Este artículo se publicó hace 7 años.
Presupuestos 2017Montoro se jacta del apoyo del socio canario del PSOE para aprobar los Presupuestos
El debate sobre el articulado del proyecto de las cuentas públicas para 2017 arranca en el pleno de Congreso con escaso interés en el hemiciclo ya que las votaciones no se producirán hasta mañana martes y el miércoles
Madrid--Actualizado a
El ministro de Hacienda y de la Función Pública, Cristóbal Montoro, es persona que tiene un alto concepto de sí mismo. Y no pierde ocasión para ponerlo de manifiesto. Este martes, sin ir más lejos, ha debido pensar que `la ocasión la pinta calva ´ al arrancar el pleno del Congreso de los Diputados que debatía el articulado del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017 tras pasar por la correspondiente comisión.
“El esfuerzo de diálogo del Gobierno ha encontrado eco en este parlamento”, ha exclamado nada más empezar su exposición para, formalmente, defender la sección de los PGE correspondiente a su departamento. Un punto del debate que ha sido convenientemente alterado respecto al orden establecido para que fuese el primero en intervenir. Y, claro, de paso, ha vuelto a emplear su intervención en glosar las bondades de las cuentas públicas bajo su responsabilidad.
Pero, sobre todo, Montoro ha alardeado – lo suyo no es la humildad franciscana – de contar ya en estos momentos “176 diputados (para apoyar los PGE) que representan a toda España, a siete partidos diferentes (…), hemos conversado, nos han convencido y hemos convencido. Es el triunfo de la política”, ha sentenciado como quien relata la historia de una victoria sin paliativos.
Tan enfrascado estaba en su idea clave que en un momento se ha referido a que se estaba a punto de aprobar “los primeros presupuestos …”, en referencia al ministerio de Hacienda con su añadido de Función Pública en esta legislatura y en este Gobierno, cosa que es cierta. Pero de inmediato ha frenado en seco sus palabras y, dirigiéndose a diestra y siniestra, ha comenzado a reír de forma sarcástica para balbucear: “Bueno, los primeros, eh, no …, claro, hay más (…) “, en alusión implícita a que es la décima ocasión que se encontraba en esta tesitura, la de defender unos presupuestos como titular de la Hacienda Pública (cuatro con Aznar y seis con Rajoy).
El ministro ha vuelto a repetir el eje de sus argumentos expuestos tanto en la presentación del proyecto de PGE ante la cámara como en el debate de totalidad de principios de este mes. “España va a contar con unos presupuestos adecuados (…) que mantienen el gasto social, con responsabilidad frente a otras alternativas minoritarias”, ha sentenciado sabiéndose ya seguro de que tiene una mayoría suficiente de de respaldos.
El debate parlamentario se ha iniciado en un ambiente átono, sin la menor pulsión. Es evidente que este trámite, sin duda uno de los más tediosos que se puedan desarrollar en una sesión plenaria del Congreso de los Diputados, perdía fuelle sobre todo tras conocerse que el Gobierno se había procurado el apoyo del escaño 176, esto es la mayoría absoluta.
Tanto ha sido así que el hemiciclo ha registrado una asistencia que ha dejado huecos en más de dos tercios de su capacidad. Un factor no menor es que en esta primera sesión plenaria no estaba prevista ninguna votación, por lo que los pasillos del Palacio de la carrera de San Jerónimo estaban completamente vacíos de señorías; incluso el patio, lugar al que acuden regularmente los fumadores, apenas tenía visitantes.
Los diferentes portavoces de los grupos parlamentarios han sostenido sus posiciones ya conocidas. Los representantes de la bancada popular han justificado cada uno de los apartados sometidos frente a las enmiendas defendidas por los grupos de la oposición.
En ocasiones, Ciudadanos ha acudido al rescate del texto aunque solo fuera para presumir que con sus enmiendas ya aceptadas en fase de ponencia se cumplía el pacto de investidura de Rajoy. Poco menos que determinados aspectos eran una obra intelectual de la formación morada. Puntualmente, desde el turno de los populares les han recriminado esta actitud poco “solidaria”.
Desde la bancada socialista y la de Podemos se ha criticado sobremanera el intento de los populares y de Ciudadanos de vetar el debate de 4.000 enmiendas de los grupos de la oposición. Después de más de seis horas de debate el pleno ha “liquidado” los títulos I a VIII, más las secciones 15 y 36 correspondientes al ministerio de Hacienda, más las correspondientes a la deuda pública y las clases pasivas.
Un momento llamativo ha sido cuando, en el debate sobre el Título VI correspondiente a los ingresos tributarios, el portavoz de Unidos Podemos, Alberto Garzón, ha reclamado la desaparición de la casilla destinada a la asignación a la Iglesia católica en el formulario de la declaración de la renta. La portavoz del PP, Ana Madrazo, le ha tildado de “comunista” por defender esa pretensión que consta en una de las enmiendas.
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