Nada en el camino de Pedro Sánchez en Moncloa ha sido fácil. Lo que iba a ser un balón de oxígeno como la esperada, y sufrida, aprobación de la ley de amnistía, fue opacado por dos cuestiones que irrumpieron en la víspera de la cita en el Congreso. El adelanto electoral en Catalunya provocó la reacción casi inmediata del ala socialista del Gobierno: los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del 2023 se prorrogarán durante este año. 

Las conversaciones en los habituales corrillos de la Cámara Baja giraron mucho más sobre las consecuencias de estos movimientos que sobre el significado de la aprobación de la ley en sí misma. Moncloa y Ferraz se esforzaron en transmitir un doble mensaje. "Nos viene bien", reconocían sobre la convocatoria electoral del 12 de mayo adelantada por Pere Aragonès. "No es decisivo porque las cuentas públicas de 2024 son muy buenas", señalaron sobre la prórroga presupuestaria. 

Desde el equipo de Sánchez tienen todas las esperanzas puestas en la candidatura del PSC que lidera Salvador Illa. Confían en que las elecciones determinen un "cambio de ciclo político" en Catalunya, que se pueda "romper" la mayoría independentista y que en definitiva Illa sea president de la Generalitat. "Estamos preparados. Queremos estas elecciones. Nos pillan con muchas ganas y es el momento", afirman en Moncloa. 

El entorno más directo de Sánchez no quiere entrar en conjeturas sobre las estrategias postelectorales de ERC y Junts en relación a la gobernabilidad de Sánchez. "No tiene que afectar, la legislatura va a durar lo mismo, lo único que sucederá es que estarán todas las cartas sobre la mesa y se clarificarán las fuerzas", argumentan.

En Moncloa inciden en que tienen unos acuerdos de investidura "claros" y que de momento se van cumpliendo. Otras fuentes socialistas sí reconocen cierta incertidumbre por el comportamiento que puedan tener estos dos partidos aunque no existe una visión clara sobre qué podrá suceder.

Otro factor que beneficiará a Sánchez, según el PSOE, es la irrelevancia del PP tanto en las elecciones de Euskadi como en las de Catalunya. "El PP es un convidado de piedra en las que luchará por no quedarse en tantos por ciento de un dígito, y en las que el PSOE juega un papel central", apuntan desde Ferraz. 

Los PGE actuales "recogen las prioridades sociales"

Lo que sí está claro ya es que la no aprobación de las cuentas en Catalunya y el adelanto electoral ha puesto la legislatura en una especie de pausa. Si hace una semana, tras el pacto por la amnistía, en Moncloa decían que la siguiente pantalla eran los PGE, la realidad ha vuelto a trastocar los planes de Sánchez.

En el Gobierno tratan de minimizar el impacto que supone una prórroga. ¿Por qué? Porque los Presupuestos en vigor "son buenos" y ya "recogen las prioridades sociales" del Ejecutivo. Además resaltan el hecho de que los tres anteriores se han aprobado "en tiempo y forma" y que el esfuerzo se pondrá ahora en los PGE de 2025. 

Para ello, además, se aprovechará el trabajo previo ya realizado con otras fuerzas políticas. "Hay mucho avanzado ya", señalan fuentes del Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero. En el ministerio reconocen que negociar ahora, con el contexto electoral catalán, les generaría complicaciones por la "competencia eterna" entre Junts y ERC.

Habrá asuntos que se iban a incluir en los PGE que ahora ya no saldrán adelante tal y como estaban planteados. Pero en Hacienda confían en que puedan salvar algunas medidas mediante reales decretos o proposiciones de ley en las que esperan "no tener problemas" con las negociaciones. 

Por otra parte, el rechazo de los Comuns, integrados en Sumar, a las cuentas del Govern pactadas entre PSC y ERC, no ha sentado bien en las filas socialistas. En el partido ya deslizan que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no controla el espacio. Pasó ya con la salida de los diputados de Podemos hacia el Grupo Mixto. Fuentes del Gobierno señalan que la clave ha sido la relación tensa entre el espacio de Ada Colau allí y Sumar en Madrid. 

En el PSOE rechazan de manera categórica las acusaciones de Junts de que había una coordinación con ERC para provocar un adelanto electoral que dejara fuera de juego al partido de Carles Puigdemont. "Lo hemos intentado hasta el final", señalan. 

En 2019 tanto ERC como PDeCat votaron en contra de los PGE, lo que provocó el adelanto electoral de Sánchez. El escenario ahora es otro y la relación con el independentismo está en una fase muy diferente. En eso confían en el PSOE, más tras la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso. "Hay voluntad política de todas las partes y se ha demostrado", apuntan, de momento.