Este artículo se publicó hace 6 años.
Miguel Urbán: "La Unión Europea es una máquina de destrucción de derechos"
Se cumplen cuatro años del salto de Podemos al Parlamento Europeo. El eurodiputado ha valorado el trabajo realizado hasta ahora y da las claves para afrontar las elecciones de 2019.
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Se cumplen cuatro años del salto de Podemos al Parlamento Europeo (PE). Llegaron de la mano del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea con un discurso muy crítico hacia la institución. Pisaron fuerte con el objetivo de querer enfrentarse a la "crisis" que vivía la Unión Europea y hacer grandes cosas con políticas sociales "al servicio de la gente".
Público ha hablado con el eurodiputado Miguel Urbán, que llegó al PE para sustituir a Teresa Rodríguez. El también cofundador de Podemos ha dado su valoración personal del trabajo realizado hasta ahora y del que se deberá realizar para las elecciones europeas, autonómicas y municipales de 2019. Además, ha hablado de la consulta de Pablo Iglesias e Irene Montero que en los últimos días ha sido el foco de toda la información política.
Hace cuatro años que llegasteis al Parlamento Europeo con unas políticas muy críticas hacia la Unión Europea y denunciabáis que había una enorme crisis, ¿seguimos en el mismo punto?
Se ha demostrado lo que decíamos. Hay una profunda crisis en el proyecto de la UE. Todo lo que hemos visto en esta legislatura, estos cuatro años, ha sido brutal. No se había visto nunca. Primero vimos como se chantajeaba y doblegaba a un pueblo europeo, como era el caso de Grecia, obligándoles a aplicar la austeridad sobre cualquier otro término, incluso vulnerando la soberanía y la democracia del pueblo griego. Luego vimos una de la peores crisis humanitarias, según la ONU, desde la creación de la propia UE en los últimos 50 años, como fue la llamada crisis de refugiados. Que realmente fue una crisis de derechos dentro de la UE y que en cierta medida, esa crisis humanitaria se gestionó a través de políticas de xenofobia institucional de la Europa 'fortaleza'. Y, por último, vimos cómo por primera vez ten la historia de la UE un país miembro dejaba de formar parte de ella, como es el caso del Brexit.
Se constata que el diagnóstico con el que nos presentábamos a las elecciones europeas hace cuatro años, por desgracia, se está cumpliendo, y en cierta medida se está agudizando. Nosotros entendemos que hay una profunda crisis de la Unión Europea. Entendemos que la UE es una máquina de destrucción de derechos, y eso no significa que no nos sigamos reconociendo profundamente europeístas, pero de un proyecto europeo que debe ser diferente al de esta UE. Un proyecto europeo que debe estar al servicio de los pueblos, de la gente y de las mayorías sociales, no de los intereses del 1% como es la actual UE a favor de los mercados y los mercaderes.
Después de estos cuatro años, ¿se ha cambiado algo?
Por desgracia, lo que estamos viendo es que se están agudizando las tendencias que ya había. Estamos viendo que las cosas van a peor. Evidentemente, es terrible ver la emergencia de fuerzas de la extrema derecha. Hemos visto cómo ha emergido en el último año, casi como segunda fuerza, en países como Francia, Holanda, Alemania, Austria. Estamos normalizando a la extrema derecha en los gobierno europeos y algo peor, estamos normalizando a la extrema derecha en general. Y en cierta medida les hemos comprado la agenda. La gran coalición de socialdemócratas y democristianos -o populares- han comprado gran parte de la senda política de la ultraderecha. Incluso los nuevos partidos llamados de centro, como Macron, han comprado gran parte de los postulados en temas migratorios, mezclados con un neoliberalismo exacerbado que hacen que el escenario a futuro no sea muy halagüeño.
Las cosas van a peor. Es terrible ver la emergencia de fuerzas de la extrema derecha
Pero también es verdad que han surgido nuevos movimientos. Hemos visto la emergencia de movimientos sociales muy fuertes con coordinación europea, como podría ser el movimiento TTIP o Francia Insumisa. Hemos visto también la coordinación de ciudades refugio en toda Europa. Es decir, que a la par que hemos visto una agudización de la reacción y de los elementos más regresivos de la UE, también hemos visto que hay una ciudadanía que se niega a asumir que el proyecto europeo tenga que ser esta Unión Europea.
Sobre ese avance del neoliberalismo y de la extrema derecha en Europa, ¿crees que es realmente posible el cambio que propone Podemos? ¿Qué haría falta?
Si no creyese que fuera posible, nos iríamos a casa. Yo creo que sí es posible y justamente es en esto último que te decía: en la emergencia no sólo de nuevos partidos sino de nuevos movimientos, la coordinación de esos movimientos sociales. La Europa 'fortaleza' convirtió el Mediterráneo en una de las mayores fosas comunes del mundo, generando una especie de naufragio ético, político y moral del proyecto de la UE. Pero también ONGs autoorganizadas han salido a la mar donde no estaban los Estados para evitar justamente esas muertes. Estamos viendo un cierto resurgir de la lucha de esas autoorganizaciones que deben ser el germen de una Europa diferente. Yo creo que nosotros desde las organizaciones debemos tener también la osadía de poder enfrentarnos a esa UE, coordinando luchas y planteando la desobediencia a unos tratados que son injustos.
Hablabas antes de la crisis de refugiados, ¿cómo se vive esa crisis humanitaria desde Europa y desde el Parlamento Europeo?
Desde el PE se ha vivido con una impotencia terrible. Es verdad que en el PE han salido las voces más críticas, no solo desde la Izquierda Unitaria, el grupo que estamos nosotros, o desde Los Verdes, también desde otro grupos parlamentarios.
El PE se ha visto impotente para poder enfrentarse a esta crisis humanitaria de refugiados
Pero al final, el PE a pesar de ser la institución más democrática de la UE, elegida de forma directa por los ciudadanos, es un parlamento que no tiene las competencias que un parlamento clásico. Se ha visto impotente para poder enfrentar esta crisis humanitaria y enfrentar los repliegues identitarios y xenófobos de una buena parte de los países europeos. Se ve incapaz de aplicar unas medidas ambiciosas como planteaban en su día con las cuotas de refugiados. Cuotas que se aprobaron y no se han cumplido por la mayoría de países, incluido el Gobierno español, y el PE a pesar de que ha pedido sanciones no tiene capacidad para aplicarlas y ponerles en práctica.
Estamos viendo una especie de acepción muy gráfica de los déficits democráticos que tiene la UE. Déficits democráticos que, según el Eurobarómetro ayer mismo, es lo que piensan la mayoría de los europeos. Más del 50% de los europeos creen que hay déficit democrático en las instituciones europeas. Yo creo que es fundamental replantearnos todo. El ejemplo de los refugiados es muy importante porque el Parlamento representó, en cierta medida, un sentimiento popular ciudadano pero era incapaz de hacerlo valer en las instituciones europeas.
¿Cómo valorarías la trayectoria del trabajo realizado hasta ahora por Podemos? ¿Habéis tenido que enfrentaros a muchas barreras?
Barreras, todas las del mundo. Lo primero, el Parlamento que no es un parlamento. Consigues victorias pero luego te encuentras muros. He trabajado en la comisión de investigación de los Papeles de Panamá donde hemos sacado medidas para que se aplicaran y al final solo son recomendaciones, no son medidas de obligado cumplimiento. Yo creo que eso puede ser lo más frustrante.
"Nunca tantas luchas habían estado presentes y se les había dado voz en el Parlamento Europeo"
Creo que hemos conseguido victorias en lo institucional y victorias en lo social, con movilizaciones muy fuertes con el TTIP o con procesos de coordinación de ciudades refugio a nivel europeo, donde nosotros hemos contribuido o incluso hemos coordinado ciudades del cambio europeas contra el techo de gasto y el pacto de estabilidad, conocido en España con Ley Montoro.
Y creo que también hemos hecho muchas cosas mal. Éramos nuevos. La verdad es que es un monstruo burocrático donde nos costó ponernos al día con todo pero yo creo que lo hemos hecho razonablemente bien, a las pruebas nos podemos remitir. Y sobretodo que se ha notado que ha entrado una fuerza distinta en el PE y eso era importante. Nunca tantas luchas habían estado presentes y se les había dado voz en el PE. No solo se ha transmitido su mensaje, sino que se ha trabajado para que ellas mismas pudieran representarse, que no les representara nadie. Hemos hecho cosas y ha habido momentos muy interesantes y momentos también muy frustrantes.
En 2019 hay elecciones autonómicas, municipales y europeas. Estas últimas están pasando más desapercibidas. ¿Estáis trabajando en ellas? ¿A qué alianzas aspiráis?
Pues sí, parece que sólo tuviéramos elecciones municipales y autonómicas, pero no. Hay europeas también, que se le suele olvidar a todo el mundo. Eso demuestra también el poco debate europeo que hay en la sociedad española, a pesar de que lo que se decide en Europa determina mucho las políticas cotidianas que tenemos aquí. Como la imposibilidad de gastar el superávit de los ayuntamientos del cambio en mejoras sociales. Muchas de ellas tienen una correlación directa con las políticas aprobadas en la UE, que no es lo mismo que en PE.
Hay poco debate europeo en la sociedad española a pesar de que lo que se decide en Europa determina mucho las políticas que tenemos aquí
Lo primero, evidentemente, una de las tareas que debemos hacer y que nos va a llevar un esfuerzo muy grande, es que haya un debate profundo sobre cómo está la UE, qué queremos hacer y hacia dónde queremos ir. Esta es una de las tareas que nos queremos marcar antes incluso de empezar lo que sería una precampaña.
Luego, hemos visto que es fundamental intentar coordinar las diferentes fuerzas del cambio que existen y que están surgiendo en Europa. Es importante ver que vamos camino de una gran coalición, ya no sólo socialistas y populares, sino el nuevo grupo político de Macron, va a agudizar sus políticas neoliberales en la UE la siguiente legislatura. Y a la vez vemos la emergencia de fuerza de extrema derecha que pueden convertirse en uno de los principales grupos parlamentarios en el próximo 2019. Y en cierta medida debemos ponerle remedio la oposición efectiva y simbólica a la Gran Coalición. Nosotros tenemos que intentar federar a las diferentes fuerzas del cambio a nivel europeo para ser la opción a la Gran Coalición de Merkel y Macron pero también ser la barricada que impide el crecimiento de la extrema derecha, tanto en el PE, como en las calles y las plazas.
¿Tienes previsto repetir como candidato?
Eso no lo decido yo, ya veremos cómo se va dando. Lo más importante ahora no es hablar de nombres, además yo siempre lo he dicho: lo más importante es hablar de proyectos, es hablar de Europa, que veamos qué queremos hacer. Estamos coordinandonos con Francia Insumisa, con el Bloco de Esquerda -de Portugal-, con Alianza Rojiverde -de Dinamarca- y con el Partido de Izquierda sueca una campaña muy importante sobre evasión y elusión fiscal y queremos coordinar otras campañas. Lo importante ahora es el debate, los contenidos, el proyecto y el programa que queremos hacer y cómo podemos conseguir implicar no sólo a toda la gente de Podemos, también a gente de movimiento sociales.
Sobre las elecciones municipales y autonómicas, ¿consideras a Iñigo Errejón, a su grupo y su programa, una buena opción para la Comunidad de Madrid?
De momento no hay programa y ahí tenemos uno de los principales problemas. Nos hemos dedicado a debatir antes de nombres y de listas que de programas. No debemos cometer el mismo error en las europeas. Tenemos que ver qué tenemos para la Comunidad de Madrid y es fundamental activar un proceso de unidad popular. Igual que hablábamos de alianzas en Europa, en la Comunidad creo que hay muchas posibilidades de ganarlas, pero eso no lo podemos hacer solos.
Nos hemos dedicado a debatir antes de nombre y listas que de programas
Hay que fomentar un proceso como fue el de Ahora Madrid, que vaya más allá de la suma de siglas y partidos y con el que consigamos un proceso de desborde ciudadano. Sería deseable ir a lo que serían unas primarias con el conjunto de las fuerzas del cambio donde pueda haber gente que no esté organizada pero que crea que es necesario un cambio. Yo creo que eso sería lo ideal, y más allá del candidato, eso sería lo que nos dé todas las posibilidades para ganar en la Comunidad de Madrid.
Si Iglesias y Montero finalmente tuvieran que dejar sus cargos porque así lo decide la militancia en la consulta, ¿cómo afrontaría Podemos ese vacío de liderazgo?
Yo creo que eso no va a pasar. Esta consulta no era necesaria. Yo creo que ni la figura de Irene ni de Pablo estaban siendo cuestionadas por nadie. Lo único que consigue es que estemos hablando de este tema y no de otros, como por ejemplo, la sentencia de la Gürtel o de que han detenido a otro ministro de la época Aznar.
Debemos ver cómo podemos construir un partido donde sea más difícil para las élites que nos puedan atacar focalizando en una o dos personas
Al final lo más importante es que hagamos reflexión y autocrítica y veamos cómo podemos mejorar para ganar un país y, sobre todo, para transformar la sociedad. Hay que intentar caminar hacia un país donde las personalidades y las personas, donde me incluyo, pesemos menos y piensen más los colectivos y las decisiones colectivas. Eso es lo más importante y es lo que hemos defendido. Al menos lo que yo he defendido, tanto en el primer Vistalegre como en el segundo. Yo creo que atacando a Pablo e Irene lo que está haciendo el poder es atacar a Podemos y no se lo debemos dejar fácil.
Y, además, debemos denunciar la terrorífica y vergonzosa campaña contra la intimidad y las personas de Pablo e Irene. Debemos ver cómo podemos construir un partido donde sea más difícil para las élites que nos puedan atacar focalizando en una o dos personas.
¿Crees que Podemos está preparado para afrontar este momento político?
Yo no sé si estaremos o no preparados, pero tenemos que estarlo. El problema es que la gente si está preparada para este momento. El movimiento feminista está preparado, los pensionistas han demostrado que también. En 2017 hemos visto un resurgir de las huelgas sectoriales, un nuevo movimiento obrero, que ya no sólo reivindica que no le quiten derechos, sino conquistar los derechos a la ofensiva. Demuestra que estamos preparados. Ya sólo falta que un movimiento político como Podemos que esté a la altura de los retos que tenemos. Y vamos a trabajar para que lo estemos.
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