La euforia y la satisfacción se ha hecho visibles en la sede nacional de Esquerra Republicana en la calle Calàbria de Barcelona después de que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, haya firmado el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez, entre los republicanos y el PSOE con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, tal como avanzó Público. Junqueras ha comparecido después de la ratificación del acuerdo por parte de la Ejecutiva Nacional de Esquerra para comentar los detalles de la negociación.

“Hoy quien gana es Catalunya”, con esta contundente frase ha comenzado la valoración de Oriol Junqueras sobre el acuerdo con el PSOE por la investidura de Pedro Sánchez. Junqueras ha querido destacar en primer lugar del acuerdo “una amnistía sin excepciones ni exclusiones para todos aquellos que participaron en el 9-N o el 1-O o en movilizaciones como Tsunami Democrátic o los CDR”.

El dirigente republicano también se ha mostrado satisfecho con los avances que a su juicio supone el acuerdo “en el ámbito de la negociación política con la continuidad de la mesa de diálogo y negociación para poner el futuro político del país en manos de la ciudadanía”. El acuerdo establece que la mesa de diálogo continuará su labor como la pasada legislatura para debatir fórmulas que permitan hacer una consulta a la ciudadanía catalana sobre el futuro político de Catalunya. Esta mesa seguirá estando conformada entre el Gobierno de la Generalitat y el Gobierno español, pero el acuerdo también incluye la formación de una nueva mesa de debate entre partidos para debatir sobre esta cuestión.

Y finalmente Junqueras asegura que Catalunya también gana al bienestar con el traspaso integral de Cercanías y las mejoras en la financiación con el compromiso por parte del Gobierno español de asumir 15.000 millones de euros de la deuda de la Generalitat con el Fondo de Liquidación Autonómica. Junqueras ha achacado la deuda de Catalunya al déficit fiscal que sufre Catalunya respecto al Estado y ha fijado en 1.300 millones de euros el ahorro en intereses. "Estos 15.000 millones implican recursos para la gente", ha sentenciado Junqueras. El presidente de ERC también ha destacado otros elementos del acuerdo como "servicios singulares para Catalunya" en ámbitos como los de los Mossos, la justicia o la investigación entre otros aspectos.

Por otra parte, Junqueras ha dejado claro que el acuerdo es de investidura y no de legislatura. Aunque ha puesto en la necesidad que el PSOE y el Gobierno español cumplan los compromisos establecidos y que ello contribuirá a que ERC ponga todo de sum parte para mantener la estabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez. “Les interesa a ellos cumplir” apostilla Junqueras.

El acuerdo también incluye la figura de un mediador, que según Junqueras, “siempre es buena toda ayuda para avanzar en una negociación y la resolución del conflicto y más si es una persona de reconocido prestigio”. "Se creará un espacio de negociación entre ambos partidos que cuente con un mecanismo que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos a los que se llegue", ha asegurado Junqueras.

Aragonès: "Hemos conquistado un nuevo imposible

Por su parte, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, también ha celebrado el acuerdo especialment por la ley de amnistía, pero avisó de que ésta "no es el punto final". "Hemos conquistado un nuevo imposible, hoy las personas perseguidas por su compromiso con el país son más libres", asegura. Sin embargo, el president ha alertado de que, alcanzada la amnistía, "es hora de avanzar hacia la autodeterminación". En este sentido, reivindica el acuerdo por el traspaso de Rodalies y la condonación de parte del FLA, pero insiste en que esto "no cierra el conflicto". Según defendió, ahora se abre una "segunda fase de negociación" para llegar "al fondo del conflicto".

Negociaciones largas y tensas con recta final frenética

Las negociaciones prácticamente empezaron de inmediato por parte de diversos equipos técnicos de los dos partidos después de las elecciones del 23 de julio. Pero los republicanos dan el pistoletazo de salida para entrar en la parte nuclear de la negociación a partir de la llamada que realizó el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al presidente de Esquerra, Oriol Junqueras. A pesar de la relación establecida por los socialistas con los republicanos la legislatura pasada, mucho mejor que la que mantenían con Junts, las cosas no han sido fáciles y se han vivido momentos de alta tensión.

Los republicanos han dado una vuelta de 180 grados a las negociaciones en una semana, después de que el jueves pasado los dirigentes de Esquerra salieran en tromba a manifestar su enfado y advertir al PSOE que las negociaciones podían descarrilar. Se lo manifestó así en persona el president de la Generalitat, Pere Aragonès, al ministro de la presidencia, Félix Bolaños. El clima entre los dos partidos se suavizó el fin de semana pasado, las negociaciones se intensificaron el lunes y el martes llegó el primer gran acuerdo en la carpeta esencial de la amnistía con la inclusión en la ley de los imputados por las protestas de Tsunami Democràtic y de los CDR, que puede conllevar acusaciones de presunto terrorismo.

Si Junqueras abrió la negociación, el president de la Generalitat ha sido clave en la fase final de la negociación. Con una conversación telefónica el martes entre Aragonès y Pedro Sánchez que desencalló la amnistía e intensas reuniones con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en Barcelona durante el pasado miércoles. Negociaciones entre Aragonès y Bolaños que este jueves por la mañana se convirtieron en frenéticas para conseguir el acuerdo en las otras dos carpetas y que tienen como elemento más visible el traspaso integral del servicio ferroviario de Rodalies. Y finalmente Junqueras ha cerrado el círculo con el acuerdo firmado este martes con el ministro Bolaños. Esquerra cierra así el acuerdo con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez con la sensación de haber hecho el pleno en sus objetivos negociadores y con una proyección destacada, elemento siempre relevante en la pugna con Junts por la hegemonía del independentismo.