salga mal parada en la cuestión de Gibraltar y mantenga su voto contrario al acuerdo sobre el Brexit en la cumbre de la UE de este domingo en Bruselas.

En La Habana, antes de su llegada, había mucha expectación para que el presidente aclarara finalmente la posición de España, y se llegó a especular que Sánchez se volvía a España, pero inicialmente mantuvo la agenda prevista.

Sánchez, en la reunión con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, abordó la presencia que quiere tener España el próximo año en el 500 aniversario de la fundación de La Habana, donde se está cerrando una visita de los Reyes de España, pero además se quiere participar en múltiples actos, de tal forma que se perciba la presencia de nuestro país en esta conmemoración.

Sánchez, también trató con el líder cubano la reforma de la Constitución que está preparando el régimen castristas y que está abriendo un gran debate en la sociedad. Sánchez se interesó por su desarrollo y debate, y pidió a la presidente cubano que no pierdan la oportunidad para la apertura y mayores libertades.

El lides socialista acudió a La Habana acompañado por 240 empresarios españoles, que este viernes desarrollarán una intensa actividad para impulsar su presencia y sus inversiones en la isla.