La tele gallega retira la sanción con la que amenazó a la periodista que denunció a su cúpula por acoso
La compañía admite “un defecto de forma” en el procedimiento contra la trabajadora que instó la querella por la que nueve directivos han sido imputados por un delito contra los derechos laborales.

A Coruña--Actualizado a
La dirección de la Corporación de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG), que dirige Alfonso Sánchez Izquierdo, ha acordado retirar la sanción que impuso en febrero de 2023 a la periodista que se querelló por acoso contra el director general y su cúpula, a la que un juzgado de lo Penal de Santiago ha procesado por un delito contra los derechos de las trabajadoras por someterla a una campaña de persecución moral y profesional por la que padece graves daños psicológicos.
La sanción, que el comité de empresa considera una represalia por la querella, expresa una amonestación escrita en su historial por ausentarse de su puesto de trabajo previa comunicación a la dirección para acompañar a su padre, anciano de 92 años, desde el hospital a la residencia de mayores. Sucedió a las pocas semanas de reincorporarse de una baja motivada precisamente por situaciones similares que ella relacionaba con el mobbing que decía padecer, y cuyos detalles pueden leerse en esta información de Público.
La sanción no fue comunicada previamente al comité, como establece el convenio colectivo de la CRTVG, cuyo director de recursos humanos, Víctor Tubío, uno de los imputados, la firmó sin tomarle testimonio ni preguntarle su versión. En el encuentro posterior con el comité para informar de los hechos, reconoció que ni siquiera conocía a la trabajadora ni al 99% de la plantilla, tal y como se recoge en la grabación de la reunión a la que ha tenido acceso Público.
La dirección de la compañía asegura que ofreció dejar sin efecto la amonestación "tras detectar un posible defecto de forma en el procedimiento de comunicación" de su decisión. La trabajadora, que la había recurrido ante la Justicia, aceptó la oferta, según el acta de conciliación firmada este viernes en el juzgado de lo Social número 4 y a la que también ha tenido acceso este diario.
Sigue el proceso penal
El acuerdo cancela la vista oral que iba a celebrarse este martes, pero no el procedimiento penal contra los directivos, cuya instrucción sigue adelante en el juzgado de Instrucción número 1 de Santiago. Su jueza, que ha ofrecido a la periodista la protección de la Oficina de la Víctima, ya ha tomado testimonio a los nueve directivos imputados e interrogará el próximo jueves a otros dos trabajadores conocedores de los hechos.
Con respecto al primer procedimiento, la CRTVG ha transmitido a Público que el acta de conciliación "expresa de forma literal que se deja [la sanción] sin efecto por motivos de forma 'sin entrar en el fondo del asunto'", es decir en el acoso y las represalias que la periodista ha denunciado.
La mujer, con más de tres decenios de antigüedad, fue trasladada en 2018 desde el departamento comercial a la redacción de la Radio Galega. Denunció a la empresa en dos ocasiones en los juzgado de lo Social, que fallaron en su contra en 2020 y 2021. A raíz de esas desestimaciones, habría empezado a sufrir las represalias que relata en la querella que presentó en mayo de 2023 y que motivó la imputación de Sánchez Izquierdo y sus directivos.
En julio de 2019, los problemas que describía habían motivado una primera baja laboral por incapacidad temporal de la que no recibió el alta hasta diciembre de 2020, y una segunda entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022. Tres informes de otros tantos médicos –un psiquitra privado, otro del Servizo Galego de Saúde y la responsable de los servicios sanitarios de la CRTVG– advirtueron que sus síntomas eran compatibles con la situación de acoso que describía.
Conciliación
Al poco de regresar de la última baja, en enero de 2023, la dirección rechazó su petición de disponer de un día de asuntos propios para recoger a su padre dependiente en el hospital y acompañarlo a la residencia. Al no disponer de otras posibilidades de conciliación, informó por escrito de que entonces libraría seis horas con cargo al permiso de acompañamiento a citas médicas de familiares, que no precisa de más trámites que la mera comunicación a la empresa.
La trabajadora alega como uno de los instrumentos del mobbing que padecía que sus jefes casi nunca la convocaban a las reuniones de la redacción ni le daban carga de trabajo. La víspera del día del ingreso de su padre, sin embargo, su responsable directo en la radio le dijo que justamente la siguiente jornada contaban con ella para dar la información del tiempo y el tráfico en el streaming del programa matinal.
La periodista, preocupada por la fragilidad de su situación emocional para aparecer en una emisión en directo, lo rechazó porque además no cobraba el plus que sí disfrutan los compañeros que han aceptado voluntariamente aparecer en pantalla. Su jefe calificó su actitud de "otra frikada más", lo que tanto ella como varios de sus compañeros y el comité de empresa interpretaron como un ataque personal por la querella que había interpuesto contra Sánchez Izquierdo.
El día que trasladaban a su padre, se presentó en su puesto de trabajo a las 7.30 de la mañana, y, tal y como había comunicado a la dirección, que no le encomendó tarea alguna, se ausentó una hora después para acudir al hospital, acompañar a su padre en ambulancia a la residencia, cumplir los trámites administrativos que su ingreso requería e informar a los responsables del centro de las necesidades médicas de su progenitor.
Sanción por abandono del puesto de trabajo
Cuatro días después la empresa le comunicó que la sancionaba con una amonestación escrita por "infracción disciplinaria por abandono de puesto de trabajo sin causa justificada", mediante un escrito en el que el director de recursos humanos, Víctor Tubío, la instaba a "mantener en lo sucesivo una actitud que contribuya de manera positiva al desarrollo positivo de un entorno de trabajo adecuado".
Días después, Tubío se reunió con el comité de empresa para informarle de la sanción un vez interpuesta, y mantuvo un debate en tono por momentos elevado con varios de sus miembros. Entre ellos estaban el entonces presidente del comité intercentros, Santiago Alvite, delegado de la Confederación Intersindical Galega (CIG), y Raquel Lema, de la Central Unitaria de Traballadoras (CUT), hoy en ese puesto.
Público ha transcrito varios momentos de la grabación de la reunión, que duró alrededor de media hora, y que se exponen a continuación:
"Insultar a una persona es violencia psicológica"
Santiago Alvite (CIG).– Insultar a una persona es una violencia psicológica, es violencia psicológica.
Víctor Tubío (CRTVG).– ¿Decir que es una frikada es violencia psicológica?
S. A.– Es algo muy grave que sufre, ponte serio con los jefes. Hay un problema ahí, un jefe no puede decir cualquier cosa. Yo también puedo levantar la voz, sé levantar la voz, entonces no digas que eso es un tema delictivo, no sé lo que es…. No sé.
V. T.– No lo voy a asegurar. Es que yo no lo voy a asegurar, a mí desde luego en esto no me queda claro.
S. A.–Sabemos que es grave, que es que un coordinador le diga a una trabajadora "otra fricada". "¿"Otra fricada" qué quiere decir? ¿Que hubieron más fricadas anteriores? ¿Cuáles son las fricadas anteriores?
V. T.–: No lo voy a asegurar. Es que yo no lo voy a asegurar, a mí desde luego en esto no me queda claro.
Raquel Lema.– La denuncia de acoso.
V. T.– Estáis dando por sentado que ocurrió así.
"Tienes los hechos un poco mal contrastados"
S. A.– La trabajadora entró a su puesto de trabajo. A las ocho y media mandó una comunicación diciendo que tiene un deber inexcusable.
V. T.– Esa comunicación no existe. A mí no me llegó.
S. A.– Sí existe esta comunicación de la trabajadora, ¿cómo que no la tienes? Denegada a las dos y media de la tarde. A las dos y media de la tarde. Cuando ella fue a recoger su padre a Lugo.
V. T.– Yo creo que tienes los hechos un poco mal contrastados. Es que no es tal cual.
"No conozco al 99% de la plantilla"
R. L.– Se le instó a que en el sucesivo mantenga una actitud laboral que contribuya de manera positiva al desarrollo de un entorno de trabajo idóneo. Pero, por favor, ¿esto qué tono es? ¿Esto qué tipo de amonestación es? ¿En qué os estáis convirtiendo que nos tratáis como a niñas? A una señora como [el nombre de la trabajadora] con la trayectoria que tiene… Da igual que podía ser un chacarita de la categoría que fuera, esto no es de recibo.
V. T.– No conozco ni a [la trabajadora] ni al 99% [de la plantilla].
"¿Haces una amonestación y se va de rositas?"
V. T.– Hombre… Vamos a ver, puedes pensar lo que quieras pero esa nota [de la de la amonestación] la hice yo, a lo mejor no muy acertadamente pero en el fondo sí acertadamente, quiero decir que los hechos son ciertos, la calificación entiendo que es correcta y la pena es bastante laxa para lo que podría ser.
R. L.– Tenía que ir el padre en una ambulancia solo, ¿no? Solo desde un hospital donde le dan el alta. ¡Que todos tenemos padres y algunos los tenéis vivos, que no es mi caso! Pero cuando le dan el alta hospitalaria a tu padre para meterlo en una residencia, ¿eso qué tipo de...?
V. T.– Eso es una cuestión... Ahora vamos a entrar en una cuestión que ya me gusta más, de ámbito interpretativo de la norma.
S. A.– Que además le vais a quitar un día de asuntos propios, que es lo que teníais que haber hecho [dárselo] sin más polémica, sin más polémica.
V. T.– Es que si no [ríe]… Es que sino [ríe]… ¿Haces una amonestación y se va de rositas?
"¿Desproporcionado? ¿Estás de coña?"
V. T.– ¿Desproporcionado? [ríe] Estás de coña, ¿no? ¡Que me digas que es desproporcionada la sanción mínima!
S. A.– La sanción mínima puede contribuir psicológicamente a la agresión a una persona porque por muy mínima que sea, psicológicamente, por muy mínima que sea va a atentar contra la salud psicológica de la trabajadora, es así, esto también. Sabéis lo que le estáis haciendo.
V. T.– Mira, no conozco la esa persona de nada, ni físicamente, me pones en una rueda de reconocimiento y no la conozco de nada.
"No estamos hablando de sensibilidad"
V. T.– Mira, yo de sensibilidad... Por favor… No estamos hablando de sensibilidad.
R. L.– ¿Tú también entras a decir que es una fricada ser sensible?
V. T.– No sé, hombre, no sé. Yo estoy acostumbrado a trabajar en multitud de sitios y desde luego nunca me ofendería, bueno, en todo caso...
R. L.- No se puede consentir eso.
S. A.- Que te digan "una fricada", "otra fricada"?
V. T.– No, yo lo siento mucho, pero ni me ofendería, y de momento… Como mucho le contestaría “Oye tú!” [ríe].
S. A.– Además que es una persona con los antecedentes que tiene antecedentes de salud… que tiene, de salud…
V. T.– Yo desconozco los antecedentes de salud que tiene.
R. L.– No los puedes desconocer, no los puedes desconocer, no puede ser…
V. T.– Pues los desconozco totalmente.
R. L.–No los puedes desconocer.
V. T.– Pues desconozco. Lo siento mucho, pero desconozco. Sé que estuvo de baja pero no el motivo, no sé por qué. Por favor, ¿eh? No lo sé, ¿eh? No sé.
S. A.– Envió una nota interna a la dirección de recursos humanos donde dice claramente por qué estuvo de baja, ¿no? Porque estuvo de baja.
V. T.– No sé, a ver, no miro esas cuestiones, no me atañen
S. A.– Es una cuestión desproporcionada Víctor.
V. T.– Bueno… Desproporcionada, pero yo…
S. A.– Deberíais reflexionar porque estáis sacando esto fuera de los límites de lo razonable.
V. T.– Si es sacar fuera de los límites de lo razonable meter una sanción... ¿Meter una sanción de amonestación? Entonces vamos dados.
En abril de 2024, el padre de la trabajadora que ha denunciado el acoso, y que sigue de baja, falleció. Según ha podido saber Público, la dirección de la CRTVG envió un centro de flores a su velatorio.
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