BARCELONA
La quinceava legislatura del Parlament de Catalunya tiene previsto arrancar este lunes con una sesión constitutiva que no se prevé ni corta ni fácil. La incógnita de quién ocupará la presidencia de la cámara catalana, cuál será la composición de la Mesa o el embrollo que puede generar la prohibición de los votos de los diputados de Junts, Carles Puigdemont y Lluís Puig –después de la resolución del Tribunal Constitucional que anula la posibilidad de que voten telemáticamente desde Bruselas– marcará sin duda una jornada de alto voltaje. Y todo ello justo después de las elecciones europeas de este domingo y con la investidura, en principio del socialista Salvador Illa, en el aire.
La gran cita de la política catalana, y por extensión de la española, es el próximo lunes a las cuatro de la tarde, en el hemiciclo del Parlament de Catalunya. Los 135 escaños no estarán completos, dado que dos diputados de Junts, el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el exconseller Lluís Puig; y Ruben Wagensberg de Esquerra, residen en Bruselas y Ginebra, respectivamente, para eludir órdenes de detención de jueces españoles.
El Constitucional anula el voto de los exiliados
Y aquí aparecerá el primer gran problema, dado que el Tribunal Constitucional hizo pública el miércoles pasado una sentencia que prohíbe a Lluís Puig utilizar el voto telemático. El mismo tribunal ya había prohibido el voto delegado. Una decisión que por extensión afecta también al voto de Puigdemont. En cambio, el diputado de ERC, Ruben Wagensberg, de momento no se vería afectado al disponer de una baja médica que lo habilita para delegar el voto.
Los magistrados del TC dictaron por unanimidad que en el voto telemático de Puig de la anterior legislatura se utilizó una interpretación "que no permite exceptuar el principio de la presencialidad en el ejercicio del voto de los representantes políticos". Y es que, según el TC, "no puede tenerse como circunstancia constitucionalmente válida" la ausencia de quien "voluntariamente ha decidido eludir la acción de la jurisdicción penal española y sobre el cual pesa una orden judicial de búsqueda y captura".
Para más lío, el dictamen del TC es el resultado del recurso del PSC que interpuso hace un año. Y los partidos independentistas ya lo han calificado de toda una declaración de guerra que puede impactar en la aspiración de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat, dado que requeriría la participación de Esquerra en la investidura. Tanto ERC como Junts consideran el dictamen una "injerencia del TC". Para ERC, "esa extrema derecha que se aprovecha de las injusticias (...) también se expresa a través del Tribunal Constitucional que quiere prohibir el voto de nuestros exiliados", según el presidente del partido, Oriol Junqueras. Y la cabeza de lista de los republicanos a las elecciones europeas, Diana Riba, lo deja claro a Público: "Que la Mesa del Parlament tenga en cuenta los tres votos de los diputados escogidos democráticamente y que están en el exilio para nosotros es imprescindible".
Por su parte, Junts es todavía más contundente y aprovecha para presionar a Esquerra hacia el bloqueo de la investidura de Illa: "Los partidos españoles siempre tienen el comodín del TC y el Supremo para contrarrestar el resultado de las urnas", asegura el secretario general, Jordi Turull. Mientras el candidato a las elecciones europeas, Toni Comín, remata: "Un partido independentista no puede investir como president de la Generalitat al candidato del partido que ha presentado el recurso para prohibir el voto de nuestros diputados en el exilio", en referencia a Illa y un posible acuerdo con ERC.
Los grupos independentistas ya han manifestado que exigirán que se contabilicen los votos de los 135 diputados
Este tema no va a ser menor, va a condicionar sin duda la constitución del Parlament y augura un inicio de la sesión explosivo. Y es que los grupos independentistas ya han manifestado que exigirán que se contabilicen los votos de los 135 diputados en la elección de la Mesa del Parlament. Y quién tendrá que decidir al respecto serán los tres miembros de la Mesa de edad que se formalizará previamente. Y que, por simple azar, presidirá el diputado de Junts Agustí Colomines, como el miembro de más edad de la cámara, de 66 años. Completan la tríada la diputada de ERC Mar Besses, y la de Vox Júlia Calvet, como las más jóvenes del hemiciclo con 25 y 23 años, respectivamente.
Una composición de extremo a extremo del espectro ideológico, y con un presidente de la Mesa de edad, Colomines, que forma parte del sector más radical de Junts garantizan una movida sesión. Esquerra ya ha comunicado que opta por contar todos los votos y la propia Besses lo ha dejado muy claro: "Sólo el pueblo de Catalunya tiene la potestad de definir las mayorías del Parlament". Algunos diputados veteranos recuerdan los "largos y crispados debates del 6 y 7 de septiembre" de 2017 para aprobar las leyes sobre el referéndum, que creen que se pueden repetir este lunes.
Si los dos miembros de la Mesa de edad de Junts y ERC fuerzan la contabilización de los votos de Puigdemont y Puig, como está previsto, no hay duda que comportará una fuerte protesta de los grupos españolistas del PP y Vox. Y habrá que ver la reacción del PSC, que, después de ser el activador del TC, ahora se juega la relación con los independentistas. Con ERC de cara a la investidura en Catalunya, pero con Junts en la estabilidad del Gobierno del PSOE y Sumar. Y sin duda, en función del resultado de las votaciones no se descarta una impugnación que anule la constitución del Parlament y las consecuentes querellas contra Colomines y Besses por desobediencia al TC al admitir los votos prohibidos. También hay diputados que advierten de que puede llegar a darse un aplazamiento de la sesión del lunes si la tensión llega a límites insospechados.
Mesa antirepresiva o constitucionalista
Y es que, si se llega a arrancar la sesión constitutiva del Parlament, los votos de Puigdemont y Puig pueden ser decisivos en las votaciones para la Mesa, que ERC, Junts y la CUP intentan que tenga mayoría soberanista. Es lo que llaman una "Mesa antirepresiva", para lo cual necesitan el concurso de los Comuns, como mínimo la abstención, ya que los independentistas sumarían 59 votos frente a los 57 del PSC y el PP. Pero, además, la decisión del TC complica la mayoría independentista en la composición de la Mesa. Sin Puigdemont y Puig, el bloque independentista (Junts, ERC y CUP) suma 57 escaños, los mismos de la suma de PSC y PP. Y en caso de empate, la presidencia del Parlament recaería en el grupo con más diputados, que son los socialistas.
Los Comuns se muestran partidarios de un acuerdo de izquierdas entre ellos, el PSC y ERC
Los Comuns se muestran partidarios de un acuerdo de izquierdas entre ellos, el PSC y ERC, escenario que Esquerra ya ha descartado. ERC podría optar a la presidencia del Parlament si se forja el acuerdo soberanista con Junts y estos prestan sus votos junto a los de la CUP. Entre los nombres que suenan son tres miembros del actual Govern en funciones: el conseller Joan Ignasi Elena, la consellera Ester Capella o incluso la vicepresidenta Laura Vilagrà. Si Junts finalmente presentara candidatura, cosa que frustraría las aspiraciones de ERC, la candidata sería la actual presidenta del Parlament, Anna Erra. En el caso del PSC hay más secretismo, pero un nombre que suena con fuerza es el del diputado de Units per Avançar –partido socio del PSC con miembros de la extinta Unió Democràtica– Ramon Espadaler.
Los Comuns no se cierran a una configuración "antirepresiva" de la Mesa como segunda opción pero no concretan la posición. Por su parte, el PP no se cierra a participar en la operación para garantizar una Mesa constitucionalista. Según su jefe de filas, Alejandro Fernández, "cualquier movimiento, venga de donde venga, que intente romper la proporcionalidad será un movimiento profundamente antidemocrático. Es no saber perder o no saber ganar". La proporcionalidad que exige el PP comportaría tres miembros de la mesa y la presidencia para el PSC, dos para Junts, uno para ERC y otro para el PP. También falta por ver la posición de Vox y de los dos diputados de Aliança Catalana en las votaciones de este lunes para la Mesa. En principio, se prevé la abstención, ya que han quedado excluidos de las negociaciones por el cordón democrático a la extrema derecha. Pero nada impide que puedan prestar sus votos sin contraprestaciones provocando alguna sorpresa.
Pero en definitiva, el veto socialista a los votos de los exiliados, y la configuración de una Mesa como la que reclama el PP, puede dejar al PSC en una situación muy difícil para formar Govern. Ya que podría dificultar el apoyo de ERC a la investidura de Illa, que entonces debería conseguir la participación del PP y Vox. Votos que, de conseguirlos, haría saltar por los aires los apoyos independentistas a Pedro Sánchez en Madrid, tal como ya han advertido tanto Junts como ERC.
La composición de la Mesa del Parlament no es un tema menor. Es un órgano formado por siete diputados que deciden desde el orden del día de los plenos a las cuestiones procedimentales. Y que, de entrada, decidirá sobre quién puede o no puede presentarse para una sesión de investidura. Y aquí cabe recordar que además de Salvador Illa también se ha postulado Carles Puigdemont. Los siete miembros de la Mesa se deben escoger en la sesión de este lunes, con una aritmética sumamente complicada y un sistema nominal que complica todavía más las votaciones, como ya explicó Público.
Las negociaciones para la investidura
Respecto a las negociaciones para la investidura del 133 president de la Generalitat, el secretismo más absoluto marca las negociaciones. Todos los partidos admiten contactos entre ellos pero sin admitir que haya ningún avance para la investidura. La legislación marca que el primer pleno de investidura se deberá hacer a partir de este lunes y con el 25 de junio como último día hábil. Una primera investidura que habrá que esperar a ver si la protagoniza Salvador Illa o Carles Puigdemont, dependiendo de cómo quede formada la Mesa este lunes. Una Mesa de mayoría soberanista podría abrir la puerta a una investidura de Puigdemont, una Mesa controlada por el PSC cerraría esta opción y dejaría a Illa vía libre.
La primera investidura se prevé fallida la protagonice quien la protagonice
De cualquier modo, esta es una primera investidura que se prevé fallida la protagonice quien la protagonice, y supondrá la activación del calendario hacia la repetición electoral dos meses después de su celebración, con el 25 de agosto como tope. Es después de este 25 de junio, una vez activado el cronómetro, que las negociaciones empezarán a intensificarse durante el verano. Y en las que ERC continúa siendo la pieza clave para la investidura de Salvador Illa. Unos republicanos que, aunque todavía tocados por la debacle electoral, van recuperando fuerzas aprovechando su posición central en el Parlament. Y fuentes de la dirección republicana aseguran que las negociaciones se centran ahora en la constitución de la Mesa del Parlament, "sobre la investidura ya veremos después, pero tenemos propuestas muy claras que habrá que atender".
De momento, Junts presiona para forzar el rechazo de ERC y provocar el bloqueo que nos lleve a una repetición electoral, tal como ya avanzó Público. En Esquerra, poco a poco se desvanece el temor a la repetición electoral y cuaja la idea de que la investidura de Illa no puede ser a cualquier precio. Y se ha transmitido al PSC que cuide las formas, por ejemplo respecto a los derechos políticos de los exiliados, que se empiece a plantear que Illa deberá visitar a la secretaria general de los republicanos en Ginebra, y que deberá aceptar la financiación "singular" para Catalunya, una especie de pacto fiscal a la vasca. De momento, el PSC ya ha empezado a hablar de un "sistema de financiación catalán".
Fuentes de la dirección de Esquerra lo dejan claro: "Nuestras bases decidirán sobre la investidura, la percepción que les llegue del PSC respecto al independentismo y el respeto al derecho a decidir de los catalanes, y de hasta dónde están dispuestos a llegar en la negociación, influirá en nuestra militancia. Los socialistas deben cambiar muchas cosas de su discurso y planteamientos en poco tiempo si aspiran a investir a Illa".
ERC ha marcado dos condiciones para investir a Illa: una propuesta de financiación singular y una hoja de ruta "clara" para el referéndum
Con todo, ERC se abre a negociar la investidura de Illa si el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, "mueve ficha" sobre la "financiación justa y singular" para Catalunya. ERC ha marcado dos grandes condiciones para estudiar la investidura de Illa: una propuesta de financiación singular y una hoja de ruta "clara" para el referéndum. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, asegura que "sólo" moverán "la posición" si es "para favorecer a la gente". "Si Illa quiere nuestros votos (...), que sepa que pondremos a las personas en el centro", remarca, y para conseguir "mejores hospitales y escuelas" para los catalanes, es necesario que Catalunya pueda "recaudar impuestos".
Un nuevo reparto, los grupos independentistas se separan
En cuanto a los 132 diputados y diputadas que está previsto que asistan a la sesión, cambiarán esta vez la disposición del hemiciclo. Hasta ahora ERC, Junts y la CUP ocupaban la parte izquierda. Mientras el PSC se situaba a la derecha junto a PP y Vox. Una distribución que dividía a independentistas y constitucionalistas. Esta vez los diputados de Junts se situaran en las primeras filas de la derecha y tendrán detrás suyo a PP y Vox, pero ERC se quedará en la izquierda retrocediendo por detrás del PSC, que se moverá a las primeras filas de este lado del hemiciclo.
La distribución ha sido decidida como procede por la actual Diputación Permanente del Parlament, una suerte de reproducción reducida de la cámara que queda de guardia ante los procesos electorales. Aunque posteriormente se podría variar la disposición de los grupos, no se prevé que haya modificaciones. Todos los grupos consultados admiten que es "pura distribución práctica para el encaje de todos los grupos". "Tiene más que ver con la visibilidad de los grupos que han obtenido mayores resultados, PSC y Junts, y las cuestiones de imagen, fotográfica y televisiva, que con derivadas políticas", asegura un miembro de la Diputación Permanente.
Pero en la política catalana todo cuenta, y el simbolismo lo es todo. Con lo que el hecho de que por primera vez en más de una década, la distribución sea entre fuerzas de izquierdas y derechas, y no entre independentistas y constitucionalista, ha generado más de una análisis político. Más cuando las tres fuerzas de izquierdas, PSC, ERC y Comuns, que Salvador Illa necesita poner de acuerdo para conseguir la investidura presidencial, estarán en la misma banda del hemiciclo. Veremos si es pura cosmética parlamentaria o al final se acaba transformando en un bloque estable.
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