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La reforma judicial avanza en el Congreso pese a la bronca por la amnistía entre PP y PSOE y el enfado de los aliados de Sánchez

La sintonía que pudiera haber entre populares y socialistas tras el 'pacto de Estado' para reformar la ley del CGPJ, cuya toma en consideración se vota este jueves, se ha roto por completo en las últimas horas a cuenta de la amnistía.

Sánchez Montero Díaz
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno; María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, en un Pleno en el Congreso de los Diputados. Eduardo Parra / Europa Press

Partido Socialista (PSOE) y Partido Popular (PP) avanzarán este jueves en el Congreso con la reforma de la ley orgánica del Poder Judicial y de la ley por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal cerrada tras meses de negociación. Pero lejos de tratarse de una celebración de lo que se considera el primer 'pacto de Estado' de la legislatura, la de este jueves será una jornada incómoda para el PSOE. El oasis de entendimiento con el PP se ha quedado muy rápido sin agua y, a la vez, esa sintonía momentánea entre ambos ha levantado ampollas entre los aliados parlamentarios de Pedro Sánchez

En la última semana, populares y socialistas han dilapidado cualquier atisbo de cambio de tono en sus relaciones. Por una parte, Sánchez ha deslizado que, en sus planes, está contar con el apoyo de los de Alberto Núñez Feijóo en asuntos como el pacto de Estado por la violencia de género, la reforma de la ley de Extranjería ―que se decidirá en las próximas semanas―, o el que se dibuja como uno de los grandes temas de la legislatura: los cambios en la financiación autonómica.

Por otra, la bronca entre ambas formaciones ha escalado en los últimos días a cuenta de la ley de amnistía. Feijóo ha apretado en su discurso en contra de la norma de olvido penal y ha confirmado que agotará el plazo para presentar su recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Además, ha aplaudido el movimiento del Tribunal Supremo, que ha rechazado aplicar la amnistía a los delitos de malversación y, por tanto, no ha levantado la orden de detención ni a Carles Puigdemont ni a los exconsellers Toni Comín y Lluís Puig.

Los dos partidos han blindado su pacto por la reforma del Poder Judicial, pero no lo extienden al resto de su actividad política ni parlamentaria, que es tan áspera como siempre.

La reforma que se vota este jueves en el Congreso incluye, entre otras cosas, el incremento a 20 años de carrera judicial para los jueces que quieran aspirar a ser magistrados del Supremo; que no se pueda elegir a un alto cargo político para ser vocal del CGPJ hasta cinco años después de abandonar la política o que el CGPJ elabore un nuevo modelo de elección de los vocales en los próximos seis meses, que luego, eso sí, se deberá someter a votación en las Cortes.

Este jueves, tras la votación en el hemiciclo, también se reunirá la Mesa del Congreso, que calificará las candidaturas de los nuevos vocales del CGPJ y convocará las las comisiones de nombramientos.

Incomodidad de los aliados

La toma en consideración de la reforma del Poder Judicial saldrá adelante aunque, por el momento, es una incógnita con cuántos votos. Especialmente, habida cuenta del enfado de los aliados parlamentarios del Gobierno.

Sumar ya ha dicho que se abstendrá. Cuando PP y PSOE anunciaron el acuerdo, Yolanda Díaz lo elogió, pero el hecho de que el PSOE asegurara que no aceptará que se enmiende la ley ha empujado al socio minoritario del Ejecutivo a abstenerse. "El camino no es con el PP, es con el bloque de investidura", aclaran. Sumar hubiera querido enmendar la norma para rebajar las mayorías de elección del CGPJ.

La votación, por tanto, escenificará una nueva brecha entre los dos socios, pero también entre Sánchez y el resto de sus aliados parlamentarios. Gabriel Rufián, de ERC, ha sido muy duro con el pacto, que considera que es un "retorno de la gran coalición" y que marca un punto y aparte en la legislatura. Los republicanos no han expresado, por el momento, el sentido de su voto. Tampoco Junts per Catalunya

También Ione Belarra, secretaria general de Podemos y portavoz de la formación en el Congreso fue extraordinariamente dura. "Es la peor noticia para la democracia para nuestro país". Previsiblemente, los morados votarán en contra. EH Bildu, por su parte, confirma a Público que no votará a favor, aunque no aclara si el sentido de su voto será la abstención, como Sumar, o si se opondrá.

Tampoco el Partido Nacionalista Vasco (PNV) dará su apoyo. "Esto suena a patada hacia delante", dejó caer el portavoz de los jeltzales, Aitor Esteban: "Ahora, a ver quién coge el balón". El Bloque Nacionalista Galego (BNG), como los grupos parlamentarios ya citados, recibe el pacto desde una posición muy crítica.

Por tanto, este jueves, la respuesta de los aliados del Gobierno a lo que consideran un acercamiento de Sánchez al Partido Popular puede ser muy drástica. El Partido Socialista puede encontrarse, en la Cámara Baja, pactando con el PP y recibiendo un vacío por parte de la totalidad de su bloque de investidura. En cualquier caso, los votos de PSOE y PP son suficientes para que eche a andar la reforma. Fuentes del Congreso confirman que su aprobación final tendrá lugar el 23 de julio.

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