Mariano Rajoy ha comparecido hoy ante la prensa con tres horas y media de retraso sobre el horario previsto, en la rueda habitual tras la reunión del Consejo Europeo. A preguntas de los periodistas sobre los presuntos casos de corrupción en el PP, cuya información no ha dado tregua al partido esta semana, el presidente del Gobierno ha echado balones fuera asegurando que es él y su equipo quienes trabajan 'para que esas cosas se sepan'. 'Esas cosas', que Rajoy no ha citado en ningún momento, son la presunta caja B del PP -hoy mismo, se ha confirmado un nuevo pago de la reforma de la sede de la calle Génova con dinero negro-, las imputaciones de Rodrigo Rato y Ángel Acebes o el uso de tarjetas opacas en Caja Madrid durante la etapa de Miguel Blesa y Rato como presidentes.

En dos ocasiones ha sido Rajoy preguntado por este asunto y en dos ocasiones ha respondido con elipsis y como si las informaciones sobre la presunta corrupción del partido que sustenta a su Gobierno no fueran con él. El presidente aseguró estar diseñando el conjunto de 'medidas para evitar que estos hechos se repitan', lo que supone, en definitiva, un reconocimiento implícito de que se produjeron y garantizó que el único afán del Ejecutivo es colaborar con la Justicia para que los hechos se conozcan, se encuentre a los 'culpables' y se proteja a los 'inocentes'.

Rajoy se ha amparado una vez más en el 'respeto' a los procedimientos judiciales, particularmente, en su calidad de jefe del Ejecutivo, que le obliga a ser especialmente 'prudente' con estos temas. En ningún momento, el presidente ha aludido a responsabilidad o siquiera fallos de control en el Partido Popular que preside, sino que se ha limitado a hablar de futuro y a citar 'el paquete de medidas' que está impulsando el Gobierno para regenerar la democracia. Estas medidas son dos proyectos de ley contra la corrupción, de control de la actividad de los altos cargos y sobre el control financiero de los partidos que se tramitan en el Congreso de los Diputados.

La estrategia del PP pasa por adjudicarse el mérito de la investigación sobre las tarjetas opacas de Caja Madrid y ahora, a tenor de la rueda de prensa de hoy con preguntas sobre el resto de asuntos que nada tienen que ver con la entidad financiera (la imputación de Acebes o el presunto pago de la reforma de la sede del PP con dinero negro), el presidente ha decidido que el argumento del destape de la corrupción le sirve para todos los casos.