Este artículo se publicó hace 6 años.
'Mi patria es la gente'Julio Rodríguez: "A las Fuerzas Armadas hay que hacerlas transparentes"
El exjefe de Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, acaba de publicar un libro sobre sus memorias en las que explica su recorrido desde la cúpula de las Fuerzas Armadas al partido morado.
Beatriz Asuar Gallego
Madrid-
Podemos llegó al panorama político entre muchas sorpresas. Una de ellas fue la entrada a las filas de la formación de Julio Rodríguez, el exjefe de Estado Mayor de la Defensa, a principios de noviembre de 2015. Rodríguez acaba de publicar un libro, Mi patria es la gente (Península, 2018), en el que explica cómo pasó de este cargo a Podemos: relata desde sus inicios en la carrera militar hasta los conflictos bélicos que enfrentó como JEMAD o la invitación de Rafael Mayoral para que comenzara a formar parte del partido.
Rodríguez decidió salir de la jefatura, pero fue el Gobierno el que anunció que le cesaba "por pérdida de confianza e idoneidad". Aquí comenzaron las consecuencias de su salto a Podemos: "No es lo habitual, pero desde que formó parte de Podemos me he tenido que acostumbrar a que de vez en cuando algún energúmeno me increpe en plena calle", explica Rodríguez en su libro después de contar uno de estos momentos: "Un día, en plena calle, junto a mi amigo general Sequeiros, que fue también jefe del Estado Mayor del Aire, vi como un voluminoso 4x4 se detenía ante de mis narices, bajaba la ventanilla del conductor y al otro lado del cristal aparecía la figura de una mujer de mediana edad que me miró y me gritó con todas sus fuerzas: 'Eres un cabrón y un traidor. ¡Cabrón!'."
El 'general' de Podemos, como se nombra a Rodríguez en el libro, afirma que cuenta su testimonio con la intención de "abrir el debate político". "La sociedad ha estado durante mucho tiempo anestesiada, insensible, apolítica, para beneficio de unos pocos que han sabido aprovecharse de ese tufo de desprestigio que ha desprendido la política en este país en los últimos años", explica en el libro.
Un posicionamiento que se formó, a sorpresa de muchos, mientras comenzó su carrera militar hasta llegar a la JEMAD. Y, una vez aquí, enfrentarse a las revueltas populares de la Primavera Árabe y el derrocamiento del régimen de Gadafi en Libia O a la guerra de Afganistán, que reconoce que fue "el escenario bélico con presencia militar que más quebraderos de cabeza" le causó, enfrentamiento que duró tres años y medio y en el que perdieron la vida hasta 11 millones de soldados.
Su libro tiene como título 'Mi patria es tu gente', en un momento en el que la palabra patria es, cuanto menos, polémica. ¿Por qué?
Creo que hay palabras que nos han robado y que no deben ser exclusivas para una determinada opción política. Quería recuperar la palabra patriotismo que estaba en manos de gente que no entiende lo que realmente es: patriotismo es pensar por una sociedad más justa y más cerca de la gente, no es para la gente que chilla mucho y lo reclama pero después se lleva el dinero a Suiza o a los paraísos fiscales.
Cuando gobiernas o gestionas dinero o servicios públicos lo haces para la mayoría, no para determinados intereses. Si lo haces únicamente para una determinada élite, defienden unos intereses pero no estás cerca de todos. Y esto no es patriotismo.
¿Cómo fue dejar la JEMAD?
Siempre me ha interesado la política aunque no estuviera en ningún partido por ley. Seguía la política, seguía a Podemos, hasta que alguien se me acerca - Rafael Mayoral - y me dice que puedo aportar al proyecto. Al principio me resisto porque nunca lo había contemplado: era una opción joven que seguía y que votaba pero pensé que siempre había querido aportar algo, y que ahora que se me pide no puedo renunciar a ello. Tras un debate interno y familiar, decido dar el paso pero únicamente hasta que pueda seguir aportando algo. El día en el que el proyecto decida que ya es suficiente o que en vez de sumar no añado nada o resto, vuelvo a mi opción de ciudadano a hacer política porque creo que la política la hacen los ciudadanos manifestándose, educándose y contribuyendo a su entorno, en su entorno de trabajo, familiar, o asociativo. Así hacen política.
El movimiento de izquierda fue muy crítico con que un militar formara parte de Podemos, ¿por qué?
Más que un movimiento crítico creo que fue un shock. Ante los efectos sorpresas, se suele reaccionar o callándose o con una respuesta visceral.
"Estoy contribuyendo a demostrar que las Fuerzas Armadas son tan plurales como la sociedad"
Aquí fue una reacción visceral porque se pensaba que determinadas opciones no correspondían a una trayectoria y yo creo que no es así. Y creo que estoy contribuyendo a demostrar que las Fuerzas Armadas son tan plurales como la sociedad. Salen de la sociedad, no salen de un sector de la sociedad. Es un servicio público, como nadie se plantea que los médicos, los bomberos o los abogados sean de una determinada opción. Se les juzga por su servicio profesional, y uno debe ser un buen profesional, y su opción política es cómo quiere es que su país mejore o progrese. Aquí es donde empieza el debate político. Elegir una opción no está en contradicción con otra ni con la profesionalidad con la que uno pueda desempeñar una función que es lo que yo hice.
¿Y este shock se ha superado?
Yo creo que sí. El shock se produce por un efecto sorpresa, pero cuando la sorpresa deja de existir, se vuelve a la normalidad. Ocurre cuando la mujer se incorpora a las fuerzas armadas, o cuando la mujer ocupa ciertos sectores. Cuando se deja de hablar de algo es que estamos en la normalidad: cuando se deje de hablar de que un militar elige una determinada opción, se vuelve a la normalidad. Y yo creo que estamos en esta situación.
¿Cómo ha visto la transformación de Podemos en estos años?
Podemos nace como una respuesta a lo que nació en el 15M. Para llevar a cabo cualquier proyecto hace falta organizarse y estamos en ese proceso de organización y de responder al debate político. Ha sido una opción política que ha crecido mucho en poco tiempo y ha tenido problemas derivados de este crecimiento. Tuvimos que superar muchos procesos electorales continuos desde el 2014 que nos obligaron a estar siempre en campaña electoral. Pero ya se ha demostrado que el bipartidismo ha desaparecido y Podemos es una opción consolidada y con tendencia a crecer.
¿Y en Madrid?
En el Ayuntamiento tenemos responsabilidad del gobierno y en la Comunidad no por una diferencia de voto. En el Ayuntamiento por un concejal conseguimos gobernar, en la Comunidad por un diputado no.
"Desde los ayuntamientos del cambio se ha demostrado que tenemos capacidad de gobernar"
¿Qué se ha hecho desde los ayuntamientos del cambio? Demostrar a la sociedad que podía tener ciertas dudas sobre nuestra capacidad de gobernar que sí podemos hacerlo y que lo hemos hecho bien, incluso mejor que otras opciones. Pero nos falta que tenemos limitaciones: capacidad legislativa en el territorio y capacidad a nivel estatal. Pero ya hemos dado un paso importante al demostrar que tenemos capacidad de gobierno.
Cambios se han hecho muchos. No son suficientes en cuatro años porque teníamos una herencia de 24 años de gobierno del PP, por esto creemos que es un reto importante revalidar el ayuntamiento. Y también hemos demostrado que, a pesar de que queda mucho por cambiar y a pesar de tener la presión de Gobierno y de la Comunidad de Madrid, hemos conseguido que desaparezca la corrupción que ya es un importante ahorro. Y gestionar bien y gestionar de cara al ciudadano. Madrid ya es una ciudad más amables, más cercana, a pesar de todo lo que supone ser una ciudad tan grande y cosmopolita.
Las últimas encuestas demuestran que el bipartidismo se ha roto. Hay un avance muy alto de Ciudadanos, menor de Podemos. Pero los modelos de política y de vida propuestos de ambos partidos son contrapuestos. ¿Qué faltaría para que Podemos pueda superar a Ciudadanos y pueda seguir avanzando?
Hay que cambiar esa cultura del turnismo y hay que pensar en coaliciones de gobierno. Ciudadanos ha demostrado que es un recambio del PP, la élite ha visto que se ha desgastado el PP y que hacía falta una regeneración, pero Ciudadanos sigue con las mismas políticas del PP frente a unas opciones de cambio real que es Podemos. La regeneración no es cierta, como vemos en Madrid que vuelve a apoyar al que ha sido la mano derecha de Cifuentes.
Frente a esto, está Podemos. Y es un reto porque supone un cambio, y siempre hay resistencia al cambio. Pero ya ha demostrado que es una opción válida y ahora hay que seguir transmitiendo ilusión y que la posibilidad del cambio es realidad.
Dentro de las Fuerzas Armadas, ¿qué hay que cambiar?
Las Fuerzas Armadas han tenido un cambio espectacular, viniendo de un régimen de la dictadura a unas Fuerzas Armadas democráticas y al servicio del poder civil y del Gobierno. Pero, como en toda sociedad, los procesos de transición no terminan.
"Hay que ampliar el concepto de seguridad y las Fuerzas Armadas tienen que ser un instrumento que se reconozca como último recurso"
A las Fuerzas Armadas hay que hacerlas más transparentes. Frente el mito de que la seguridad es algo que tiene que estar recluida en manos de expertos o bajo cierto secretismo, yo creo que tiene que abrirse a la sociedad. Su gestión tiene que ser transparente: el concepto de seguridad tiene que ser mucho más amplio que el de las Fuerzas Armadas y el del ministerio de Defensa y su debate debe abrirse a la sociedad. Se puede hacer seguridad sin utilizar el instrumento militar, hay otros tipos de medidas como las diplomáticas, económicas o de cooperación al desarrollo. Por esto hay que ampliar el concepto de seguridad, y las Fuerzas Armadas tienen que contribuir a este proceso porque son un instrumento que sólo se debe recurrir a él como último recurso. Tiene que estar preparado pero su situación ideal es que no actúe. Como un bombero, que ojalá siempre trabaje para prevenir fuegos pero nunca actúe.
Yo creo que hay abrir las puertas y la gestión presupuestaria es el camino. Así determinaríamos qué tamaño y dimensión tienen que tener en función de otras necesidades de la sociedad. La utopía de gastarlo todo en educación, sanidad o seguridad no es posible y hay que establecer un equilibro que tiene que venir de la sociedad al Ejecutivo y no al revés.
Justamente el dinero que se destina a defensa es muy criticado ¿cómo ve este partida del presupuesto?
Para saber sobre qué gastar hay que poner sobre la mesa todo lo que se gasta. No sólo del presupuesto inicial de defensa, también todo lo que se añade luego en créditos extraordinarios de todos los ministerios. Esto es lo que yo llamo hacerlo transparente.
Cuando ese debate se abra, todo el mundo sepa lo que se gasta, la sociedad demandará que se gaste más o se gaste menos.Por esto, que este debate sea transparente es clave para hacer unas Fuerzas Armadas que sean sostenibles y no unas fuerzas armadas que estén endeudadas con un futuro que nadie sabe cómo se va a resolver.
Han salido a la luz muchos casos de acoso sexual dentro del Ejército y se denuncia el machismo que hay en la institución.
Las Fuerzas Armadas siempre se han adaptado a los nuevos tiempos desde el punto de vista legislativo. Pero no es suficiente con adaptar la normativa, hay que cambiar la mentalidad. El cambio tiene que ser educativo: una legislación puede ser casi perfecta, pero puede implementarse de distintas maneras. Aquí es donde se ve el machismo y que hay que pasar por un proceso educativo, que es el que falta en toda la sociedad. La normativa va por delante del cambio en la mentalidad. El machismo existe en la sociedad civil igual que existe en las Fuerzas Armadas. Y esto existe con el riesgo de que, por los grados de jerarquía, las denuncias sean más difíciles y las víctimas queden menos protegidas. Existen protocolos pero son muy difíciles de implementar.
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