Renzi y riveraRenzi, adiós a Rivera

Pensaban que, antes o después, caminarían juntos. Cuando se vieron en Roma, hace un año y medio, almorzaron en un hotel de la capital italiana en una conversación de dos horas de duración. Iban vestidos iguales: traje oscuro, camisa blanca, sólo un botón, el del cuello, desabrochado. Terminarían haciéndose una foto juntos en un ático con la Ciudad Eterna al fondo. Dicha imagen sería luego una noticia en sí misma, circulando por las principales cabeceras italianas y españolas. Por supuesto, también en las redes sociales. Entonces tenían un adversario común: el nacionalismo. Y un objetivo compartido: crear una corriente liberal continental para defender a la Unión Europea frente a los soberanistas y los independentistas. Con la colaboración de Emmanuel Macron. Hoy, sin embargo, Matteo Renzi no cree que Albert Rivera pueda ser un aliado liberal en Europa.

El expremier italiano ya no cree en el centrismo europeísta de la formación de Albert Rivera: "Ciudadanos tiene que decir si ser quien fue al principio, así pues, un movimiento innovador que recogía votos de varias zonas del país; o si prefiere colocarse en el frente de la derecha, queriendo competir contra el Partido Popular Europeo", pronunció Matteo Renzi en un encuentro en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma. Y añadió: "No estoy diciendo nada nuevo si afirmo que la alianza con Vox ha incidido la imagen de Ciudadanos a nivel internacional". El expresidente del Ejecutivo transalpino –en el cargo entre 2014 y 2016– hizo hincapié, en una clara similitud entre ambos países latinos, que "cuando se habla del caos en la política, nos olvidamos de hablar de España". Hasta para él, gran conocedor de la política transalina, es realmente sorprendente que en España haya habido "cuatro votaciones en cuatro años".

Renzi: "La alianza con Vox ha incidido la imagen de Ciudadanos a nivel internacional"

Desde hace dos semanas, el expremier italiano Matteo Renzi es el líder de su nuevo partido, Italia Viva, fruto de una escisión del socialista Partido Democrático (PD), hoy liderado por Nicola Zingaretti. Aunque técnicamente lleva casi una década vinculado al reformismo, tanto en Italia como en Europa, el expresidente del Gobierno transalpino, sin embargo, siempre tuvo el sueño de un gran centro liberal. Por eso, en los últimos años, ha trabajado activamente para crear un eje triangular con Rivera y Macron en aras de construir un liberalismo europeo inspirado en la Tercera Vía de Tony Blair (primer ministro del Reino Unido, 1997-2007) y Bill Clinton (presidente de Estados Unidos, 1993-2000). Así pues, un sólido movimiento europeo de centro-centro-izquierda. Lo cual, según lo que contaron en enero de 2018 algunos medios italianos, molestó profundamente al PSOE ya que, junto al PD, ambos son miembros del Partido Socialista Europeo (PSE).

Para Matteo Renzi, si Rivera hubiera sido un verdadero líder de un centro transversal europeísta, capaz de hablar tanto con la derecha como con la izquierda, tendría que haber apostado por un Gobierno junto al socialista Pedro Sánchez. De ser así, ahora mismo tanto en Roma como en Madrid habría dos Ejecutivos sin ningún riesgo soberanista. "Yo era uno de aquellos que deseaban un acuerdo entre Pedro y Albert. Mi esperanza, como ciudadano enamorado de España, era un acuerdo entre socialistas y Ciudadanos", admitió el expresidente del Gobierno transalpino: "Creo que habrían aportado el bien para España, pero creo que hubo elementos también de naturaleza personal que impidieran ese acuerdo".

El hoy fundador de Italia Viva, frente a los corresponsales extranjeros, ha querido ofrecer incluso un parelelismo en clave italiana: "Ni siquiera ha sido posible un acuerdo con Podemos, una formación que, salvando las distancias, es más parecida a nuestra coalición con el Movimiento 5 Estrellas". Es muy habitual en las entrevistas y comparecencias de Renzi, que suelte alguna broma futbolística para relajar el ambiente, algo que también ha ocurrido en esta ocasión: "Me hubiera gustado un entendimiento entre Pedro y Albert, pero veo que es más fácil un acuerdo entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona". Renzi también suele referirse a sus colegas italianos e internacionales con sus respectivos nombres de pila.

Renzi: "Mi esperanza, como ciudadano enamorado de España, era un acuerdo entre socialistas y Ciudadanos"

Matteo Renzi ha sido el gran protagonista en la formación del nuevo Gobierno italiano de Giuseppe Conte, quien se sucedió a sí mismo con un nuevo Ejecutivo. Todo empezó el pasado agosto cuando el soberanista Matteo Salvini, líder de la Liga, decidió romper como socio minoritario del Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi Di Maio, con el que estuvo gobernando durante 14 meses en una extraña coalición. Salvini, convencido de que el M5E y el PD nunca se aliarían tras años de descalificaciones e insultos, decidió hacer caer la mayoría de Gobierno pensando que eso provocaría, en la práctica, la repetición de elecciones y la capitalización del 36% de consensos que la Liga tiene según los sondeos.

Pero llegará, sin embargo, la magistral maniobra táctica de Renzi. Tras el abandono de Salvini, Renzi propuso y convenció a su secretario general, Zingaretti, que él daría su visto bueno a un Ejecutivo con los grillinos de Di Maio. Una vez logrado el nuevo Gobierno, hace menos de un mes, el expremier decidió separarse definitivamente del PD y crear su nuevo partido, Italia Viva, para así convertirse en la cuarta –y fundamental– pata de la mayoría de Ejecutivo transalpino. En 15 días, Renzi se ha convertido en la pieza clave del Gobierno italiano que, por el momento, logrará frenar a Salvini apelando al europeísmo. Por lo pronto, el toscano, con un 5% en los sondeos, piensa quitarle votos tanto al PD como al propio Silvio Berlusconi.

Ahora que Renzi tiene todo el poder de lanzar un centrismo europeo junto a Macron; Ciudadanos, quien pudo gobernar con el PSOE y demostrar su transversalidad, es ahora rehén del bloque conservador español al lado de los nacionalistas de Vox. Renzi, recordando aquella foto con Rivera en el ático, no puede esconder su decepción.