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Juan Espadas: "Las sentencias del TC son una oportunidad para que el PSOE se libere de la carga reputacional de los ERE"

El secretario general del PSOE de Andalucía transmite en esta entrevista con 'Público' que su partido está decidido a dar la batalla al PP, al que acusa de haber practicado una "cacería política", por el relato de los ERE.

Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía.
Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía. Rocío Ruz / Europa Press

Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía y portavoz socialista en el Senado, asegura en esta entrevista con Público, que las recientes sentencias del Tribunal Constitucional por el caso de los ERE fraudulentos suponen "una oportunidad para que el PSOE se pueda liberar de la carga reputacional" del caso y "pueda centrarse en el proyecto político", de oposición al PP de Juan Manuel Moreno Bonilla.

Espadas, asegura, está decidido a remover, incluso con decisiones como llevar a los tribunales a varios dirigentes señeros de PP y Vox por injurias, esa "losa" de la que habló, en una rueda de prensa en la sede del PSOE de Andalucía, el expresidente socialista Manuel Chaves. A este, que fue presidente durante 19 años y un referente en el partido, Espadas lo ha recuperado para su causa, después de que el exdirigente recibiera un amparo parcial del Constitucional.

Espadas transmite en esta entrevista que el PSOE va a dar la batalla, frente al PP, por el relato de los ERE. "No se trata de negar que hubiera habido casos de malversación o de fraude concreto, pero en ningún caso había habido ningún tipo de confabulación, ni de trama política de los gobiernos o de la dirección del PSOE", asegura. 

¿Las sentencias de los ERE suponen para usted un punto de inflexión en el paisaje político andaluz como ha manifestado el expresidente Manuel Chaves?

Es un hito sin duda muy importante. Una parte de la situación política de Andalucía, la mayoría absoluta del PP, la propia realidad de la pérdida de confianza del electorado andaluz en el PSOE tiene en buena medida un protagonista que es justamente el tema de los EREs.

Hay dos cuestiones claras que son las que definen por qué perdemos el gobierno en 2018. En primer lugar y fundamentalmente, por una asfixia de Rajoy, que hace que el Gobierno andaluz del momento tenga recursos claramente insuficientes para mantener los servicios públicos, y, por tanto, la gente se le eche encima.

Y el segundo es un problema reputacional o de imagen como consecuencia de la permanente presión del PP, que se ha pasado años hablando de la gran trama corrupta del PSOE, de los 680 millones de euros que siempre se decía que se habían defraudado. Todo ello siendo falso, pero cuando se emite una sentencia por parte de la Audiencia Provincial y luego otra por el Tribunal Supremo se convierte en verdad juzgada. A partir de ahí el PSOE, que es un partido que acata la sentencia, aunque no la compartiera, no entra a seguir desmontando que aquello no respondía a la realidad de los hechos y que más allá de los casos de malversación, de fraudes concretos, que estaban claramente identificados, no había habido una trama organizada para delinquir.

Con las sentencias del Tribunal Constitucional se recupera una parte de ese relato. Se nos maltrató, existió una persecución y hubo una cacería política por parte del PP. Siempre defendimos la inocencia de esas personas porque sabíamos que no había ninguna sentencia que los condenara por apropiarse de dinero o por haber actuado con afán o con intención de delinquir. Nos parecía absolutamente injusto que además algunos de ellos hubieran pagado con cárcel. Esto tiene una componente humana, personal, pero también tiene una componente política.

Sí, consideramos que estas sentencias ponen de nuevo el relato donde los socialistas siempre dijimos que estuvo. No se trataba de negar que hubiera habido casos de malversación o de fraude concretos, pero en ningún caso había habido ningún tipo de confabulación, ni de trama política de los gobiernos o de la dirección del PSOE. Y, por supuesto cuando se elaboraron esos proyectos de ley de presupuestos, y cuando se aprobaron las leyes de presupuestos en el Parlamento de Andalucía no se estaba delinquiendo.

No se podía delinquir: se estaba aprobando una ley para aprobar un sistema de ayudas, que sí abordaba, eso nunca se ha explicado suficientemente bien, y creo que ahí teníamos que haber hecho mucho más hincapié, la ayuda, la supervivencia de a muchas empresas en crisis en Andalucía. Hay 6.400 personas que tenían derecho y lo siguen teniendo a cobrar esas percepciones, la prueba es que el señor Moreno Bonilla las sigue pagando. Creemos que tenemos ahora una oportunidad para volverlo a explicar a los andaluces y que, de alguna manera, esa losa de falta de credibilidad podamos superarla.

Así que, insisto. Esta es una cuestión importante en lo personal, en lo humano, para las personas que lo han pasado tan mal, los compañeros que tuvieron que abandonar el partido y que algunos incluso han pagado injustamente con cárcel. Por los efectos también personales, incluso de salud que esto ha implicado para algunos de ellos. Y también en términos políticos porque, efectivamente, creemos que es una oportunidad para que el PSOE de Andalucía se libere de esa carga reputacional y pueda centrarse en el proyecto político de presente y de futuro que queremos presentarle a los andaluces en 2026.

Creemos que [el caso de los ERE] fue un lastre en 2018 y creemos que también lo fue en 2022. Al final los temas de corrupción, en este caso falsa, restan. Eso no quita, y lo quiero subrayar que nosotros reconocemos que en 2022 el PP ganó las elecciones con mayoría absoluta. En 2018, no. En 2018 tuvo el peor resultado de su historia y no le ganó las elecciones al PSOE, pero es verdad que tuvo capacidad para pactar. Pactar en democracia es posible, el Partido Popular se apoyó en la ultraderecha y, desgraciadamente para Andalucía, ese fue el primer gobierno de Moreno Bonilla.

El amparo no es total y completo, es un amparo parcial.

Manolo Chaves lo explicó muy bien en su rueda de prensa. Las sentencias del Tribunal Constitucional anulan las sentencias del Tribunal Supremo y las de la Audiencia Provincial porque entienden vulnerados los derechos fundamentales de estas personas. Dos derechos, el de la presunción de inocencia y el principio de legalidad penal.

Lo que le plantea a la Audiencia Provincial es, en primer lugar, que descarta cualquier tipo de fundamento y, sobre algunos aspectos concretos, le plantea a la Audiencia Provincial que vuelva a pronunciarse. Es falso lo que se está diciendo. Las sentencias están anuladas y esto es textual. Le pido al PP que deje de mentir.

Por tanto, habrá nuevas sentencias en algunos casos circunscritas a supuestos muy concretos, no a lo que planteaban las sentencias anteriores porque esas están anuladas. No existió trama. No existió intención de delinquir cuando se presentaron los proyectos de ley de presupuesto. No hubo tampoco posibilidad de delinquir mientras se aprobaban en el Parlamento ni cuando se aprobaban las modificaciones presupuestarias que venían en esas leyes del Parlamento. Ahora mismo, ni Manuel Chaves ni Magdalena Álvarez, por ejemplo, tienen una sentencia encima de la mesa que los condene.

Teniendo en cuenta eso, que va a haber nuevas sentencias ¿Hasta qué punto mantener en la agenda política de Andalucía este caso le puede venir bien a los intereses electorales del PSOE?

Nosotros no queremos especular con algo que ha sido muy duro. Para las personas en particular en primer lugar. Y, en segundo lugar, muy duro para la organización. Lo que queremos es separar de una vez el grano de la paja. Decirle a los andaluces, y por eso debemos hacer pedagogía, que no existió la trama corrupta, que no hubo un complot, que no se arbitró un sistema de ayudas para malversar dinero público. Es falso.

El sistema de ayudas que se planteó fue para ayudar a empresas en crisis y a 6.400 trabajadores, que tenían derecho a ellas. Además, el propio informe de la Cámara de Cuentas del año 2012 dijo que, por más que el procedimiento pudiera no ser suficientemente garantista como para evitar lo que luego desgraciadamente en algunos expedientes se produjo, era un procedimiento absolutamente legal.

De hecho, los sistemas de ayudas sociolaborales se dieron en otras comunidades autónomas incluso en el Gobierno de España y no ha habido ninguna instrucción judicial ni persecución alguna respecto al sistema. Esta es la cuestión. Eso es lo que nosotros queremos explicar a la ciudadanía. El resto son actuaciones puntuales concretas que tendrán que ser juzgadas.

Más de cien causas abiertas aún.

No es una cuestión cuantitativa. Quizás algunas o muchas también decaigan con esta tesis del Constitucional. Los jueces analizarán y donde haya una responsabilidad será asumida. Pero aquello que se llamó esa pieza política, que es una cuestión diferente a las concretas de ayudas a una empresa o a la presencia de intrusos en un expediente que nosotros no hemos negado. Ahora bien: No hubo 680 millones de euros defraudados. Lo que llaman el dinero de los parados que se robó es rotundamente mentira. Quiero ser contundente: es una gran mentira.

Hay frases que se quedan grabadas en el imaginario colectivo. Sobre este caso, hay una del expresidente José Antonio Griñán, que dijo: "Yo no creo que hubiera un gran plan, hubo un gran fraude. Y eso significa que algunos de los controles pudieron fallar". En su opinión, ¿Eso resume el caso?

José Antonio Griñán es el presidente que cambia el sistema de ayudas, el que plantea que, como consecuencia precisamente de ese informe de la Cámara de Cuentas de 2012, efectivamente hay que hacer mejoras, incrementando los controles. Y es Pepe Griñán el que, con ese informe de la Cámara de Cuentas, ve dónde a su juicio es necesario [imponer] determinado tipo de controles, sin [que eso implique] renunciar al objetivo de flexibilidad o de tramitación ágil que tenía el sistema.

Porque el sistema no se inventa, como decía el PP, para eludir controles, sino para llegar a tiempo a situaciones de empresas que quebraban o a trabajadores que, sencillamente, no tenían ningún ingreso. La agilidad no era para evitar controles. Era para llegar a tiempo a una crisis.

A lo que me preguntaba: Pepe Griñán es muy consciente de que él, y nadie se lo valoró en la instrucción judicial, es el presidente que detecta que se están produciendo problemas. Empieza a tomar las primeras decisiones. Es el primer gobierno que empieza a solicitar expendientes de reintegro de devolución cuando detecta que se han producido fraudes. Entonces, él ahí es consciente de que se están produciendo fraudes y comienza en paralelo a investigarlos.

Luego la instrucción judicial es la que va abriendo otros posibles casos. Y es cuando él, en un golpe de sinceridad ante lo que estaba detectando y sin conocer su dimensión dice esa frase que, dicha así, no es afortunada, porque no delimita de qué tipo de fraude estamos hablando.

Ahora la sentencia del Constitucional, y los propios hechos, te determinan que no se trataba de un fraude sobre los 6.400 trabajadores, o sea, sobre los 680 millones de euros, sino que se trataba de un fraude que en principio se identificó en intrusos y que tras analizar expediente por expediente y ayuda a empresa por ayuda a empresa, hay unas que están perfectamente concedidas sin mácula alguna. Y hay otras que están en piezas separadas sometidas a juicio.

Por tanto, no dejó de ser una frase sincera de responsabilidad política que se produce, recordemos, en un contexto muy agresivo de plena ofensiva mediática y política. Griñán y Chaves asumieron la esa responsabilidad política. Dimiten porque entienden que se han producido casos de desviación de recursos públicos. Pero, insisto, esa es una cuestión y otra es la que el PP colocó en el imaginario colectivo, que se trataba sencillamente de un complot organizado para, a través de determinado un sistema, defraudar dinero público y esquivar las subvenciones. Y esto es mentira, insisto.

¿Considera que los tribunales han actuado de acuerdo con criterios jurídicos siempre y en todo momento en este caso?

Hay un principio básico, la independencia judicial. Hay que respetar la labor de un juez cuando instruye y cuando investiga e igualmente cuando hace cumplir las leyes. Son dos funciones básicas. Yo no voy a entrar, ni como jurista ni como político, ahora mismo a cuestionar eso. Puedo tener mi opinión personal sobre si la instrucción se llevó a cabo en este caso de una manera o de otra, pero esa instrucción terminó. Hubo una sentencia del Tribunal Supremo y ahora tenemos unas sentencias del Tribunal Constitucional.

Así como al PSOE se le estableció una causa general, yo no voy a establecer una causa general respecto a la instrucción judicial por más que puedan ser discutibles, que lo son, a mi juicio, determinadas cuestiones. Pero creo que ahora mismo debemos preservar la fortaleza del Estado de derecho.

Hay sencillamente una estrategia perfectamente definida del PP para hacer de la instrucción judicial una gran causa general al PSOE, pero es en este caso una persecución y una estrategia política. No voy a entrar en qué medida estaba o no coordinada esa persecución política o esa estrategia política con determinados momentos de la instrucción procesal. Sencillamente porque creo que es un terreno que está vedado a la opinión política y que está preservado por lo que llamamos independencia judicial. Porque hay que ser respetuoso con el papel de cada cual, yo no voy a cuestionar la independencia judicial porque entraría en un terreno en el que creo que que no es conveniente.

A la vista de las críticas que emitió recientemente a Susana Díaz por su gestión del caso. ¿Va a salir el PSOE peleado de este tema en lugar de más unido?

En absoluto, las críticas hacia esta dirección o a las anteriores son normales en un partido democrático. En el PSOE se hacen con respeto y sin personalizar, aunque vi que la reacción de Susana fue a mi juicio un poco desproporcionada.

No voy a polemizar en ningún caso porque ella no acepte la autocrítica, lo importante que denunciamos es la gran mentira y la cacería política que el PP hizo con el PSOE para alcanzar el poder y que ha tumbado el TC y dignificar a las personas que han sido y siguen siendo maltratadas en su honor por el PP o VOX sin escrúpulos.

¿Cómo esta el PSOE en Andalucía? Hubo un comité director reciente en el que se expresaron opiniones en sentidos diferentes. ¿Se está haciendo la oposición que se tiene que hacer a un gobierno con mayoría absoluta del PP?

Es la primera vez en la historia de la autonomía andaluza que el PSOE hace oposición. Aquí nadie nace aprendido y hay que aprender a hacer oposición. El movimiento se demuestra andando. Nos ha tocado la etapa más difícil del PSOE. No lo digo como una justificación, es mérito de todos los que saben qué significa haber sido gobierno 37 años y luego perder todo ese aparataje. Y también sucede que por muchas de las cosas que le vas a reivindicar a tu adversario político, el PP ahora en el Gobierno, vas a recibir como primera respuesta de ¿Por qué no lo hizo usted?

No es fácil hacer oposición. Ahora bien, nosotros desde julio del 22 no hemos parado de trabajar en equipo. Con una dirección y con un grupo parlamentario nuevo, renovado, más del 70% de los parlamentarios son nuevos. Saben hacer las cosas bien. Ahí hay gente que ha pasado por la gestión, que tiene experiencia política, y que en cada una de las áreas en las que tenemos que hacer una auditoría y una evaluación permanente del Gobierno de Moreno Bonilla, se ha hecho toda la oposición política a Moreno Bonilla, que tiene una mayoría absoluta.

No es un gobierno en minoría o con debilidad. Es un gobierno de mayoría absoluta. Es decir, lo haga bien o lo haga mal saca adelante aquello que quiere en el Parlamento de Andalucía y además tiene una presión desde el punto de vista de los medios de comunicación prácticamente nula. Y lo tengo que decir así. A diferencia de lo que tantos años se le criticó al PSOE durante 37 años, sobre la propaganda, los auténticos reyes de la propaganda han demostrado ser ellos, el PP. Moreno Bonilla se gasta tres veces más en propaganda institucional de lo que se gastó el gobierno socialista que más gastara en esa materia.

El PP ha construido todo un relato de márketing en torno a su presidente. No hay resultados de gestión o hechos claros que demuestren que estamos ante un buen gobierno, sino todo lo contrario. Es un gobierno que claramente no tiene logros que enseñar. Yo le dije una frase cuando tomó posesión en el 22, algo así como que nunca alguien con menos consiguió más. Él sabe que es verdad porque cuando habla de cuáles son los grandes logros de su Gobierno él mismo solo aporta dos. Uno es: 'he bajado los impuestos'. Esta es una cuestión que hizo en el primer Consejo de Gobierno, tampoco es que él se haya empleado a fondo. Y dos: la simplificación administrativa. Es que Moreno Bonilla, él mismo, cuando explica su gobierno no presume de nada más.

Por tanto, creo que el PSOE está haciendo una magnífica labor de oposición crítica pero también útil y con propuestas a los ciudadanos. Por ejemplo, con la sanidad pública. Primero, de volver a conectar con organizaciones sindicales con las que el PSOE no terminó muy bien en su último gobierno. Nos pateamos el terreno para ver si es verdad que el PP y la derecha, están realmente cambiando el modelo de servicio público fuerte por un modelo mixto donde cada vez se traspasan más recursos a la sanidad privada. Y, efectivamente, esto es así. Después de una pandemia, hemos observado cómo el PP está acabando con la sanidad pública a través de su puerta de entrada, que es la atención primaria. Ya hubiese querido Susana Díaz tener el dinero y los presupuestos que tiene Moreno Bonilla para la sanidad.

Con más presupuesto que nunca, estamos ante la peor gestión de listas de espera, de profesionales sanitarios. Tiene recursos suficientes para estabilizar y asegurar mejores condiciones laborales de los que tuvo el último gobierno socialista sin duda alguna. Y no está haciendo eso, acumula cada vez más retrasos en listas de espera y en superación de plazos legales a los pacientes. Y eso le da la argumentación legal para derivar con recursos públicos pacientes a la sanidad privada. En definitiva, están debilitando el sistema público y engordando la sanidad privada como negocio.

Nosotros estamos haciendo una labor seria en los temas claves pero, evidentemente, el gobierno de Moreno Bonilla se beneficia de la ingente cantidad de recursos públicos que llegan a Andalucía ahora, por voluntad política del Gobierno de España y es justo lo contrario de lo que ocurría con Rajoy. Moreno Morilla ha demostrado ser un mal gestor, además, está claramente hipotecando los servicios públicos.

¿Es una cuestión de decisiones políticas, de ideología también?

Se trata de mala gestión y de ideología. Claro que sí. En la sanidad no solo hay una mala gestión, hay una orientación evidente para progresivamente derivar recursos a la sanidad privada. Si eso está calando en la sociedad andaluza… yo diría que sí. Y el principal responsable para que esto llegue y seamos conscientes de lo que está ocurriendo es el PSOE, con nuestra posición en todos los plenos del Parlamento, y nuestro permanente contacto con la sociedad civil, con los sindicatos, con las mareas, y con los colectivos.

La ultima encuesta electoral del Centra refleja que el PP les saca una buena distancia, pero pierde un punto y medio respecto a las anteriores elecciones ¿Ha empezado a asumir Moreno Bonilla un desgaste y si así lo analiza, por qué no lo rentabiliza el PSOE?

Sencillamente esto es una legislatura de cuatro años. Estamos justo en el ecuador. A mí esto cada vez me suena más a la legislatura que viví de mayoría absoluta con Zoido [cuando Espadas fue jefe de la oposición municipal (2011-2015) y luego fue alcalde de Sevilla]. En el ecuador de ese mandato, Zoido igual que ahora Moreno, aguantó bien la primera parte del mandato. Pero más tarde la gente empezó a desconfiar de su gestión.

Empiezo a detectar que hay cierto hartazgo por una permanente sobreactuación de márketing y propaganda, que luego se concreta en poca realidad de gestión de la Junta de Andalucía y de Moreno Bonilla. Esa tendencia continúa. Eso lo separo de la distribución de escaños, porque no hay pulsión electoral.

Lo que sí vemos son los temas que empiezan a preocupar a la gente, la sanidad es uno de ellos. Y, curiosamente en un contexto de bonanza económica general en España que repercute positivamente en Andalucía, no por obra de Moreno Bonilla, sino por el contexto y la política del gobierno de Pedro Sánchez. La gente está insatisfecha aquí con el tema del empleo. No se percibe que que esa bonanza económica aquí sea tan clara para el ciudadano. Falta la parte de la Junta de Andalucía. No hay políticas activas de empleo. No hay preocupación por las oportunidades laborales de los jóvenes.

La Junta de Andalucía está ausente, vive de las rentas de lo que se encontró, pero, sobre todo, de las políticas y la coyuntura en la que el Gobierno de España está manejando esta legislatura, que es muy potente. Si analizamos qué aporta el gobierno de Moreno Bonilla a la economía andaluza… concluimos que nos estamos gestionando con fondos europeos del Gobierno de España, de la Unión Europea. Nos estamos manejando con iniciativas que se toman en el Consejo de Ministros: alquiler joven, ayuda a sectores primarios, ayudas al transporte, etcétera, etcétera… ¿Dónde están las aportaciones del Gobierno andaluz?

Lleva unos meses, un tiempo como portavoz socialista en el Senado ¿Qué balance hace? ¿Le ayuda en su labor como secretario general del PSOE de Andalucía ese puesto?

La propuesta del secretario general, Pedro Sánchez, se produce en un momento y en un contexto muy concreto. Mi prioridad es Andalucía, la oposición en Andalucía y plantear un proyecto alternativo en 2026. Esa es mi vocación. Es decir, yo perdí las elecciones, pues debo hacer oposición y debo trabajar por poner al partido en situación de ganar las próximas. Es mi obligación, pero surge una coyuntura política muy concreta, que es el debate territorial con el que arranca esta legislatura.

Está el debate sobre Catalunya, está el debate territorial sobre la financiación autonómica y él me plantea también que pueda ganar en peso y en visibilidad, teniendo en cuenta que la oposición en Andalucía es una oposición dura, una oposición con una mayoría absoluta que invisibiliza. No solo los medios de comunicación, la televisión pública andaluza, con el control férreo del PP, de la mayoría absoluta del PP, dedica la práctica totalidad de su tiempo en informativos a la propaganda del gobierno o la confrontación con Pedro Sánchez. Pero, diariamente, hace desaparecer a la oposición o a los problemas reales de la gente de sus informaciones.

La presencia de Andalucía en los debates del Senado puede tener un factor equilibrador respecto a esa estrategia de la derecha de plantear un agravio comparativo de Cataluña con el resto de territorios. Es un honor que un andaluz dirija el grupo parlamentario en esa Cámara a la que el PP utiliza como azote del Gobierno con un interés partidista, desvirtuando el papel y la capacidad que tiene la institución de afrontar debates útiles que afectan a las comunidades autónomas y ayuntamientos.

¿Está cómodo con ese debate sobre la financiación? Moreno Bonilla y el PP de Andalucía le aprietan fuerte por ahí.

Es que es lógico. Aquí hay dos formas de plantear esto. Uno, alinearte con una estrategia de Gobierno de España que lo que pretende es un nuevo modelo de financiación justo para todos los territorios. De esto, estoy absolutamente convencido porque si no, no estaría en esto. Se trata de gobernar Catalunya atendiendo a la singularidad de Catalunya, sin que eso suponga no atender a Andalucía. Yo estoy en el trabajo de construir ese discurso: es posible un nuevo modelo de financiación justo para todos.

Y hay otra posibilidad, que es la de plantear esto, como de hecho hace algún compañero, secretario general de alguna otra Federación, en términos de que lo bueno para Catalunya tiene que ser malo necesariamente para el resto de territorios. Es decir, si Catalunya tiene un plus, es porque alguien reduce sus expectativas. Esto es una hipótesis no demostrada y a mí no me va a romper en este momento el intento por conseguir un nuevo modelo de financiación justo para el conjunto de territorios.

El PSOE de Andalucía lideró en 2018 en el Parlamento la propuesta de financiación autonómica que ahora Moreno Bonilla hace suya, pero es incapaz de defender frente a otras propuestas diferentes como las de su partido en Madrid o Galicia. Como ya le he dicho en varias ocasiones, si quiere ser útil en un acuerdo global con el Gobierno de España, que vaya al Senado, que explique nuestro modelo y deje de ir a la Cámara para machacar a Pedro Sánchez con argumentos de Génova.

¿Andalucía está infrafinanciada?

Sí. Esto viene siendo así desde el modelo de financiación que caducó ya hace varios años. Con el mismo modelo de financiación cuando gobernaba Rajoy recibimos 11.000 millones de euros menos, mientras con Pedro Sánchez como presidente hemos recibido 34.000 millones más.

El modelo no se impone desde el Gobierno, se pacta con las comunidades. Entonces, insisto, sería muy sencillo situar a Andalucía frente al Gobierno de España, abonando la teoría del agravio comparativo con Catalunya. Sería muy fácil en términos políticos. A mí no me gustan las cosas fáciles, me gustan las cosas justas y las que, evidentemente, permitan demostrar que el PSOE es el partido que tiene de verdad una visión de la cohesión territorial de España, como de hecho ha demostrado transfiriendo más recursos que nadie a comunidades autónomas y ayuntamientos, por ejemplo, con los fondos extraordinarios COVID o con los fondos europeos.

El PP no la tiene. Cuando habla de España, elimina sistemáticamente su interés por determinados territorios en donde no tiene apoyo electoral. Elimina Catalunya, el País Vasco, para hacer una política en el resto de España que justoa genere el agravio comparativo. Yo estoy en el ejercicio más complejo de demostrar que es posible un PSOE que gobierna España porque es capaz de poner de acuerdo al conjunto. El PP no lo hace. De hecho, por eso Feijóo no fue capaz, cuando se presentó a la investidura, de decir qué haría con Cataluña… ¿El 155 de Abascal?

Lo que voy a defender es un modelo justo de financiación para Andalucía y para el resto de comunidades. Estoy en esa hipótesis. No me voy a bajar de ahí. Y como yo, está por ejemplo, la que mejor conoce la financiación autonómica de Andalucía, que es nada más y nada menos que la ministra de Hacienda [María Jesús Montero]. Es quien tiene que llegar a un acuerdo con las Comunidades Autónomas.

¿Están coordinados?

Obviamente. Como yo confío en que ella y yo defendemos lo mismo, no tengo por qué estar enfrente. Esto es lo que expliqué el otro día en el comité director. Un compañero me decía que no era posible ser portavoz del Senado y defender Andalucía en el modelo de financiación, porque más pronto que tarde, Catalunya, generaría un conflicto de intereses. Lo que me estaba diciendo el compañero es que me situara en este caso en contra de mi partido a nivel federal y del Gobierno de España.

No voy a tomar ninguna decisión ni voy a participar en nada que afecte negativamente a Andalucía. Pero yo estoy convencido de que no va a haber un modelo de financiación autonómica de verdad justo hasta que Andalucía no esté en él y haga compatible su interés con el de territorios como Catalunya. Ese es el ejercicio. Yo voy a estar ahora mismo con los que, con lealtad, intentamos sacar adelante y apoyar un gobierno de España progresista y no enfrente para facilitarle todo el camino ancho a Feijóo, y al Partido Popular PP. A veces parece que algunos compañeros defienden más las tesis del PP que las que está defendiendo nuestro partido a nivel federal.

¿Su idea es presentarse en 2026 como candidato a la Junta de Andalucía?

Claro. Trabajo para eso. Y, cuando llegue el momento, eso no lo decidiré yo. Habrá un proceso de primarias. Será entonces cuando presentaré mi candidatura.

¿Cuándo será eso? ¿En 2025?

Las primarias no serán antes de 2025. Las elecciones son en 2026. Por tanto, lo normal es que las primarias sean unos meses antes aproximadamente. Va a depender de muchos factores, porque previamente habrá congreso del partido. Cuando me preguntan: ¿Usted quiere? ¿Usted va? Claro, si no, ¿qué hago aquí entonces? Yo trabajo para ganar y trato de trasladar confianza y determinación a quienes trabajan conmigo y a los votantes. A partir de ahí, soy consciente de que las decisiones las toma la militancia cuando vota en un congreso o en primarias. Todas esas decisiones internas llegarán cuando lleguen. Ahora mismo lo que tenemos que hacer es trabajar para que el proyecto esté fuerte y en condiciones de ganar en 2026.

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