Este artículo se publicó hace 9 años.
La Marea Granate denuncia que el Gobierno “vulnera el derecho al voto” de los españoles emigrados
El grupo critica la “desinformación y mala práctica” de los consulados y pide a las autoridades que acuerden con el colectivo un protocolo para regular los procedimientos electorales en el extranjero
-Actualizado a
DONOSTI.- “Es el resultado de una ley entre chapucera y perversa, que cuenta con unos plazos y unas exigencias imposibles”. Con esas palabras resume una portavoz de la Marea Granate, la red transnacional formada por emigrantes españoles, la norma surgida del acuerdo parlamentario entre PP y PSOE, y que obliga desde 2011 a todos los españoles que residen al extranjero a “rogar” o solicitar su derecho a voto en el caso de que quieran participar en los distintos procesos electorales que tienen lugar en el conjunto del Estado. Las quejas de este colectivo vienen produciéndose desde entonces, pero en las últimas semanas han vuelto a resurgir con fuerza por la proximidad de las elecciones autonómicas, municipales y forales del 24 de mayo. Llegan incluso a denunciar una “vulneración sistemática” de su “ya maltrecho derecho a voto desde el extranjero”.
“Desde que comenzó el periodo de ruego para las elecciones nos están llegando decenas de denuncias acerca de las trabas que se sufren para conseguir finalizar el procedimiento de solicitud de voto”, sostiene Berta, una antropóloga que reside en Dinamarca y que forma parte de la Marea Granate, pero que rehúsa facilitar su apellido. Ella explica que “se repiten los casos de personas a las que no se les está permitiendo la reinscripción en el registro como no residentes aludiendo a que sólo puede hacerse una vez, que reciben información incorrecta sobre los plazos de solicitud del voto, o que padecen sistemas de cita previa que fijan como fecha para solicitar el voto un día posterior a la finalización del plazo”.
“Es el resultado de una ley entre chapucera y perversa, que cuenta con unos plazos y unas exigencias imposibles”
Lúa Delgado, madrileña que se dedica a la construcción y que lleva dos años viviendo en Lima (Perú) aporta un ejemplo que ella ha vivido en primera persona: “Un amigo fue a entregar su ruego del voto como residente temporal y le pedí que, por favor, preguntara los horarios y plazos para realizar ese mismo trámite, ya que los horarios del consulado en Lima son bastante ajustados. La persona le dijo que ese trámite sólo podía realizarse hasta el lunes día 13 de abril, y esa información es falsa porque se puede hacer hasta el 25”. En efecto, el plazo para solicitar el voto tanto para españoles que residen temporalmente en el extranjero (ERTA) como para los que lo hacen permanentemente (CERA) finaliza el día 25, según figura en la web del Ministerio de Exteriores.
Delgado decidió quejarse al consulado. “Y cuál fue mi sorpresa cuando descubro que en Lima, el teléfono que te facilita el consulado no es el del propio consulado: está subcontratado a un call center en el que las trabajadoras no tienen la posibilidad de traspasar tu llamada a un responsable. Simplemente se limitan a apuntar tu queja y a darte un correo por si quieres ponerla por escrito, y así lo hice”, advierte. Al día siguiente recibió una llamada del consulado y logró el compromiso de un responsable que le dijo que hablaría con sus empleados para que la información no volviera a darse de manera equivocada. “Yo no he podido ir a comprobar si esto es cierto, ya que el consulado tiene un horario tan reducido que hace imposible su compatibilización con el horario de trabajo”, lamenta.
Situaciones como la vivida por la madrileña residente en Perú son constantes y se repiten por todo el mundo según denuncia la Marea Granate. “Los horarios y la distancia, unidos a la reciente imposibilidad de realizar los trámites por correo hacen que muchos no puedan inscribirse en el consulado. Por ejemplo en Estados Unidos las distancias hacen que la gente, para poder registrarse, tenga que pagarse un billete de avión, hotel y pedir vacaciones, y eso es algo que no siempre es posible”, apuntan desde el colectivo. Este tipo de situaciones afectan especialmente a los españoles que residen en el extranjero de manera temporal y que no se han inscrito en el Censo de Electores Residentes Ausentes, porque desde este año los que forman parte de este registro sí pueden solicitar el voto a través de internet.
"En EEUU las distancias hacen que la gente, para poder registrarse, tenga que pagarse un billete de avión, hotel y pedir vacaciones"
Para el resto, los trámites se complican según denuncia este grupo de emigrados. Y esto lo atribuyen, entre otras razones, a la situación de los consulados. “Falta personal y faltan directrices claras. Eso se ve, por ejemplo, en que cada consulado dice una cosa, y en algunas ocasiones se dicen barbaridades enormes”, asegura Berta desde Dinamarca. “¡Tenemos quejas de un consulado en que se daban instrucciones para que la gente metiera la fotocopia de su pasaporte en el mismo sobre del voto!”, cita, como ejemplo. Desde la Marea Granate advierten de que algunas de esas desinformaciones son “graves por su intencionalidad”. “Hemos recibido quejas de gente a la que se le ha impedido el registro como residente temporal en el consulado de Londres y han sido obligados a registrarse como permanentes”, apuntan.
Las papeletas no llegan
Otra de las quejas del colectivo tiene que ver con las papel. “Nuestros datos nos indican que aproximadamente la mitad de las papeletas solicitadas no llegan a manos de sus dueños legítimos. No hay, además, ningún mecanismo de control sobre si las papeletas salen o no de la junta electoral correspondiente hacia los electores, ni tiene ninguna consecuencia ni nadie tiene que rendir cuentas por ello”, denuncian. La representante de la Marea Granate añade como ejemplo que en México llegaron 8 votos a las urnas en las elecciones andaluzas, y que en Venezuela las urnas se quedaron vacías. “En la mayor parte de casos las papeleteas no es que lleguen tarde, es que no llegan nunca. Y cuando la gente presenta una reclamación la respuesta suele ser que es culpa de correos, lo cual es un poco difícil de creer”, agrega.
"Hemos recibido quejas de gente a la que se le ha impedido el registro como residente temporal en el consulado de Londres"
Por todo ello, desde la Marea Granate trabajan con una serie de reivindicaciones con las que creen que podrían acabar con esa “restricción del derecho al sufragio” que aseguran padecer por esas “trabas” del Estado. Principalmente exigen la elaboración de un protocolo de voto en el exterior “lo suficientemente reflexionado y consensuado con todo el colectivo emigrante”, que les permita ejercer el sufragio “simplificando el proceso y dando un mayor margen de tiempo para la recepción de papeletas”. Piden, también, que se faciliten las inscripciones consulares avalando la posibilidad de que se realicen a distancia “tanto para los residentes permanentes como para los temporales”, y abriendo todos los consulados un sábado por la mañana al mes, como mínimo. Reclaman, asimismo, “la difusión de los cierres de censo con antelación suficiente”, y la “difusión en medios de prensa españoles”. Quieren que se ponga en marcha un programa de formación para los administrativos de los consulados, que se incrementen los recursos presupuestarios de estas sedes diplomáticas, y exigen transparencia en todos los procesos.
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