Este artículo se publicó hace 8 años.
El juez procesa al 'pequeño Nicolás' por hacerse pasar por emisario del Rey
Francisco Nicolás Gómez Iglesias se hizo pasar por un representante de la Casa Real y la Vicepresidencia del Gobierno, en un viaje que presuntamente hizo a Ribadeo en Lugo para organizar una comida con un conocido empresario.
MADRID.- El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid ha procesado a Francisco Nicolás Gómez Iglesias por hacerse pasar por un representante de la Casa Real y la Vicepresidencia del Gobierno, en un viaje que presuntamente hizo a Ribadeo (Lugo) para organizar una comida con un conocido empresario.
En el auto de transformación de diligencias previas en procedimiento abreviado -paso previo a la apertura del juicio oral- el juez Arturo Zamarriego cierra la investigación y propone juzgar a Gómez Iglesias, conocido como el "pequeño Nicolás", y los dos policías locales que le acompañaron en aquel viaje, a quienes les pagó para preparar el viaje y simular que eran agentes de seguridad.
Considera el magistrado que los hechos descritos son indiciariamente constitutivos de los delitos de usurpación de funciones públicas, malversación de caudales públicos, falsedad en documento público y dos delitos de cohecho. Ahora, el juez da un plazo de diez días a las partes para que soliciten la apertura de juicio oral formulando escrito de acusación o el sobreseimiento de la causa, o, excepcionalmente, la práctica de diligencias complementarias.
No obstante, el auto no es firme y las partes tienes tres días para presentar un recurso de reforma ante el juzgado y cinco para si se trata de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid. Según relata el juez, Gómez Iglesias "haciéndose pasar por representante de la Casa Real y la Vicepresidencia del Gobierno, contactó con el empresario Jorge Cosmen con el fin de concertar una reunión entre ambos". Este accedió a entrevistarse con él en un restaurante de Ribadeo el 13 de agosto de 2014.
Días antes de la reunión, Gómez Iglesias alquiló cuatro vehículos de alta gama con sus respectivos conductores. Además, realizó varias llamadas al Ayuntamiento y a la Policía Local de Ribadeo, en las que, tras identificarse de nuevo como representante de la Casa Real y la Vicepresidencia del Gobierno, les anticipa la reunión con el empresario, advirtiéndoles de que, a la misma, acudirá una personalidad "cuya identidad no podía revelar por razones de seguridad nacional".
"Paralelamente, al dueño del restaurante y al propio Cosmen les anuncia que asistirá al almuerzo su majestad Felipe VI, identificándose una vez más como representante de Zarzuela", continúa el juez. Así, el 13 de agosto de 2014 partió la "comitiva oficial" de Madrid integrada por el pequeño Nicolás, los conductores de los vehículos alquilados y los policías municipales Jorge González Hornillos y Carlos Pérez López Dávila, quienes "fueron contratados por Gómez Iglesias para simular labores de vigilancia y escolta".
"Paralelamente, al dueño del restaurante y al propio Cosmen les anuncia que asistirá al almuerzo su majestad Felipe VI, identificándose una vez más como representante de Zarzuela"
De hecho, González Hornillos entregó a cada conductor, rotativos policiales acústicos y luminosos de emergencia propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que obraban en su poder gracias a su condición de cabo de la policía local. También se hizo junto a Gómez Iglesias con acreditaciones oficiales falsas para los vehículos. Al llegar al restaurante, "la comitiva fue recibida por un numeroso grupo de vecinos encabezados por el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, que expresó su sorpresa al constatar la ausencia de Felipe VI" pero "Gómez Iglesias excusó su presencia hablando en nombre de la Casa Real".
Durante la comida, "los agentes, equipados con intrauriculares de oreja, simularon realizar funciones de seguridad", mientras Goméz Iglesias charlaba con Cosmen de la inminente liberalización del mercado ferroviario y la renovación de las licencias de transporte ferroviario concedidas a ALSA, propiedad del empresario.
En el transcurso de la comida, "Hornillos avisa a Gómez Iglesias de que tiene en espera una llamada urgente de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y le cede el teléfono para que atienda la llamada". Se ha demostrado que dicha llamada no existió. Aún así, prosigue el relato del juez, "fingió que establecía una conversación con la vicepresidenta en presencia de Cosmen, dejando entrever que había una relación profesional entre ambos".
Cuando finalizó la reunión, la comitiva salió de Ribadeo escoltada por la policía local. Unos días después, el empresario se pudo en contacto con el gabinete de la vicepresidenta del Gobierno, para informar de lo sucedido. El juez dice que se ha demostrado que el pequeño Nicolás pagó 2.000 euros a González Hornillos y 400 a Pérez López Dávila "por la preparación de la falsa comitiva y su actuación como falsos agentes de seguridad".
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