Este artículo se publicó hace 5 años.
CatalunyaEl PP trata de tensar en el Congreso la mesa Sánchez-Torra horas antes de su primera reunión
Los de Casado llevan a la sesión de control al Gobierno del miércoles una interpelación urgente sobre el "impacto constitucional" de la mesa de negociación con la Generalitat. El debate tendrá lugar apenas unas horas antes de la reunión entre gobiernos.
Madrid-
La mesa de diálogo entre el Gobierno y el Govern de la Generalitat para resolver el conflicto territorial en Catalunya no tendrá un estreno tranquilo. Tanto desde el Ejecutivo como desde ERC, impulsores de este foro, han insistido en las últimas semanas en que una de las claves para que el diálogo pudiera dar sus frutos era alejar la mesa del "ruido" político y mediático que se podría producir con su puesta en marcha. El próximo miércoles, el PP llevará ese ruido el Congreso.
A unas horas de que Pedro Sánchez, Quim Torra y sus equipos se reúnan en La Moncloa, la Cámara Baja debatirá sobre el "impacto constitucional" de este espacio de diálogo a petición de los de Pablo Casado. Los conservadores han logrado hacer un hueco en el orden del día de la sesión plenaria para introducir una interpelación urgente al Gobierno sobre este asunto.
Desde el PP quieren que el Ejecutivo aclara el "impacto constitucional de la reunión de la Mesa entre el Gobierno de España y el Gobierno de la Generalitat de Cataluña que tendrá lugar el 26 de febrero". La interpelación lleva la firma de la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, que casi con seguridad será la encargada de interpelar a los de Pedro Sánchez.
Cayetana Álvarez de Toledo, más allá de que sea la única diputada de los 'populares' por Catalunya, es la que está liderando las ofensivas del PP al Gobierno respecto al problema catalán. Antes de la interpelación tendrá lugar la sesión de control al Ejecutivo, y Casado le preguntará a Sánchez sobre la garantía de "igualdad entre todos los españoles". Está prácticamente garantizado que el líder conservador se referirá al conflicto catalán durante su intervención.
Además, esta iniciativa forzará que el Congreso se posicione sobre la mesa de negociación entre gobiernos. Toda interpelación, una vez debatida en el Pleno, se convierte automáticamente en una moción, sobre la que los grupos deberán posicionarse (también se pueden introducir enmiendas al texto del PP). El Reglamento de la Cámara establece que la moción tiene que incluirse en el orden del día de la sesión plenaria siguiente a la que acogió la primera interpelación.
Sin embargo, los de Casado deberán esperar, ya que la semana del 2 al 6 de marzo no se celebrará ninguna sesión plenaria. La mesa tendrá lugar el próximo miércoles por la tarde, pero el Congreso no se posicionará sobre la misma (en los términos planteados por el PP) hasta el martes 10 de marzo.
Los conservadores no serán los únicos en llevar el conflicto catalán al Congreso unas horas antes de la primera reunión de la mesa de diálogo. El propio JxCat debatirá directamente con Pedro Sánchez sobre el referéndum y el derecho a decidir.
La portavoz de la formación catalana en la Cámara Baja, Laura Borràs, preguntará al presidente del Gobierno "qué le corresponde hacer" al Ejecutivo, "según su opinión, para satisfacer una demanda de una parte importante de la población que reivindica lo que considera que es su derecho".
El techo de gasto y el veto del Senado: antesala de los PGE
La CUP también centrará sus intervenciones en Catalunya con otra interpelación urgente al Gobierno en la que se requiere su postura sobre la "represión a la disidencia política en el Estado español". Además de Casado y Borràs, durante la sesión de control le preguntará a Sánchez el portavoz del PNV, Aitor Esteban, sobre la posición del Ejecutivo "ante los retos a los que se enfrenta en Europa".
En este Pleno el Gobierno y el PSOE tratarán de avanzar con los primeros pasos de los Presupuestos Generales del Estado. El martes la Cámara debatirá una proposición de ley del Grupo Socialista para derogar la capacidad de veto del Senado sobre el límite de gasto no financiero, conocido como el techo de gasto. Los socialistas ya presentaron esta iniciativa en 2019, que se basa en una reforma de la ley de estabilidad presupuestaria, pero la Mesa del Congreso, controlada entonces por PP y Ciudadanos, la bloqueó.
El jueves, el Ejecutivo llevará al Congreso el propio techo de gasto, un trámite en el que los de Pedro Sánchez medirán su capacidad de aglutinar mayorías para dotar de estabilidad la legislatura. Si el límite de gasto no financiero logra superar la votación en la Cámara Baja, el Ejecutivo deberá granjearse una nueva mayoría en el Senado, que tiene capacidad de veto sobre estas cifras.
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