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Nahuel González (Sumar): "Tenemos a la extrema derecha partida con el debate de la tauromaquia"

Nahuel González
Nahuel González, diputado de Sumar y miembro de Izquierda Unida. Sumar

Nahuel González (País Valencià, 1989) es diputado del Grupo Plurinacional Sumar por parte de Izquierda Unida. Además, es coportavoz de la Asociación Parlamentaria de los Derechos de los Animales y una de las figuras políticas que más está ayudando desde el Congreso a la plataforma No es mi cultura, que, en estos momentos, se encuentra en plena recogida de firmas para presentar ante la Cámara Baja una iniciativa legislativa popular (ILP) para que se deje de considerar a la tauromaquia patrimonio cultural. González atiende a Público cuando faltan pocos meses para que termine el plazo para conseguir los apoyos suficientes y aborda, en la entrevista, el momento que vive la tauromaquia en España, su paulatina pérdida de interés, la importancia de la iniciativa que está en marcha y el cada vez más inminente debate sobre la abolición.

¿Se dan las circunstancias para abrir un debate sobre la tauromaquia, en este momento, en España?

Estamos en el momento histórico preciso para que el debate de la tauromaquia se dé. Ya se está dando en la sociedad. Tenemos a la extrema derecha partida por el debate de la tauromaquia y tenemos cifras empíricamente demostrables de que muy pocos españoles están asistiendo a eventos taurinos. La tauromaquia está en mínimos históricos. La gente no va a eventos taurinos y cada vez demuestra más su compromiso público por los animales y los derechos de cualquier ser sintiente. Cada vez hay más personas concienciadas.

En el Congreso, nuestro trabajo es reflejar esa realidad social. Si lo hacemos, además, con una iniciativa legislativa popular conseguiremos el cóctel perfecto.

Dice que la tauromaquia parte a la extrema derecha.

Hay un partido nuevo de extrema derecha, que ahora mismo todos conocemos ya, que está en el Parlamento Europeo y que se está posicionando en contra de la tauromaquia. No es casual.

"Es imposible disociar la defensa del colectivo LGTBI o de los migrantes de la de los animales"

A mí no me gusta nada de lo que venga de la extrema derecha. Nosotros, en el Grupo Plurinacional Sumar, consideramos que la empatía se tiene que dar con las personas, con los animales, la naturaleza y todo aquello que represente la sociedad y el ecosistema. Todas esas cosas van de la mano. Es imposible disociar la defensa del colectivo LGTBI o de las personas migrantes de, salvando las distancias, los animales.

En cualquier caso, que algún sector de la extrema derecha lo defienda no quiere decir que esté teniendo más conciencia o empatía sobre los animales, sino que sabe que la sociedad española es más empática que nunca. Su forma de ver la política, que es a través de los votos, le hace ver que posicionarse en contra de los toros le puede dar rédito electoral. Nosotros no lo hacemos por eso; lo hacemos por principios, pero somos conscientes de que, además, la sociedad lo demanda.

De hecho, desde 2007 a 2022, el número de festejos ha caído en un 61%. Es una cifra de descenso muy fuerte. El escaso 1,9% de españoles que va a festejos taurinos, una cifra pospandemia, demuestra el punto en el que se encuentra la sociedad española. De todas formas, si nos quedamos con los números de inmediatamente antes de la pandemia, también vemos cómo el decrecimiento es claro.

De hecho, en algo más de una década (2007-2019) cayó del 10% al 8%. ¿A qué cree que se debe esa pérdida de interés?

Creemos que se debe a una concienciación más grande sobre el derecho de los animales y que se ha entendido que es una barbaridad y una brutalidad asistir en tono festivo a la tortura de un animal. Por suerte, la sociedad está en un punto en el que tiene más información que nunca: tenemos internet, documentales, medios que, como el vuestro, informan constantemente de estos temas. La gente sabe que cualquier animal y, concretamente, el toro es pacífico, que siempre ha sido aliado de los seres humanos...

En unas jornadas que organizamos hace poco en el Congreso, diversos historiadores comentaban la tradición, que data del siglo XIII, de considerar al toro como un aliado que ayuda a arar y mejorar la vida de la gente. Parece muy difícil defender que se le deba torturar y hacerlo sufrir en una plaza. Es una cuestión del pasado. Yo soy un gran optimista con las generaciones que vienen, a pesar de algunos datos, y considero que esas generaciones entienden que eso está superado y que en el siglo XXI no cabe la tauromaquia.

Por eso también el sector taurino lleva años buscando conectar con la gente joven, por ejemplo, regalando entradas o haciendo encierros infantiles. Son cuestiones que también estamos buscando para que no puedan ser legales. No tiene sentido que un niño se exponga al riesgo de ir a un encierro o que pueda asistir a los bous al carrer...

"Los taurinos intentan que haya relevo generacional, pero lo tienen muy difícil"

Ellos, los taurinos, intentan que haya relevo generacional, pero lo tienen muy difícil. De hecho, si no fuera porque reciben millones de euros de subvención de comunidades autónomas gobernadas por la derecha y la extrema derecha, ahora mismo ya sería muy complicado mantener esta fiesta. Hay que tener en cuenta que los lazos, a veces, son muy férreos entre el sector taurino y los partidos que gobiernan.

¿Les preocupa, de algún modo, la reacción que puedan tener las derechas y que, incluso, pudiera haber un repunte de la defensa de la tauromaquia por motivos políticos?

Todo debate que implica mejorar derechos supone una reacción. Lo hemos visto en España con cualquier avance o progreso. Sin ir más lejos y guardando las distancias, cuando se aprobó la ley del aborto o con las manifestaciones fuertes de la derecha y la extrema derecha contra el matrimonio LGTBI. Cualquier avance en derechos ―incluso en derechos animales― va a suponer una reacción, pero por eso es importante que los movimientos sociales y la ciudadanía sean los protagonistas de ese cambio. Ahí, nosotros y nosotras, desde el grupo parlamentario, lo que hacemos es apoyar a la sociedad civil. Hay muchas entidades y asociaciones trabajando.

El otro día, con el tema del alquiler de temporada, lo vimos. Fue el Sindicato de Inquilinos quien trajo la propuesta de ley. La ILP de regulación de migrantes también viene de los colectivos de migrantes. Nuestra forma de ver la política, y la mía en particular, es esa: el grupo parlamentario tiene iniciativas propias, claro, pero también tiene que ser el vehículo de la ciudadanía. Es la gente la que está buscando firmas para esta ILP contra la tauromaquia. Ya llevan 300.000 y se va a llegar al medio millón. 

Nahuel González
Nahuel González, durante las últimas jornadas parlamentarias sobre la ILP para que la tauromaquia deje de considerarse patrimonio cultural. Sumar

Habla de trasladar las voluntades de la sociedad civil a la política. ¿Cree que el Gobierno de coalición progresista está profundizado lo suficiente en ello?

Yo creo que al Gobierno de coalición hay que empujarle. Nosotros, desde el Legislativo, lo que hacemos es empujar al Ejecutivo para que sea lo más ambicioso posible, aunque querríamos avanzar mucho más en todos los ámbitos, claro. De todas formas, nuestros ministros y ministras sí que están impulsando muchas cosas. Quitar el Premio Nacional de Tauromaquia fue un gesto simbólico, pero importante.

Con respecto al arco parlamentario, he de decirte que igual que hay dificultades con la derecha catalana en temas económicos, en temas de derechos sí que tenemos cierta complicidad a la hora de negociar. Yo soy coportavoz en la Asociación Parlamentaria de Derechos Animales (junto con un compañero del Partido Socialista, Manuel Senderos, gran aliado de los derechos de los animales) y sé que Junts ha hecho grandes cosas por los animales en Catalunya.

Son un socio fiable para ese tipo de temas.

Hay una conexión, sí. Esta semana es un poco rara porque vivimos con mucha tristeza la votación del alquiler de temporada, pero somos muy conscientes de que el día siguiente tenemos que seguir negociando hasta el último punto cualquier ley y cualquier derecho.

En cuanto a la ILP sobre la tauromaquia, por supuesto que contaremos con Junts. En este caso, la dificultad va a venir con el Partido Socialista. Ellos tienen posturas distintas dependiendo de los territorios. También, entre sus diputados, algunos son taurinos y otros son animalistas. Pensamos que la fuerza que va a tener este debate es que, como te he dicho al principio, viene de la sociedad civil. Va a ser la gente de la ILP la que se reúna con todos los grupos y la que ponga encima de la mesa unas firmas pidiendo un cambio.

El PSOE va a verse obligado a posicionarse, aunque sea solo de cara a la admisión a trámite de la ILP, o con la mayoría de investidura o con Vox y el PP.

Efectivamente. Hay que tener en cuenta, de todas maneras, que esta ILP no pretende abolir la tauromaquia, sino quitarle la protección a nivel de interés cultural. Ahora mismo, tal y como está la ley, no permite decidir a las comunidades autónomas si quieren o no prohibir las corridas de toros. Estamos en un paso previo.

"Ahora mismo, las comunidades autónomas no pueden decidir si quieren o no abolir la tauromaquia"

El PP usó su mayoría absoluta en la etapa de Mariano Rajoy para blindar la tauromaquia declarándola patrimonio cultural. Eso hace que las comunidades autónomas no puedan decidir libremente que no quieren toros. Con esta ILP, podrán. En cualquier caso, hay que dejar claro eso: no estamos aboliendo la tauromaquia. Eso vendría después.

Pero, vistos los números de los que hablaba antes y el punto en el que se encuentra la lucha animalista, ¿se plantean un camino a corto o medio plazo para abrir el debate sobre la prohibición?

Nosotros tenemos una postura clara de "no a la tauromaquia", pero somos conscientes de que a nivel parlamentario, contando con el resto de fuerzas, aún no estamos ahí. Para el Partido Socialista tener que debatir el "no a la tauromaquia", ahora mismo, sería muy difícil, pero el permitir que se quite esta protección a través de una iniciativa ciudadana no debería de serlo tanto. Esperemos que tengan una postura a favor de la ciudadanía y el progreso.

Ahora bien, el siguiente paso, el de la prohibición, habrá que ir viendo cómo lo damos. Lo que está claro es que cuando el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunció el fin del Premio Nacional de Tauromaquia, el apoyo popular fue muy grande, lo que demuestra el punto en el que estamos y que, aunque hagan ruido los sectores taurinos, la sociedad civil ha evolucionado.

¿El eventual éxito de la ILP tendrá que ir acompañado de un trabajo de divulgación? Lo digo teniendo en cuenta que los defensores de la tauromaquia saldrán con su argumentario.

Sí y ese es un trabajo, también, del legislador y de las personas que tenemos responsabilidad política. Hay cuestiones que se plantean y que son completamente absurdas, como que el toro no sufre. Cualquier biólogo te dirá que eso es anticientífico y que cualquier animal torturado sufre dolor y estrés.

Pero luego hay otras circunstancias. Es verdad que hay un sector ―aunque minoritario― de personas que trabajan en la industria taurina y habrá que ver cómo se les da respuesta. Antes hablábamos de que hay regiones, como la Comunidad de Madrid, que da millones a la tauromaquia... Bien, se pueden hacer planes de trabajo con mucho menos dinero y encontrar formas de ayudar a esas personas que trabajan en la ganadería orientada a la tauromaquia para que, eventualmente, la puedan orientar a otro lado y evitar que dependan todo el rato de estas corridas de toros tan absurdas.

"Los derechos tienen que ir todos de la mano"

Te pongo otro ejemplo. Otra de las cosas que nos dicen es que "hay problemas más importantes que debatir de los toros". Perdona la expresión, pero es de un cuñadismo... Además, se utiliza para todo: "No es momento para hablar de derechos laborales; no es momento para hablar de memoria democrática, etcétera".

Hace muy poco, en Colombia ―e imaginemos los problemas que hay en Colombia― la sociedad civil dijo "no" a la tauromaquia. La han abolido y ha sido un avance social importante, como lo pueden ser la reforma de las pensiones, la reforma laboral, la reforma agraria... Nosotros, en Sumar y, en mi caso particular, en Izquierda Unida, pensamos que los derechos tienen que ir todos de la mano. Eso es lo que hace fuerte a un Gobierno y a un Congreso.

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