Moreno insiste en alejar el adelanto electoral en Andalucía entre ruido y presiones

La legislatura en Andalucía, la Comunidad más poblada, cuyo resultado electoral dará pistas sobre si el proyecto del PP es tan fuerte en Andalucía como vaticinan hoy las encuestas, ha entrado en una etapa nueva, tras el revés a las cuentas para el año próximo.

El gabinete de Juanma Moreno, sin presupuestos y, por tanto en minoría gobierna por decreto, como se ha acostumbrado a hacer durante la pandemia. Y, al contrario de lo que emiten los portavoces del Ejecutivo, no existe pinza alguna entre la ultraderecha y la izquierda para derribarle.

Vox, cuando se trata de favorecer los intereses empresariales y profundizar en reformas que desregularizan la economía está ahí. Las únicas derrotas serias que le ha infligido al gobierno han sido los presupuestos para 2022 y la Ley del Suelo, una decisión que al mes rectificó.

Este jueves, Elías Bendodo, portavoz de Moreno, agradeció a Vox en una entrevista en la Cadena Ser que votase a favor de un decreto-ley que relaja controles ambientales, profundiza en la privatización sanitaria y busca un efecto llamada para inversores, presentado a trompicones, sin consenso alguno, y tan solo negociado con la patronal por el que "nadie daba un duro". "Las fuerzas del cambio volvieron a unirse ayer para sacar adelante una de las columnas vertebrales de la agenda del cambio", dijo Bendodo.

El PSOE de Juan Espadas, lejos de hacer una oposición de tierra quemada, ofrece mano tendida y trata de ser útil con la idea de aislar a Vox, algo que no ha conseguido. El Gobierno de Moreno de hecho, de cuando en cuando, aprovecha las necesidades socialistas, dialoga, se sienta, pacta algunas cosas, siempre menores. Estas semanas, de hecho, desde el fiasco presupuestario, el gabinete de Moreno ha logrado sacar adelante la mayoría de las medidas que ha llevado al Parlamento.

Bendodo fijó el modus operandi que va a seguir el Gobierno hasta que se cierre el próximo periodo de sesiones, en el verano de 2022, y con él la legislatura, o hasta que el presidente convoque antes las elecciones. "Lo vamos a negociar todo y ayer se dio un ejemplo. se va a hacer pleno a pleno, ley a ley y decreto a decreto".

Si las cosas le salen bien al Gobierno andaluz, ya sea porque Vox decide apoyar o porque el PSOE opta por tratar de ser útil y de dar la batalla a Moreno en el centro del tablero, lo "normal" , según Bendodo, sería que las elecciones andaluzas de 2022 se celebraran a "finales de octubre o en noviembre".

Castilla y León

La convocatoria por sorpresa de elecciones en Castilla y León que se interpretó, en algunos mentideros, como un mensaje de Génova para que Moreno adelantase en Andalucía, ha servido con el paso de los días para lo contrario en realidad: para despejar ruido.

Génova ya tiene unas elecciones, tras las de Madrid. Y Moreno manos libres, después de haber afirmado con contundencia que Andalucía va a su propio ritmo y que las andaluzas no iban a coincidir con las castellanas, una vez sacado adelante el decisivo decreto-ley y obtener así cierta paz parlamentaria, y  de que la sexta ola del coronavirus, de la que su Gobierno debe ocuparse, haya venido también a ser un argumento a favor de esperar para disolver el Parlamento andaluz.

El resultado de Castilla y León, sea el que sea para el PP, tanto si es bueno como si es malo, si no lo hace antes la realidad parlamentaria, reabrirá con seguridad el debate sobre las elecciones andaluzas. De momento, Moreno aguanta las presiones, que ya duran varios meses, y sigue con su hoja de ruta, hacia el fin de la legislatura.